Por Francisco López Vargas
Yucatán cierra la semana y quizá cuando usted tenga este ejemplar de La Revista ya haya una definición de quien será el candidato a gobernador del PRI. Los panistas todavía no lo saben, pero al fracasar el Frente Amplio por México sería hasta cierto punto normal que Mauricio Vila pidiera licencia y se impusiera a Renán Barrera. Eso diría la lógica, pero en política todo son acuerdos, conveniencias y escenarios alternativos, ni uno de ellos lógico.
En el PRI pareciera que la decisión está complicada: Jorge Carlos Ramírez Marín tiene una gran ventaja que así como le permitiría aspirar podría poner en peligro su intensión: es amigo del gabinete económico, protegido de Luis Videgaray Caso, cercano a José Antonio Meade y en esa cercanía estriba su vulnerabilidad precisamente porque sería más sencillo pedirle que no se registre, que se espere y que, de nuevo, se lo lleven al gabinete o a una cámara. Otro factor en contra sería Ivonne Ortega, con quien tiene diferencias irreconciliables.
A Pablo Gamboa Miner lo ven muy joven para ser candidato. Le niegan su ascendencia yucateca y, como sucedió con su padre Emilio Gamboa con Víctor Cervera Pacheco, hay un sector que sería reacio a acompañarlo a pesar de su priismo de por vida. Sin embargo, el trabajo de Gamboa sería su carta, pero sobre todo las relaciones de su padre que vaya que ha estado en primera fila de los gobiernos en los últimos 35 años.
A Mauricio Sahuí le apoya su familia política. Hijo de priistas de cepa, con tíos que ya hasta alcaldes fueron, con una vinculación a Ivonne Ortega que se perdió cuando aceptó ir a un evento de Dulce María Sauri, Mauricio sería la opción más local, más tradicional y su labor en Desarrollo Social del Estado le habría permitido no sólo ser conocido sino también haber ayudado a muchos yucatecos.
Por lo que se aprecia pareciera que Felipe Cervera estaría apoyado no sólo por su pariente Ivonne Ortega sino incluso por el propio gobernador que lo tendría como otra opción cómoda para su gobierno. Cervera ha usado y usufructuado el nombre de su padre y su presencia en el interior del Estado es sólida y discreta aunque se ve si en Mérida y su zona conurbada pueda tener empuje. Apellidarse Cervera es un patrimonio de su familia, pero no se ve si eso sea suficiente.
De Víctor Caballero y Roberto Rodríguez no parecieran tener mayor opción que otro encargo u otra candidatura. El gobernador los ha apoyado, los ha promovido para dejarlos pasearse, para tratar de subir en las encuestas, pero no pareciera haber sido suficiente, pero en política el tercero en discordia puede surgir sobre todo si hay una decisión que genere polémica en otros candidatos que amaguen con no jalar con el partido.
Liborio Vidal y demás actores participaron y seguro negociarán posiciones para ellos mismos o sus grupos.
En el PAN las cosas no se ven tan fáciles. Vila tendría la opción de quedarse, pero quiere ser candidato a la gubernatura igual que Barrera, pero éste sabemos que se conformaría con la Alcaldía, el Senado y para ser prácticos, hasta con una diputación federal. Si alguien depende del CEN panista ese es Barrera por su cercanía con un disminuido Ricardo Anaya.
En el PAN estarían tratando de conseguir los votos que fueran necesarios. Hasta a Ana Rosa Payán están considerando para una senaduría a pesar de que su enfrentamiento con Patricio Patrón por la imposición de Xavier Abreu como candidato a Gobernador llevó a ese partido a la derrota. La soberbia de unos y otros fueron fundamentales para la derrota en una elección en la que entraron con decenas de puntos de ventaja.
Lo del Frente en Yucatán pareciera muerto por lo que la imposición de la dirigencia del PAN está a la vuelta de la esquina antes que atreverse a ir a una convención electiva para definir al candidato a gobernador.
Siendo realistas, el único partido que podría dar una sorpresa es Morena que si no hay escisiones en el PRI o PAN se conformará con la alcaldesa de Valladolid como su abanderada y vaya que las sorpresas están abiertas.
En Yucatán la elección no la tiene segura nadie. Ni el buen trabajo de Rolando Zapata sabemos si repercutirá en los comicios porque un gobierno bueno no necesariamente da votos, aunque uno malo seguro los quita; ni si el PAN de tradición local logra remontar su ya histórico segundo lugar.
A esperar, que sólo falta un empujón.