La posible victoria de Donald Trump en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos podría implicar ajustes significativos en la regulación y el financiamiento de los vehículos eléctricos, lo que afectaría especialmente a Tesla y a su CEO, Elon Musk. Diversos expertos del sector automotriz han señalado que, de volver a la Casa Blanca, Trump podría desmantelar programas de incentivos para autos eléctricos, como el crédito fiscal para compradores, y limitar los subsidios a la industria.
Según analistas, Trump podría instruir al Departamento del Tesoro para endurecer las reglas que determinan la elegibilidad al crédito fiscal, reduciendo de forma drástica la disponibilidad de esta ayuda económica para los compradores. Además, si logra una mayoría republicana en el Congreso, Trump podría incluso impulsar leyes que eliminen por completo el financiamiento para estos programas.
Sin embargo, Elon Musk ha expresado una postura firme ante esta posibilidad. El magnate ha afirmado que Tesla no depende del crédito fiscal, ya que su impacto principal es “impulsar a los fabricantes de automóviles tradicionales a entrar al mercado de vehículos eléctricos”. Musk expresó en X (anteriormente Twitter): “Eliminen los subsidios. Eso solo beneficiará a Tesla”, sugiriendo que su empresa podría fortalecerse aún más en un entorno competitivo sin subsidios externos.
A pesar del optimismo de Musk, Tesla ha comenzado a sentir el peso de la competencia en el sector automotriz. Las ventas globales de la compañía cayeron un 2% en los primeros nueve meses del año en comparación con el mismo periodo del año anterior, lo que representa la primera vez que Tesla enfrenta una disminución de tal magnitud en su historia. Aunque los beneficios y ventas aumentaron en el tercer trimestre, la empresa enfrenta un contexto cada vez más competitivo.
En el ámbito de la tecnología autónoma, una administración de Trump podría beneficiar a Tesla. Daniel Ives, analista del sector tecnológico, considera probable que Trump impulse la producción de vehículos totalmente autónomos, así como la creación de una flota de “robotaxis”, vehículos sin conductor que operen en redes de transporte compartido. Garrett Nelson, analista de CFRA Research, respaldó esta visión, afirmando que “Tesla y el CEO Elon Musk son quizás los mayores ganadores del resultado de las elecciones”. Nelson también elevó su recomendación de las acciones de Tesla de “Mantener” a “Comprar” y proyectó un aumento de su precio objetivo de US$ 110 a US$ 375 por acción.
No obstante, la tecnología de conducción autónoma de Tesla enfrenta actualmente investigaciones de los reguladores federales debido a accidentes que involucran el sistema Full Self-Driving (FSD) de la compañía. Según Ives, “con Trump esas investigaciones podrían desaparecer lentamente”, lo que agilizaría la aprobación de los coches autónomos de Tesla.
Uno de los mayores riesgos para Tesla en una posible administración de Trump es el impacto de una potencial guerra comercial con China. La fábrica de Tesla en Shanghái es fundamental para sus ventas y ganancias globales, representando más del 40% de las entregas de la compañía. Según Ives, “será mucho más duro con China y entonces los aspectos negativos podrían superar a los positivos para Tesla”, advirtiendo que Tesla podría quedar en una posición vulnerable si aumentan las tensiones comerciales entre ambos países.
A pesar de la posible reducción de subsidios en Estados Unidos, los fabricantes de automóviles tradicionales afirman que continuarán expandiendo su producción de vehículos eléctricos debido a las estrictas regulaciones ambientales en otros mercados, como Europa y Asia. “Creemos que la única forma de perdurar es ganar dinero con los vehículos eléctricos pequeños. Y esa es nuestra apuesta”, afirmó Jim Farley, CEO de Ford, sobre el compromiso de su empresa con el mercado de los vehículos eléctricos.
Jeff Schuster, director global de automoción en GlobalData, cree que, aunque un cambio en la regulación estadounidense podría ralentizar la adopción de vehículos eléctricos, la alta inversión de las empresas y la demanda del consumidor harán que la industria continúe su crecimiento. “Podríamos ver una adopción mucho más lenta de vehículos eléctricos (con un cambio de regulación)”, expresó Schuster, “pero con toda la inversión, no es probable que veamos que eso se revierta”.
En cuanto a SpaceX, la otra gran empresa de Musk, los analistas no prevén cambios significativos en su relación con el gobierno federal independientemente del resultado electoral, dado que la compañía tiene una posición sólida en el sector espacial. En cuanto a X, anteriormente conocido como Twitter, la plataforma no ha sufrido hasta ahora interferencias significativas del gobierno de Biden y tampoco se espera un cambio de esta tendencia en una nueva administración.
En conclusión, la victoria de Trump podría representar un desafío para Tesla en el ámbito de los subsidios y en sus operaciones en China, aunque también podría facilitar la regulación de la conducción autónoma, un área que Musk ha promovido ampliamente. Los analistas observan de cerca las elecciones, ya que los resultados definirán el futuro de Tesla y del mercado de vehículos eléctricos en Estados Unidos y el mundo.