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El falso debate

José Francisco Lopez Vargas
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Claroscuro, por: Francisco López Vargas. 

¿Es el INE demasiado caro? ¿La democracia mexicana lo vale o no?, ¿debe el INE reducir sus gastos?

El mensaje de los populistas tiene que ver con la poca capacidad que tienen sus gobiernos de controlar el tema electoral, pero eso se refrenda aún más cuando ya detentan el poder y lo único que no quieren hacer es dejar de ejercerlo.

En México, después de las polémicas elecciones de 1988 cuando el gobierno priista, en manos de Manuel Bartlett, ser atrevió a violentar los comicios y a torcer los resultados, a los mexicanos nos quedó claro que los gobiernos, de los signos que sean, no pueden y no deben ser juez y parte y menos garantizar que serán imparciales y justos en las contiendas por los cargos públicos.

Fueron más de 90 años en algunos estados que se vivió bajo la jettatura de un gobierno único que no sólo no perdía los comicios sino que se turnaban entre si los sexenios para simular una democracia que seguía estancada en una clase dominante.

Fueron varios avisos del cansancio social: el dos de octubre de 1968 y la matanza de Tlatelolco a manos del Ejército y su brigada blanca; el jueves de Corpus de 1971 que usó a los halcones, policías vestidos de civil, para repetir la dosis a los que se atrevían a protestar.

En 1977, Jesús Reyes Heroles dio respuesta a ese hartazgo social y se abrió una ventana a la representación proporcional y con ello a la transición democrática nacional que llevó un largo camino hasta 1977 cuando la LVII Legislatura de la Cámara de Diputados logró la mayoría opositora para en el año 2000 darle paso a una presidencia de un partido distinto al PRI.

Andrés Obrador López Obrador significa el regreso de esos políticos que consideraba el fraude electoral como algo patriótico porque, como bien lo ha dicho, consideran a una parte de la sociedad como menores de edad y se refiere a ellos como mascotas que sólo se conforman con que les den sus cuotas para mal sobrevivir.

En los comicios de 1976, José López Portillo contendió sin opositores registrados pero la incursión de Valentín Campa, líder sindical y miembro del Partido Comunista, sin registro oficial logró un millón de votos que al ser anulados devinieron en una gran crisis de representatividad que evidenció y planteó dudas sobre el modelo democrático plasmado en la Constitución.

A Reyes Heroles se le deben los primeros escarceos serios para abrir los espacios a la oposición en pleno que se convierten en grades discusiones nacionales que al año siguiente terminan por darle forma a la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procedimientos Electorales.

El avance no fue poco y siguió dándose a cuenta gotas hasta que el gran fraude de Bartlett para favorecer a Carlos Salinas fuerza a crear un organismo autónomo, ajeno por completo al control del gobierno, y nace el INE.

Mucho camino se recorrió para darle cabida a todas las corrientes de pensamiento, se dio una ley de amnistía y se exoneró a grupos subversivos urbanos y rurales. El Partido de los Pobres, la Liga 23 de Septiembre, el Movimiento de Acción Revolucionaria fueron registrados y se les sacó de la clandestinidad.

Por ello, que desde el gobierno se censure y se descalifique a los opositores no debe ser motivo de sorpresa, pero sí motivo de análisis porque los argumentos acreditan una intolerancia y una falta de vocación democrática que pensamos ya eran cosa del pasado.

En Campeche, la elección de 1997, con la llegada de un gobernador impuesto en una elección fraudulenta, terminó la era de una autoridad electoral operada desde la secretaría de Gobierno. Se abrió a la nueva realidad democrática del país y desde ahí empezó un largo camino democrático que llevó al triunfo de una oposición -despredimientos del PRI, en realidad- cuya candidata tardó 24 años en resultar favorecida por los votos.

En el Campeche moderno, el de la última elección, se habla de la intervención perversa del entonces gobernador Carlos Miguel Aysa en los comicios, que viajó a la capital del país con la presidenta del órgano electoral, Mayra Bojórquez, en avión privado para garantizar el triunfo de Morena, que su hija Vicenta Aysa Nakasima operó desde su licencia solicitada a la autoridad electoral con su cuñado Walter Olivera, converso ya a Morena.

Esos argumentos lejos de ser benéficos para la democracia incipiente son alimento para que el autócrata justifique la desaparición de los órganos electorales y al negarles el presupuesto, organice desde las mañanas de Palacio la azonada contra un órgano que se resiste, así lo dice la ley, a obedecer las órdenes presidenciales, privilegiando su autonomía y protegiendo con ello la certeza electoral ganada.

Azuzar a la población contra el órgano electoral no tiene más fin que el de lincharlos por no obedecer y plegarse a los designios del poderoso en el poder, como sucedía cuando Gobernación era la responsable, con el Congreso, de calificar la elección y de contar los votos.

Demasiados excesos hemos visto del gobierno de un solo hombre para pensar que México debe regresar a esos días donde la decisión de todos era suplantada por quien nos consideraba menores de edad para elegir a quien nos gobernara.

Al INE se le respeta como a usted o a mí que seremos quienes contemos los votos del vecino. Nunca más dejemos al gobierno decidir por nosotros, hoy menos que nunca.

José Francisco Lopez Vargas
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