La Revista

El día del padre, prueba de fuego para los yucatecos

Marco Cortez Navarrete
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Por: Marco Antonio Cortez Navarrete. 

A tan solo unas horas de la celebración del Día del Padre, me atrevo a escribir algunas líneas sobre esta fecha.

Este tradicional festejo se llevará al cabo en medio de la pandemia por COVID-19 tal y como sucedió para las fechas de festejo por el Día del Niño, 30 de abril, y por el Día de la Madre, 10 de mayo.

Días después de recordar a los niños y a las madres de familia se registraron sendos repuntes de contagios del virus y posteriormente vivimos surgir de manera cotidiana en los reportes de salud, los número de infectados y decesos por el coronavirus.

Se acerca el Día del Padre y de todo corazón espero no pase lo mismo, o sea aún peor.

De acuerdo con estadísticas oficiales hasta este viernes las cifras en Yucatán van en aumento, como dice mi amigo el investigador Luis Ramírez, “no hay tal meseta y la curva no es curva, más bien una escalera a la enfermedad y/o a la muerte”.

No hay de otra, la solución está en cada uno de nosotros los ciudadanos. Para el Gobierno de México, con su titular que anda de gira por el país como si no pasara nada, el tema ya está en manos de los gobiernos estatales. La vida tiene que seguir, argumenta el líder supremo de la 4-T.

Cifras oficiales indican hasta el 19 de junio que en México hay casi 165 mil 500 contagiados, de estos 23 mil 528 están activos, hay 59 mil 778 más sospechosos y lo más triste 19 mil 747 muertos.

¿No se había dicho que el pronóstico para México sería de 8 mil decesos? ¿qué pasó? ¿falló la calculadora?…el caso es que el gobierno federal ya delegó el caso a los estados, creó “semáforos” de varios colores para orientar y supervisar, pero el paquete ya pertenece a cada estado. Primero, las giras y los despidos de quienes no están con el proyecto de “ser” o “no ser”.

Para los yucatecos el tema se agravó con las tormentas tropicales que generaron infinidad de problemas en los 106 municipios del estado, especialmente en los más pobres y vulnerables, situación que propició que mucha gente se olvidara de la pandemia y se preocupara más por la alimentación de la familia, pérdida de sus casas, ganado doméstico, cultivos, etc.

Es evidente que los gobiernos estatal y municipales se han volcado a resarcir los daños causados por los fenómenos climatológicos pero se dijo, y en voz del jefe del ejecutivo, que en zonas dañadas del interior del estado se esperan aumentos de contagio por COVID-19

Los yucatecos estamos pues ante una disyuntiva, salir o quedarnos en casa, y dejarán sus hogares quienes no tienen otra alternativa y tienen que llevar alimento a sus hogares, pero la petición es que lo hagan protegiéndose lo mejor posible para evitar contagiarse y llevar al virus a sus hogares.

No es nada fácil lo que estoy diciendo, estoy muy claro y consciente, pero tendrá que ser así. El gobierno está haciendo todo lo que está a su alcance pero finalmente somos los ciudadanos quienes tenemos las respuestas en nuestras manos.

Dicho lo anterior deseo felicitar, primero, a los padres que ya no alcanzaron a disfrutar su día, que fueron derrotados por el asesino invisible y que no pudieron decirle adiós a sus seres más queridos y apreciados.

Deseo felicitar también a los padres de familia que, a sabiendas de lo que sucede, se siguen arriesgando con tal de que sus hijos coman, estudien y salgan adelante aspirando tal vez a una mejor vida.

Para todos ellos, mi respeto y admiración.

Felicito también a los padres de familia que están aún en sus casas, esperando mejores oportunidades para incorporarse a la llamada Nueva Normalidad e integrarse para seguir con sus vidas, sin importar cuánto tiempo más latirán sus corazones.

A mis familiares y amigos que son padres de familia les envío un muy fuerte abrazo y les deseo de corazón luchen por su propio bien y el de los suyos.

También felicito a los papás de familiares y amigos que ya pasaron seguramente a una mejor vida, no ahora, desde hace meses o años, y que seguramente están presente en los corazones.

No los olviden, porque es la única forma de que sigan con ustedes.

No podía faltar recordar a mi padre, hombre trabajador, enérgico y testarudo y quien es motivo para siga dando batalla, poca o mucha, batalla al fin.

A mis colegas y compañeros que son padres de familia, les mando mi cariño, respeto y admiración porque de todos ustedes aprendo todos los días y me dan aliento y fuerza para continuar.

Y para finalizar, una petición, este domingo no salgas de tu casa, menos con tus hijos y esposa o esposo para visitar a tu papá, hazlo desde tu casa, si no tienes teléfono recuérdalo con cariño, si lo tienes háblale y dile que lo quieres y si tienes equipos tecnológicos más sofisticados haz uso de ellos para verlos y abrazarlos.

Como dijo mi maestro y amigo Manuel Triay: en tus manos está el riesgo de contagiar o contagiarte, regálale a tu padre más años de vida, que tu visita este domingo no sea el último adiós a quien te dio la vida”.

Hasta la próxima y cuídense mucho.

Marco Cortez Navarrete
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