Por: Ismael Méndez Camargo.
Tu vida más allá del cubrebocas y las vacunas.
Muchos cantan victoria y se alegran por el fin de la
pandemia del COVID, que trajo millones de muertes en el mundo y más de dos
millones de personas en México así como
en nuestro estado Yucatán con más de novecientos mil contagiados y un promedio
de nueve mil fallecimientos por año, según reportes del Registro Civil del
estado, cifra no exacta, pues los decesos fueron más y por diversas
circunstancia no aparece en los reportes del sector salud y del citado registro
civil, siendo la más terrible etapa de mortandad en nuestra entidad
federativa.
Surgieron para quedarse una gran variedad de métodos
antisépticos, vacunas, tratamientos y un sinfín de remedios caseros o
naturistas para complementar los complejos vitamínicos que se agotaron en las
farmacias, más aun los que contenían vitaminas C y zinc para fortalecer las
vías respiratorias, dando resultados aparentes, pero que en muchos casos los
pacientes que salieron de la enfermedad, presentan hoy en día profundas
secuelas que combinado con las comorbilidades que ya presentaban antes del
contagio y que una de las causas más rápidas del deceso ya que el virus atacaba
las partes más débiles y sensibles del paciente.
El mundo se vio invadido por diferentes tipos de
cubrebocas y caretas, así como guantes,
utensilios desechables, tapetes antibacteriales, aerosoles
desinfectantes, representando un gran negocio para este tipo de industrias y
tiendas que se dedicaron a la venta de este tipo de productos; sin embargo se
ha notado un gran relajamiento en las
medidas de prevención, ante el riesgo de contraer no solo el COVID, sino
también otras que han surgido en este siglo y que seguro continuarán
apareciendo. Hemos notado que solo personas que atienden al público continúan
usando el cubrebocas como los empleados de bancos, policías, tiendas
departamentales, oficinas públicas y algunos alumnos de las diversas escuelas
etc. pero los usuarios del transporte público ya perdieron esa sana costumbre
incrementando la posibilidad de contraer cualquier tipo de enfermedades.
El hábito del lavado frecuente de manos ha pasado a
ser cosa del pasado, reunirse en eventos públicos como el carnaval, las ferias
populares han incrementado los contagios de varias enfermedades, ante la
complacencia de las autoridades, las cuales no han implementado protocolos,
post pandemias para el cuidado de la población, además que ya no informan de
las muertes por el citado covid, que en enero y febrero fueron setenta, desde
luego hablando de los reportes de la secretaría de sanidad que siempre han sido
inexactos, por obvias razones que no les conviene a los altos funcionarios del
referido sector, esto es sin tomar en cuenta los fallecimientos ocurridos en
las clínicas particulares y en los domicilios particulares.
Los cuidados se deben extremar cuando salgamos de casa
para evitar desagradables sorpresas en contra de la salud, pues nadie está
exento de adquirir enfermedades por contacto público. Se han implementado
campañas de vacunación contra la influenza, el neumococo, la hepatitis B, sin
embargo se devuelven lotes enteros a los laboratorios, porque las personas no
acuden a la aplicación preventiva que puede salvar sus vidas, con el pretexto
de que no estaban enterados, pero yo hago una pregunta, a quien le interesa que
se aplique la vacuna, al gobierno o a uno mismo ? pues sin duda ya son
decisiones personales, ya que la salud no tiene refacciones y quien sufre es el
enfermo que pudo no estarlo si hubiera actuado a tiempo.
La gran mayoría de la población sigue enfermándose por
necedad propia, desatendiendo indicaciones de los médicos, aumentando cada día
más el número de dolientes de diabetes, hipertensión, VIH y otras enfermedades
sexuales, problemas circulatorios, cirrosis por alcoholismo, además de padecimientos renales, incluyendo
las derivadas de la obesidad por solo mencionar algunas. Según las estadísticas
solo el diez por ciento de la población en México usa suplementos alimenticios,
más de un setenta por ciento de habitantes
casi no hace ejercicio que el hecho de practicarlo es un sinónimo de un
seguro de salud, por todo lo que representa activar nuestro cuerpo y evitar
muchas dolencias, además de incorrectos hábitos alimenticios, aún a sabiendas
que nos perjudican en nuestra salud. Dice el sabio refrán yucateco, lo más
hermoso de los problemas es evitarlos más allá del cubrebocas, caretas y
vacunas, que ayudan pero no son suficientes.
