En las remotas colinas del Campuestohan Highland Resort, en la isla de Negros Occidental, Filipinas, los viajeros pueden disfrutar de una experiencia única: hospedarse en el edificio más grande del mundo con forma de gallo. Este imponente monumento de seis plantas, que mide casi 35 metros de altura, fue reconocido el pasado 8 de septiembre con un Récord Guinness.
El creador de esta singular estructura, Ricardo Cano Gwapo Tan, de 70 años, explicó en una entrevista que su objetivo fue dejar un “gran legado en este mundo mortal”. Según Tan, el edificio rinde homenaje a la industria de las peleas de gallos, una actividad tradicional profundamente arraigada en la cultura filipina, conocida localmente como “sabong”.
Con 15 habitaciones equipadas con aire acondicionado, pero sin ventanas para mantener la apariencia de las plumas, el hotel ha capturado la atención tanto de locales como de turistas. “Filipinas tiene ahora un edificio emblemático que es fuente de legado, orgullo y honor”, declaró Tan. Las habitaciones están diseñadas para grupos pequeños o grandes, con precios que oscilan entre 80 y 120 dólares por noche.
El complejo no solo ofrece esta experiencia única, sino también múltiples atracciones. Desde su urbanización en 2010, el Campuestohan Highland Resort incluye dos enormes piscinas de olas, un restaurante, una cafetería y una amplia colección de estatuas de dinosaurios y personajes animados que encantan a los visitantes.
La estructura fue concebida como un tributo al ave que simboliza tradición y economía en Negros Occidental, donde existen más de 2.000 granjas dedicadas a la cría de gallos de pelea. Esta industria genera miles de empleos y es una de las principales actividades económicas de la provincia.
Además, Tan compartió su conexión personal con los gallos, recordando cómo en su infancia el cacareo de estas aves marcaba el inicio de las misas de Navidad, conocidas como Misa de Gallo.
El hotel, que ya está completamente reservado para la temporada navideña y hasta finales de enero de 2025, se ha convertido en un imán para familias que buscan una experiencia inolvidable. Los visitantes pueden llegar al lugar a través de vuelos nacionales a Bacolod-Silay y un recorrido de 27 kilómetros por tierras de cultivo y montañas.
El edificio en forma de gallo es más que un récord mundial; es un símbolo de creatividad, cultura y orgullo para el pueblo filipino.
