Por: Eduardo Ruíz-Healy.
Bruselas, Bélgica.- Esta ciudad es famosa, entre otras cosas, por las poco más de 500 chocolaterías en donde se venden muchos productos elaborados con cacao. Además de ser la capital de la Unión Europea, es la capital mundial del chocolate.
El cacao llegó a Europa poco después de la conquista de México. Una versión afirma que Hernán Cortés regresó a España con granos de cacao y que para fines del siglo 16 el chocolate, palabra que proviene del náhuatl xocoatl, era una bebida muy apreciada por la corte española que presidía un monarca que también lo era de lo que hoy es Bélgica.
A algunos europeos no les gustaba del todo la amargura de la bebida de cacao azteca y desarrollaron sus propias versiones añadiéndole azúcar, canela y otras especias y saborizantes. Nacieron así los precursores del chocolate que hoy se consume en todo el mundo.
La obsesión belga por el chocolate empezó en 1635 cuando el abad de la Abadía de Baudelio, en Gante, compró cacao y lo transformó en una deliciosa mezcla que luego se hizo muy popular.
Después de casi 400 años de elaborar chocolates, ¿a qué países les compran las chocolaterías de este país el cacao que usan para elaborar sus excelentes productos?
No a México, el país en donde, según algunas investigaciones, los primeros agricultores sedentarios de Mesoamérica, los mocaya, domesticaron el cacao hace casi 4000 años en el Soconusco, en la costa de Chiapas.
De acuerdo con los datos más recientes, en 2020 los chocolateros de Bélgica adquirieron 55% de su cacao en Costa de Marfil, 10% en Ghana, 10% en Nigeria y el 25% restante de otros países africanos, asiáticos y americanos, entre ellos México.
México produjo 27 287 toneladas en 2021 y fue el 13º productor mundial de cacao, pero su producción fue mínima en comparación a la de los siete grandes que son Costa de Marfil (2 millones de toneladas), Ghana (883 652 toneladas), Indonesia (659 776 toneladas), Nigeria (328 263 toneladas), Camerún (295 028 toneladas), Brasil (235 809 toneladas) y Ecuador (205 995 toneladas).
Pese a ser el 13º productor, en 2020 México exportó apenas 1.12 millones de dólares de cacao, lo que lo convirtió en el 50º mayor exportador del del mundo. Ese año el cacao en grano fue el 897º producto más exportado desde México y el principal destino de esas exportaciones fue precisamente Bélgica, que pagó 343 000 dólares por él, un monto insignificante si se toma en cuenta que ese país importó cacao por un total de casi 2700 millones de dólares.
Los datos arriba anotados indican que tal vez existe un mercado interesante para el cacao mexicano, siempre y cuando el producto satisfaga los estándares de calidad que ha establecido cada uno de los principales compradores del producto, que son Holanda (20.8% del total), Estados Unidos (11.6%), Malasia (10.8%), Alemania (7.96%), Indonesia (6.46%), Singapur (4.59%), Turquía (3.84%) y, claro, Bélgica (3.61%).
Incursionar en esos mercados no será fácil y los productores y los sectores gubernamental y empresarial deben trabajar juntos para diseñar los planes necesarios para lograrlo.
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