Cada tarde de domingo ella acudía al lugar.. abajo estaban las casas blancas que eran tan blancas que cegaban la mirada. Esas calles retorcidas en cuestas y balcones con geranios rojos. La fuente!
Allá, en la fuente, se habían dado el primer beso. Catorce años ella, unos meses más él. Cuando la vida era como era antes ella leía novelas como La chica salvaje y soñaba ser escritora en el futuro..
Y él quería ser torero! Pasaba la mañana con capotes, la tarde con muletas, la noche con lances entre sueños y almohada. Iban los dos al mismo colegio, eran estudiantes de buenas notas.. Leía, él, versos…
Qué bien besan los niños buenos, había pensado ella, cuando todavía vestía vestido blanco y peinaba trenzas en la melena.. Y, de repente, la nada o el todo o el miedo. Y las cosas cambiaron…
Y ella iba cada domingo al lugar. El amor iba a triunfar, era una niña de fe y lo sabía. Y desde allí, desde lo alto, cantaba muy fuerte, y leía cuentos de Poe, y recitaba poesía… Y él, abajo, escuchaba. Sonreía…
Dedicado a todas las personas sensibles
A la que gente que lee
Al toreo
A mi mago
A mi Luis
A los Albriux
A mi cantante favorito
Y a los cuentos