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El adelanto de las mujeres

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¡Cómo está costando trabajo!

Por María Elena Álvarez de Vicencio (*)

Cuando se empezó a difundir la idea de que las mujeres debían ocupar cargos públicos, el rechazo de los varones fue generalizado y el de las mujeres también se expresó en alguna medida. Las razones que fundamentaban ese rechazo se referían a que “las mujeres no estaban preparadas” y la sostenían, casi por igual, hombres y mujeres.

Hoy ese argumento sólo puede ser válido tanto para mujeres como para varones, pero sólo cuando se habla de zonas deprimidas en las cuales no hay posibilidades de que la juventud acceda a la Preparatoria y menos a la Universidad, pero en general ya podríamos afirmar que las mujeres están preparadas y que lo van a estar más que los varones.
Esta afirmación se sostiene con los datos del INEGI sobre el número de mujeres y hombres que asisten a las Universidades, tanto públicas como privadas; en la mayoría de ellas el alumnado femenino ya es mayor que el de los varones.

Sólo hay nueve Estados en cuyas universidades los varones superan en número a las mujeres y por una mínima diferencia. Esos estados son: Estado de México, Guerrero, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa. Tlaxcala y Zacatecas.

Si se analiza también la participación ciudadana, en las organizaciones sociales encontramos que la colaboración femenina la supera con 66.8% en tanto que la masculina es de 57.78%.
No se trata de una competencia de mujeres contra hombres; se trata de adecuar a la sociedad para que pueda responder a los cambios que la misma está exigiendo en el área económica, política y social. Cuando la sociedad tenía como prioridad su propia existencia, la mayor responsabilidad de la procreación humana les tocó a las mujeres y a los varones se les ubicó en área de la producción de los recursos materiales.

A esta distribución que pudo haber sido un simple reparto de actividades, se la agregó el ingrediente del “PODER” el cual, de acuerdo a las distintas culturas, se ubicó en los varones y las mujeres quedaron sometidas al poder masculino.

En la actualidad el requerimiento de la reproducción humana ha disminuido, las demandas económicas son más amplias y las sociales y políticas son determinantes. Es por esto que el papel de las mujeres no puede ser el mismo; el de los varones en esencia no ha cambiado.
Las mujeres han entrado al campo económico, son necesarias, pero como no era su campo tradicional se les paga menos que a los varones por igual o mayor trabajo. Eso tiene que corregirse. Han entrado también al campo político y esto lo trastoca todo para los varones que eran los únicos dueños del poder y quien lo detenta no lo entrega voluntariamente. Se cambia de manos por una “revolución” o por una nueva “Constitución”. Las mujeres están llegando a los cargos públicos apoyadas por las nuevas Leyes de Cuotas; en el Legislativo se ordena que sean la mitad y en los gobiernos municipales que sean uno y una los Regidores, pero ¡cómo está costando trabajo!

En el actual proceso electoral las mujeres han encontrado grandes barreras, los varones que no quieren dejar el poder, se las ingenian para poner a esposas o secretarias a fin de mandar a través de ellas. Las mujeres candidatas están teniendo que superar obstáculos superiores sólo por el hecho de ser mujeres, pero no se desaniman. Los cambios para quienes sienten que pierden algo que era suyo, no son fáciles, pero las mujeres están preparadas y sobre todo, son conscientes de que tienen que hacerlo muy bien para que sea una realidad el adelanto de las mujeres.

melenavicencio@hotmail.com
(*) Militante del PAN

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