La Revista

El encierro

Elda Clemente Reyes
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Sic Sac, por: M.A. Elda Clemente Reyes.

Desde que inició la pandemia los protocolos de seguridad sanitaria y las consecuencias económicas estaban siendo debatidas por los expertos, pero muy pocos, se prepararon psicológicamente para vivir el encierro más largo de su vida.

Aunque los seres humanos somos adaptables, no todos reaccionamos igual frente a la “nueva normalidad”, que implica asumir lo que está pasando o tratar de escapar, porque la realidad supera muchas veces, el límite de la resistencia.

El Coronavirus llegó para demostrar lo vulnerables que somos y puso en evidencia que no estamos preparados para enfrentar un enemigo invisible o de gran alcance letal. Cuando creíamos que el poder, la riqueza y cosas materiales, lo eran todo, comprobamos que no tenemos control de nada y que, de la noche a la mañana, somos parte de un mismo experimento. 

Los cambios que nos vimos obligados a realizar en nuestra rutina diaria, la casa, la oficina y la convivencia, han tenido, en la mayoría de los casos, un impacto positivo. Por ejemplo, el home office se instaló en las empresas y organizaciones que rápidamente adoptaron este mecanismo como alternativa de sobrevivencia y está dando resultados.

Han pasado aproximadamente dos meses de confinamiento, su impacto en la gente, las empresas y el gobierno es distinto. El nuevo reto será lograr que, en los estados y municipios clasificados con menos riesgos, regresen a sus actividades para agilizar la reactivación económica. Legisladores federales, alcaldes y gobernadores que no comulgan con la 4T calificaron como irresponsable la estrategia para la reapertura de actividades educativas, sociales y económicas. 

Incluso el gobernador de Puebla se reveló contra la propuesta y la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, anunció la creación de la Comisión Científico Técnica que se encargará de revisar la veracidad de los registros de defunciones por Covid-19. No están en contra de AMLO, pero ninguno coincide con el subsecretario Hugo López-Gatttel, en criterios y cifras, quien ya afirmó que los mandatarios estatales no tendrán “pleito” con el Gobierno Federal, si eligen retrasar la reapertura en esos lugares.

Aunque la luz al final del túnel está cerca, debemos preguntarnos:

¿Qué tengo que aprender de este encierro? ¿Cuáles son los cambios en mi vida que me hace falta hacer? ¿Estamos preparados para vivir alejados del bullicio? ¿Somos más productivos a distancia? ¿Es necesario que un virus nos ubique y provoque episodios dolorosos para empezar a valorarnos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos?

En lo personal, el aislamiento no afectó mi estado anímico porque estoy acostumbrada a la soledad, la introspección y disfruto el silencio para reflexionar y escribir. Por primera vez, mi forma habitual de existencia jugó a mi favor. Factores externos fuera de mi alcance fueron los que lamentablemente marcaron este episodio.

Cada uno ha sufrido el encierro de distinta manera. No quiero pensar, que esta ausencia sea en vano. La mayoría tendrá respuestas más claras después de la pandemia, cuando el recuento de los daños nos diga, si superamos la prueba o en qué fallamos. 

 Nada volverá a ser igual, ni siquiera yo misma.

Elda Clemente Reyes
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