Por: Julio Muñoz Menéndez
El pasado martes 24 de noviembre, el fútbol club Barcelona venció al Dínamo de Kiev 0-4 en Ucrania en el cuarto partido de la fase de grupos de la Champions League, el torneo más importante de clubes, con una buena actuación de la plantilla blaugrana sin muchas de sus estrellas.
Ronald Koeman, entrenador del Barça decidió darle descanso a Lionel Messi y a Frankie De Jong para este partido, debido a que llegaban muy bien posicionados en el grupo con un paso perfecto luego de tres partidos y con nueve unidades que le permitían al entrenador darse el lujo de descansar a sus grandes referentes e indiscutibles del club, que han tenido un desgaste físico considerable en las últimas jornadas, debido a la exigencia del calendario de la liga y de la Champions League, dejándolos fuera de la convocatoria para el viaje a Ucrania a mitad de semana y así poder probar otras piezas que tiene dentro de su plantilla y que han tenido muy poca participación en la liga nacional como lo son Trincao, el centro delantero Braithwaite; quien tuvo una actuación memorable anotando sus primeros dos goles y dando su primera asistencia en Champions League; Aleñá en el medio campo; Junior Firpo; Mingueza, canterano central debutante que será vital luego de la lamentable lesión del titular Gerard Piqué; Riqui Puig, entre otros.
La jugada le salió bien, ya que le dio rotación a una plantilla que en la liga doméstica se encuentra en el lugar número trece, a tan sólo cuatro puntos de la zona de descenso a segunda división, luego de 10 jornadas, aunque el Barcelona tiene dos partidos menos, jugando hasta el momento ocho partidos únicamente y teniendo uno de los peores arranques ligueros de su historia, con muchas dudas, poco fútbol y críticas que rodean al club.
Por eso “el espejismo”, porque, por una parte, en el torneo más importante se encuentran en una posición privilegiada, pero del otro lado de la moneda han tenido actuaciones muy pobres en el torneo doméstico con su cuadro titular, dejándolos en la mira de todos los medios de comunicación y las críticas.
Muchas son las razones de este mal inicio de temporada en la liga local para el fútbol club Barcelona pero sin duda lo que más ha dejado a desear es el nivel de su estrella principal, Lionel Messi, quien se le ha visto desanimado y bajo de nivel en los partidos que ha jugado esta temporada con el club obteniendo únicamente tres goles en liga y ninguna asistencia en los ocho partidos que ha jugado. Números que no estamos acostumbrados a ver a estas alturas en el astro argentino y quien recordemos a principio de temporada quiso salir del club, pero estuvo rodeado de una situación legal en la cual para evitar un conflicto más fuerte con el club de sus amores decidió permanecer un año más “a la mala”. La llegada de un nuevo entrenador y la salida de un referente como Suárez, son otros factores que afectan el presente de la entidad catalana. Además de la renuncia del presidente del club, Joseph Bartomeu, quien tenía la presión de la mayoría de los socios barcelonistas que desde hace mucho tiempo le querían fuera por las malas gestiones y sobre todo por la mala relación que tenía con los jugadores del primer equipo y con la estrella del mismo, Lionel Messi.
La combinación de estos factores sumado al poco nivel que ha mostrado el último fichaje estrella del club Antoine Griezmann han hecho que el equipo se vea involucrado en una situación muy difícil de resolver y que prácticamente el objetivo de ser campeones de liga este año esté descartado.
Para un club como el Barcelona, que está acostumbrado a estar en lo más alto de la liga doméstica, esta situación se vuelve muy crítica y preocupante para el aficionado blaugrana, ya que no ha terminado el año y sus aspiraciones por el título son casi nulas y lo único que le queda posible por pelear es un torneo extremadamente complicado como es la Champions League, donde han tenido buenos resultados.
El nuevo entrenador, Ronald Koeman, tiene en sus manos una tarea muy difícil: revertir la situación del club. Por eso la rotación de jugadores es importante ya que tiene esta idea de darle proyección e importancia a los jugadores más jóvenes y así fomentar nuevamente la filosofía ganadora y el amor por la camiseta. Será difícil porque, además, Gerard Piqué, uno de los grandes referentes del barcelonismo, no estará en el campo por los próximos meses debido a su lesión de rodilla y eso perjudica directamente en el vestuario que ahora mismo tiene poco liderazgo.
En conclusión, la situación actual se debe a una serie de circunstancias externas a lo deportivo sumadas al poco nivel que han mostrado las grandes estrellas del primer equipo. Es tarea de todos sacarlo adelante porque el “10” ya tiene 33 años y no puede sólo. Es momento de que el club encuentre una sinergia en esta nueva generación de jugadores jóvenes y vuelvan a jugar un fútbol efectivo que regrese al Barcelona a donde debe estar. ¿Podrán salvar el año?