Editorial La Revista Peninsular
El
miércoles 8 de marzo (8M) se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. Miles
de mujeres tomaron las calles de todo el país para exigir el respeto a sus derechos
y a una vida libre de violencia. En el marco de esta importante fecha, adquirió
relevancia el debate sobre si se debe, o no, felicitar a las mujeres en este
día.
Para
poder abordar este debate, es necesario comprender la diferencia entre
“festejo” y “conmemoración”. Festejo refiere a al disfrute de una fiesta por lo
que tiene una connotación positiva, connotación asociada con la felicidad y
felicitar. Por otro lado, conmemorar significa recordar y hacer memoria,
entonces tiene una connotación neutra.
El 8M no
puede ser motivo de festejo pues nace de un trágico hecho histórico. En marzo
de 1911, la noticia de un incendio en una fábrica de camisas le dió la vuelta
al mundo pues cobró la vida de más de 140 mujeres. La causa del alto número
muertes fueron las pésimas condiciones laborales a las cuales estaban sujetas
las trabajadoras. Esta tragedia es el antecedente de las posteriores
manifestaciones, marchas y congresos organizados por agrupaciones de mujeres
que lucharon para conseguir condiciones laborales dignas. Estos esfuerzos
lograron que, en 1975, la ONU la declarara el 8 de marzo como un día para
reflexionar sobre la búsqueda de la igualdad de las mujeres.
Por esta
razón, el 8M no es motivo de disfrute ni de fiesta; no hay lugar a
celebraciones ni felicitaciones. Entonces, el 8M es un esfuerzo por revalorizar
la tragedia sufrida por las trabajadoras en 1911, y por todas aquellas que
sufrieron condiciones indignas por razones de género, para volver lo ocurrido
en un motivo de unidad y no sólo de lamento. Esta fecha busca conmemorar, hacer
memoria, sobre las tragedias que han pasado innumerables mujeres a lo largo de
la historia para canalizar el sentimiento de indignación hacia esfuerzos que
permitan la garantía de derechos a las mujeres.
Desde
hace varios años, esta fecha evolucionó para ir más allá del ámbito laboral a
todo lo referente a la lucha por la igualdad de las mujeres. En México, también
se marcha por los derechos laborales y la igualdad; sin embargo, el alto número
de feminicidios y agresiones hacen que el reclamo más contundente sea la
exigencia de una vida libre de violencia. En este contexto de más de 10
feminicidios al día e incontables agresiones en contra mujeres por parte de
civiles y autoridades, reafirmamos que no es correcto felicitar en este día de
indignación, memoria y lucha. Es entendible que hayan personas que aún no
tienen clara esta perspectiva pues el tema tiene poco tiempo en la discusión
pública mexicana. Recordemos que apenas en el 2020 se realizó el primer paro
nacional y desde entonces el discurso feminista ha adquirido un auge histórico
en el país. La gran mayoría de los mexicanos seguimos en proceso de aprendizaje
respecto a este tema, pero eso no es excusa para arraigarnos a pensamientos no
vigentes. Debemos procurar ser sensibles a estos temas y, sobretodo, estar
abiertos a aprender. Sólo así lograremos la constitución de un México digno y
justo para las mujeres.