Serían aproximadamente las diez de la mañana de un día de marzo. En el patio de aquella escuela el hombre depositó su cartera arrugada y vieja. Como estaba cálida la temperatura las clases se impartían al aire libre. A la sombra..
Le gustaban mucho al hombre..
Aquella mañana hablarían de economía, de una novela de superación y entrega y de los ríos de Europa. Adoraba todo aquello, tanto saber, los conocimientos.. la cultura.. un gran mundo para descubrirlo, gozarlo, respetarlo…
Se llamaba Juan el hombre..
Desde niño era aficionado al toreo! Morante!
Talavante! Qué arte! Había sido analfabeto.. no se avergonzaba al reconocerlo. Antes era diferente, y en casa habían hecho falta sus manos cuando estaba en lo que ahora llaman infancia…
Ahora tenía ochenta años..
Había aprendido a leer, escribir, sumar, oír música. Había estudiado. El pueblo contaba con un programa de apoyo a personas como él. No confundía la b con la v, usaba las haches… Era un héroe. Un tipo sencillo.. alguien que quería ser. Y aportar…
Como homenaje al libro que empieza así..
Dedicado a todas esas personas que se esfuerzan por aprender y por superarse
A Talavante
A Morante
A las escuelas de apoyo
A los héroes
A la Guardia Civil
A los héroes de verdad: los que se levantan temprano, sueñan, trabajan y agradecen..
A mi Luis