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El cubrebocas, Presidente

Marco Cortez Navarrete
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Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.

Líderes mundiales como Xi Jimping, Vladimir Putin, Donald Trump, Emmanuel Macron y Angela Merkel, por citar algunos, así como la Organización Mundial de la Salud, expertos epidemiólogos nacionales y extranjeros, entre ellos Anthony Fauci y el mismísimo Hugo López Gatell, que así lo mostró en su visita a Tabasco, sin dejar de lado a líderes empresariales, artistas, gobernantes, intelectuales, y muchos más iconos y símbolos representativos de las diversas sociedades, coinciden con el uso de la mascarilla o cubrebocas para frenar la ola de contagios por COVID-19.

Al usar el cubrebocas estas personas están mandando claras señales, todos los días y a cada momento, acerca de la importancia de utilizar este protector como uno de los elementos esenciales para frenar o disminuir la ola de propagación del coronavirus, entonces aquí surge la pregunta: ¿por qué el Presidente de México no decide unirse a esta iniciativa?.

Cierto, no es la solución, pero está científicamente comprobado que es un recurso que debe ser visto y utilizado para contener relativamente la pandemia que tanto daño ya causó y sigue causado, cada hora que pasa. Con su cubrebocas ante los medios de comunicación en las conferencias mañaneras y en los principales eventos públicos, el presidente mexicano daría un mensaje muy importante a la población, especialmente a aquellos que argumentan también no es necesario o, peor aún, dicen que el virus no existe y que es un invento.

Es importante reconocer que el Gobierno y especialmente el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, está realizando una trascendente labor en materia de negociación para adquirir y traer equipos médicos del extranjero y para repatriar a connacionales varados en diversos países y de manera más significativa traer a suelo mexicano las cenizas de compatriotas que cayeron víctimas de la pandemia, especialmente en la Unión Americana.

Asimismo, es alentador escuchar también las gestiones que se realizan para tener en un futuro -esperamos no muy lejano-, la vacuna que por fin ponga un freno a la estela de muerte en nuestro país. Parece que será China -lugar donde curiosamente emergió la enfermedad-, la nación que nos extenderá la mano (vía crédito) pero no debemos ni podemos descartar otras iniciativas que se llevan a cabo en Inglaterra, Rusia y en los Estados Unidos, para elaborar la inmunización.

Pero ¿por qué el Presidente de México se resiste a utilizar el cubrebocas?; vamos, hasta su esposa, Beatriz se lo pone en eventos públicos, uno de ellos, el más reciente, acompañada de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Presidente, si usted se une a esta iniciativa habría otra actitud y sentido de responsabilidad, su ejemplo representaría un muy importante mensaje, pero no, no lo hace, salvo cuando aborda un avión donde por norma es obligatorio tenerlo puesto ya que, de lo contrario, no podría viajar por su seguridad y la de los demás pasajeros.

No quiero, en este texto, entrar a la polémica de la velocidad de contagios, decesos y capacidades o disposición de camas y equipos en hospitales para la atención de las personas infectadas o graves, y más aún, de la carencia o no de recursos humanos para enfrentar la pandemia; lo único que deseo enfatizar aquí es la importancia que tiene para todos los mexicanos el uso del cubrebocas para frenar los contagios del feroz paso de la pandemia en los rincones del país.

Quiero estar cierto que se desea lo mejor para el pueblo, especialmente para los que menos tienen y siguen siendo los que sufren más y se exponen todos los días al virus. Presidente, usted lo dijo en reciente conferencia de prensa que ya perdió a seres amados y amigos, ponga pues su grano de arena para alcanzar un control más o menos del problema que nos permita salir adelante y reactivar la economía que está por los suelos. Usted, ante su secretario de Hacienda dijo que si con el cubrebocas se sale más rápido de la crisis se lo pondría, pues, ¿sabe que?…así es.

¡Que bueno que respeta y sigue los consejos de los científicos, de los expertos!, pero aquí estamos hablando de un lenguaje corporal, de imagen, de mensajes para un mayor cuidado y protección. En Yucatán es obligación portar cubrebocas como lo es prácticamente en toda la nación, solo falta que usted, presidente, confirme, muestre y se solidarice con su ejemplo.

Recuerde que en la pandemia de la gripe española, poco después de la Segunda Guerra Mundial, uno de los medios que ayudó a la humanidad fue entender que esté aditamento que tapa boca y nariz evitó que la cifra de muertos fuera mucho mayor de los 50 millones vidas perdidas, amén de otros millones de muertes más a causa de la guerra, en aquel entonces no había avances científicos y tecnológicos como ahora. Dejo muy claro que no soy científico, mucho menos epidemiólogo, tampoco médico, pero sí un ciudadano que quiere dejar de ver, leer y escuchar tanta muerte en su país y que además se levante y salga adelante recuperando todo lo que se ha perdido.

Marco Cortez Navarrete
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