Las recientes negociaciones entre Estados Unidos, Canadá y México
en lo que respecta al futuro del Tratado de Libre Comercio de America del Norte
tiene a demasiados mexicanos muy preocupadas. Durante los últimos 24 años el
TLC ha sido una fuente de flujo de divisas para México. La apuesta macro
económica de ser competitivos mantuvo los sueldos bajos con la intención de
atraer inversión foránea. Cuando el TLC se firmó se tenían que crear, por lo
menos, 800,000 empleos al año. La estrategia de la competitividad ha sido un
éxito y un fracaso.
En México y en el mundo se vive una fuerte crisis institucional.
Cada día mas gente se da cuenta que las instituciones no están a la altura de
sus necesidades. Empiezan los movimientos secesionistas a tomar fuerza. La fuerza
de la globalización se encontró con la reacción de la regionalización. Pero la
suma de instituciones débiles y movimientos sociales son una receta peligrosa.
El fracaso de los gobiernos para reaccionar, de manera contundente, a las
necesidades sociales esta causando demasiado dolor en los individuos.
Conforme la molestia ciudadana aumenta el sentido se comunidad
empieza a aumentar. La reacción natural ante el peligro es agruparse y
compactar la defensa. El individuo se siente vulnerable y se arropa con la
protección de la sociedad. Empieza un movimiento para cerrarse ante los
peligros del exterior (Desde las fieras en la época de las cavernas hasta las
migraciones masivas del día de hoy). Este es el caldo perfecto para el
surgimiento de nacionalismos. Los caudillos nacionalistas empiezan a surgir
prometiendo la solución a todos los problemas.
A principios del siglo pasado, mientras el Congreso de Viena se
desmoronaba (Después de 99 años de paz), Europa entró en una difícil situación
económica. Alemania, Austria, Italia, Rumania, Hungría y Finlandia, entre otros
países empezaron a despreciar sus antiguas instituciones para abrazar a sus
caudillos nacionalistas. Una economía fuerte y con instituciones sólidas no
hubiera permitido el avance de los Nazis o los Fascistas. Pero el gran problema
comienza cuándo la sociedad empieza a creer que los Caudillos de verdad son la
solución.
Que el mundo se empiece a mover de nuevo hacia el Nacionalismo es
natural. Las fronteras se empiezan a cerrar. La migración empiezan a perder
fuerza. La sociedad centra sus esperanzas en una nuevo orden institucional y
nacional que los ponga a ellos primero. Los proteccionismos comerciales
empiezan a surgir. Se le da mas importancia al empleo local que al comercio
internacional. Donald Trump quiere proteger a la clase trabajadora de cuello
azul. Es importante para sus planes electorales cuidar a esta masa de votantes.
Mientras tanto en México el fin del TLC va a significar una fuerte
sacudida económica y financiera. Si EUA empieza a poner aranceles y proteger a
sus empresas tendremos que hacer lo mismo. Las tarifas y las barreras a las
importaciones, pequeñas en un principio, puede empezar a convertirse en la
formula matemática de los gobiernos para mantener sus mercados. El péndulo
empieza a moverse hacia una zona peligrosa. La nueva institucionalidad puede
mal interpretarse como una dictadura. Tiempos difíciles nos acechan.