Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.
Hoy es Día del Médico y que mejor ocasión para honrar a estos profesionales que con sus propias vidas han mostrado y demostrado su amor, pasión, profesionalismo y sobre tu su sacrificio dando la vida, si es necesario, por los demás.
Asimismo, es digno y vale recordar que el trabajo y la enorme responsabilidad de las y los médicos es acompañada del personal de enfermería, camilleros, químicos y mucha gente más que también celebra sus respectivas efemérides pero que, dado el momento, resulta más que fundamental recordarlos y decir que también, como los médicos, han sacrificado sus vidas por los demás.
Hoy en México, la sombra del COVID-19 continúa rondando. No se, a ciencia cierta, si ya pasó la primera ola de la epidemia dejando una estela de casi 88 mil muertes y casi 900 mil personas oficialmente infectadas; o de lo contrario, si aún estamos viviendo la primera ola con amenazas de repunte o aumento, como usted quiera decirle, en al menos ocho estados, hasta el día de hoy.
En Yucatán, gradualmente se reactivan las cosas, pero con mucho cuidado ya que el semáforo naranja significa navegar entre el amarillo y el rojo, este último llevándonos de nuevo al encierro o cuarentena que representaría, ahora más que nunca, un golpe letal para la economía de todos los habitantes de Yucatán, sumando a esta situación los daños ocasionados y que podrían continuar generando fenómenos climatológicos ya que estamos en plena temporada de huracanes que amenaza, incluso con ir más allá de lo previsto.
Yo, personalmente, considero que los gobiernos federal, estatal y municipales están haciendo lo que por ley les corresponde, lo que están obligados a cumplir para proteger la vida de sus gobernados, de la ciudadanía, sin importar sus condiciones sociales y económicos y anteponiendo ante todo el carácter, sentido y valor humano.
Ahora, insisto, qué responsabilidades tiene la población, todos y cada uno de los habitantes del estado, sin importar también sus condiciones. Las medidas sanitarias como lavarse continuamente las manos con agua y jabón, mantener su sana distancia y portar cubrebocas, creo están al alcance y posibilidades de todos.
He visto a gente, a bordo de vehículos último modelo, casi blindados, manejar o acompañar al conductor con cubrebocas, pero también he visto a trabajadores recolectores de basura, a operadores de transporte público o a gente transitado en sus bicicletas y triciclos, llevar sus cubrebocas, lo cual indica que sí es posible y que así debemos continuar.
No bajar la guardia por la pandemia, como dice Gatell, NO ha terminado y es más…NO SABEMOS HASTA CUANDO VIVIRÁ ENTRE NOSOTROS EL “MENTADO” VIRUS.
Regresando al tema que nos atañe en esta ocasión, el Día del Médico, resulta no importante sino necesario reconocer y aplaudir a los profesionales de la salud en todas y cada una de las especialidades. Darles las gracias por SALVAR VIDAS, RESCATARLAS DE LAS GARRAS DEL COVID-19 y más que nada y sobre todo, rendir honores a todos aquellos que, en cumplimiento de su deber, HAN OFRENDADO SUS VIDAS, para que otros vivan.
Como bien dijo hoy el Secretario de Salud del Gobierno de México, Jorge Alcocer Varela, quien habla poco y a veces con dificultades, pero dice grandes verdades: “hoy celebramos la profesión, la pasión y la humanidad, y de manera especial, recordamos a los profesionales que han caído cumpliendo su deber.
“Lo hacemos en silencio y con acordes teñidos de tristeza, admiración y agradecimiento”, apuntó el funcionario y creo, con sinceridad, que es lo menos que puede hacer el gobierno para recordar a las decenas o tal vez cientos de profesionales del sector salud que han muerto tratando de salvar vidas. ¿que paradoja, no?.
Saludos y Hasta la Próxima
Y, recuerde, el VIRUS aún está entre nosotros y la vacuna…aún en veremos.
PD. Es importante vacunarse contra la Influenza, de hecho yo necesito hacerlo, pero NO HAY VACUNAS EN LOS CENTROS DE SALUD DONDE HE PREGUNTADO.
