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El Abandono Escolar es Personal

Jorge Valladares Sánchez
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Por: Jorge Valladares Sánchez.*

En Facebook y en Youtube: Dr. Jorge Valladares. 

El Abandono Escolar es Personal
1 X 1…

Cuando nos enfrentamos a problemas complejos cabe pensar, y es frecuente confirmar, que tenemos que usar diagnósticos y soluciones multifactoriales. Cuando nos enfrentamos a problemas añejos aplica buscar la innovación, atendiendo a que la longevidad del problema indica que lo intentado no es lo que funciona para resolverlo. La pregunta que quiero plantear es sobre la vía que debemos aplicar en un tercer tipo de problemas, aquellos que nos importan al máximo.

Aunque breve, para no saturar el espacio del artículo, la cronología es importante. Casi dos décadas de cercanía, afectos y experiencias compartidas me pusieron nuevamente en el placer de abrazar a grandes amigos y amigas del Colegio de Bachilleres de Campeche. Una amable y cálida invitación de mi muy apreciada Patricia Cambranis y el ahora ya amigo, Rubén Fuentes, para dar alternativas ante un problema que sigue vigente y con la pandemia se recrudeció: el abandono escolar.

Entre mis afectos más atesorados están la formación bidireccional que he vivido con docentes, orientadores, directivos y administrativos, así como alumnos de esta maravilla de institución, creada para llegar con éxito a donde la educación más se necesita y más difícilmente llega: las comunidades del interior del estado. Muchas horas compartidas en sus aulas de capacitación y en los planteles, y aun así tuve una nueva experiencia.

Al iniciar el “Encuentro: No Abandones Tus Sueños” estaba listo para proponer una fórmula desde mi interdisciplina y experiencias; al terminar supe que sólo me tocó articular en unos minutos lo que toda esa cálida gente reunida sabía ya, y que no se ha aplicado sistemáticamente porque faltaba un ingrediente. El cual vino potente, y en coincidencia total con las palabras que pensaba compartir allí, por parte de tres funcionarios que me generaron una excelente primera impresión y la esperanza de que llegó el momento de que mi querida Institución tenga este logro tan anhelado y necesario.

Layda Sansores lo dijo así: “la prioridad 1 es la educación, la 2 la educación y la 3 la educación; ¡hay que ir de 1 X 1 hasta que regresen todos…”. Ánuar Dáger añadió: “abrir la mente, porque hay muchos paradigmas que romper; para momentos extraordinarios necesitamos acciones extraordinarias, y guiados por los expertos y ustedes (el personal) tendremos una ruta cierta”. Y se quedó allí, todo el evento a trazar esa ruta. Raúl Pozos completó: “El indicador más dramático es el abandono escolar; tenemos que conocer las causas. Abrir los planteles. Tenemos que hacer un apostolado, ir casa por casa, buscar 1 X 1 a los chicos que dejaron de estar”.

Lo que les expuse a mis buenos amigos/as inicia con que el abandono escolar cumple en nuestro México las dos primeras condiciones señaladas. Es una estadística estable o creciente y que apenas se ha logrado reducir en algunos casos, y con la cual ya hemos aceptado que es válido entretenernos haciendo comparaciones entre estados, sistemas y años. A la vez es un problema que cualquier analista sensato procede a plantear en términos que no bajan de 5 factores para su buen análisis; y de vez en vez encontramos casos que, en efecto, confirman que uno y otro factor pudieron ser el determinante, si bien es frecuente que la conclusión acabe siendo que son los factores personales los más recurrentes.

Estas aproximaciones tienen el valor de llenar un espacio institucional y haber dado pie a intentos de soluciones que se han repetido en diversos sistemas con mayor o menor ventura y cuyos resultados globales se elevan con los testimonios que logran obtener y decrecen cuando se integran a la estadística anual. Es destacable la variedad de programas de tutores que se han intentado, así como la función de las unidades de orientación escolar dedicadas exclusiva o simultáneamente a este tema. Incluso se han intentado programas comunitarios o apoyos directos a los estudiantes o sus familias con la intención de solucionarlo.

Mi intención en esta ocasión no es repetir, ni explicar, ni criticar, ni resaltar todos esos intentos, para los cuales sólo expreso que son analizables en su metodología y respetables en su intención básica. Mi intención sí es intentar una explicación más natural, más sistémica y hacer una propuesta tan simple, que suene a que es algo que ya hacemos y a la vez algo tan necesario de hacer.

Permítaseme sólo una relevante aclaración de enfoque sobre la palabra problema. Se suele confundir con conflicto, obstáculo, dificultad, contrariedad, impedimento, aprieto… para no abusar de esta licencia sólo puntualizo que un problema se diferencia de esos otros conceptos por ser una situación que alguien no desea que continúe y, por tanto, está dispuesto/a a hacer algo para cambiarla. Ojo: situación, alguien, disposición, son las palabras clave. Añado, los problemas son subjetivos, son de alguien o para alguien lo son; por ello, es factible que una misma situación, estadística o circunstancia sea problema para una/s persona/s y no para otra/s.

Mi propuesta (digamos: conclusión) es disminuir el abandono escolar (situación) aplicando La Psicología del Hilo Negro desde una o más personas (alguien) a las que les importe (disposición) un/a o más estudiantes en situación o riesgo de abandono escolar.

El aspecto del diagnóstico y predicción, que permitirían prevenir la ocurrencia de más casos de abandono, suele estar endeblemente asentado sobre cuestionarios generales que son aplicados administrativamente o, en el mejor de los casos, por unidades de orientación escolar que difícilmente logran contar con instrumentos metodológicamente adecuados o utilizar los resultados con la sagacidad necesaria o llegar a una conexión directa con acciones estratégicas correspondientes. Técnicas más prometedoras son descritas por Castro, Ochoa y Sánchez (2018) bajo el concepto de minería de datos, que dicho en español y de manera simple corresponde con intentos progresivos de hallar el algoritmo que mejor identifique a los/as estudiantes con potencial de abandono; algo como lo que facebook y demás hacen, que parece brujería o espionaje, para detectar y ponernos a la vista exactamente aquello que más probablemente estamos dispuestos a consumir. Sin embargo, hay diversidad de grados de aproximación en dicho intento.

Y sí, cualquiera de ellos es la explicación en algunos casos, y su conjunción con mayor razón en todos los demás. El punto es que reunidos en una estadística no reflejan la claridad sobre el cómo actuar y eso lo podemos notar en que se han intentado acciones institucionales (programas) y hasta gubernamentales (políticas y apoyos regionales o enfocados) sin que logremos abatir los números. Y la respuesta, considero, es la diversidad. Que genera que la causa, caso por caso, podamos afirmar que es: personal. Y la concepción de un programa o una política tiene prácticamente garantizado el fracaso en la mayoría de los casos personales, a menos se su eje fuera, como NO suele ser: personal.

La pregunta es: ¿a quién le importa? Teniendo esa respuesta, procedemos a preguntar: ¿esa/s persona/s tiene/n la técnica y recursos para revertir ese/os caso/s de abandono? Analizar y especular sobre la cantidad, sus porcentajes y comparativos nos puede entretener y hasta dar pie a análisis doctos e incluso programas o decisiones destacables. Pero sólo las personas a las que les importe alguno o varios de los chicos/as podrán hacer la diferencia caso por caso. Es por eso que en los programas que han logrado algún avance, o que sobreviven lo suficiente para comparar un antes con un después, lo más destacable que logran son testimonios de la vida de chicos/as que abandonaron y volvieron, los motivos y la acción de ese alguien.

Lo pongo en un escenario que conozco bien: la familia; y me someto a la empatía de quien lea o escuche. Pensemos en ¿quién es la persona que aceptaría perder el sueño, sacrificar los recursos que tenga y esforzarse hasta el máximo cuando alguien tiene un problema? ¿Quién haría eso por ti, si el problema grave fuera tuyo? Sólo tú, o alguien de tu familia. Quizás alguien que te ama (y aspira a entrar a tu familia) o un magnífico amigo o un ser excepcional de esos a los que llamamos “buen samaritano/a”

La primera persona a la que le “podría” o “debería” importar el abandono escolar es al chico/a que lo ve posible, inminente o como un hecho. En algunos casos es así; las motivaciones varían, y allí lo que hace falta es el apoyo de una figura de afecto y la oportunidad de acceder a aquel recurso que le hace falta. En otros casos no es así, y entonces se requiere una figura que sepa qué hacer técnicamente para inducir la motivación. En otros casos, los motivos son auténticos y producto de una reflexión; entonces el abandono es una decisión sensata y válida; no cuenta como fracaso de la institución, sino como decisión personal.

La segunda son los padres o familiares. Dependiendo de la zona, la cultura, los antecedentes y otras variables, hay padres que sí y padres que no tienen como prioridad que sus hijos terminen la preparatoria, y distintas motivaciones que determinan en qué nivel de prioridad lo tienen. Cuando sí lo desean, se pueden sumar al deseo del hijo/a o incluso ser el punto de apoyo, orientación o contención que sirva a que permanezcan o regresen; a veces lo que necesitan es el respaldo técnico para orientar correctamente y otras el acceso a algún recurso que está haciendo falta para ese fin. En cambio, hay casos donde no hay tal interés o incluso los propios padres o alguno de ellos/as son exactamente el factor determinante para el abandono.

¿Quién es la tercera persona? ¿A quién más le puede importar a ese nivel que Juan o María estén en riesgo, a punto o ya en la estadística de abandonar? De manera natural/familiar puede estar en la casa, o social/comunitario puede estar en el vecindario o en alguna entidad local; y a falta o además de ello, la encontraremos en la escuela. El tutor/a de vocación, el profesor/a solidario, el orientador/a que sí es profesional o por lo menos involucrado, el director que tiene ese corazón o liderazgo… Y en muchos hermosos casos: el compañero/o, palomilla o grupo. Incluso el intendente que merece un cargo más descriptivo de su motivación o el administrativo que sabe lo que es tener un hijo/a en problemas. Puntualizo en el caso de tutores que no se trata de aquellos orientados a lo académico; y en el caso de orientadores tampoco son quienes plantean su hacer como una clase o la aplicación de un programa de instrumentos y respuestas estándar. En ambos casos me refiero a personas conocedoras, enfocadas y capaces de atender a cada persona en su individualidad y con un profesionalismo y vocación que correspondan con ello.

Ya sé. No puede ser así de casual. Por eso la fórmula propuesta para la institución es generar un programa humano, bajo el cobijo de la política apoyada por funcionarios/as sensibles y estratégicos, para disponer los recursos a una unidad que esté efectivamente disponible para cada caso en donde se requiera. Con alguien que apoye en lo técnico para las cuestiones de orientación, con alguien que valore la necesidad sensata de recursos que harían la diferencia, con alguien dispuesto a ir a donde tenga que ir, decir lo que tenga que decir e insistir hasta que Juan o María llene el espacio que le está haciendo falta, con el vínculo necesario, con el acceso a lo técnico y los recursos, inteligente y personalmente orientado.

La forma más sencilla de imaginarlo en este momento es un programa de tutores, no de maestros que hagan la función, sino 1 o más personas que tengan esta capacidad de agencia para vincular un caso con lo que requiere, y luego 2 y luego 3… El perfil profesional sirve: trabajo social, psicología, orientación, educación… pero lo más importante es el filtro para tener a la persona que por historia, vocación, momento de vida o incluso por lo que le represente su sueldo, entienda que su labor es asegurar que Juan y María y luego otras personas, se queden. Y el mecanismo es la guía global para el proceder efectivo y la capacitación de campo, vivencial y técnica para asegurar que sus resultados sean los mejores posibles en cada comunidad.

Hace algunos años formulé el concepto de La Psicología del Hilo Negro. Que simplemente se refiere a lo que el famoso dicho. Cuando alguien pretende que ha hallado una gran, compleja y/o novedosa solución a un problema y en realidad nos dice algo que ya sabíamos desde hace mucho tiempo. Le decimos “¡Ahh; descubriste el hilo negro!” Y es que el hilo negro no se descubre, porque ya está descubierto y todos/as tenemos acceso a él. La diferencia es si lo usamos o no.

Así, este planteamiento puede resultar tan obvio como anuncié; el problema es que NO es así como procedemos ni política, ni institucional, ni familiar, ni personalmente. Y por ello un problema multifactorial se atiende con acciones incompletas, discontinuas y descontextualizadas. La fórmula para usar La Psicología del Hilo Negro es: hacer lo que ya sabemos que debemos hacer, hacerlo mucho, hacerlo sanamente, hacerlo hasta que funcione.

Y con ello en mente un equipo técnico, seleccionado pensando en el perfil de persona involucrada que necesitamos y enfocada exclusivamente a mantener o recuperar a nuestros chicos/as en el Colegio luce como la opción viable para arrancarle día a día números a la estadística y usar los recursos disponibles hasta su mejor éxito.

Esas personas serán capaces de construir los testimonios de éxito como regla y no como excepción, nos sabrán explicar lo que estudiante por estudiante funcionó y lo que está haciendo falta en los casos que no han sido recuperados. E incluso nos podrán dar cuenta de aquellas historias en las que Teresa o Martín no regresaron, pero están haciendo algo tan sano y válido con sus vidas que ameritan nuestro reconocimiento y ser excluidos también de la estadística.

Cuando un problema es propio, sentido y prioritario lo que aplica es TODO: lo necesario, sin descanso hasta que hallemos una solución o un estado de cosas satisfactorio. ¿Es el abandono escolar un problema de esa naturaleza para ti? ¿Nos lo tomamos como un problema personal? Adelante, procedamos a aplicar La Psicología del Hilo Negro y usar lo que tenemos para asegurar que se queden o vuelvan los/as más posibles, estudiante por estudiante. 1 X 1, no la estadística, simple aritmética: que resuelve un gran, complejo, antiguo y urgente problema, si nos lo tomamos personal.

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*Jorge Valladares Sánchez
Papá, Ciudadano, Consultor.
Doctor en Ciencias Sociales.
Doctor en Derechos Humanos.
Presidente de AME Adolescentes, A.C.
Psicólogo y Abogado.

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