El Kremlin ha confirmado recientemente que los contactos entre Rusia y Estados Unidos sobre el conflicto en Ucrania se han intensificado. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, declaró: “De hecho, hay contacto entre ciertas agencias gubernamentales y se han intensificado recientemente”.
Esta es la primera vez que Moscú reconoce públicamente que existen discusiones en algún nivel con Washington para abordar el conflicto en Ucrania. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado en repetidas ocasiones su intención de mediar un acuerdo entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. Trump afirmó la semana pasada que su administración ya ha mantenido conversaciones serias con Rusia sobre el conflicto, aunque no proporcionó detalles específicos.
Peskov había evitado anteriormente responder preguntas sobre la iniciativa estadounidense, pero sus comentarios recientes representan la primera vez que reconoce que existen contactos en algún nivel. Estas declaraciones se producen en un momento en que ambos países muestran una mayor disposición a dialogar para detener el conflicto. El Kremlin ha calificado repetidamente a Zelenski como un presidente ilegítimo, pero Peskov señaló que Moscú está dispuesto a hablar con él por el bien de las negociaciones. Por su parte, Zelenski afirmó en una entrevista reciente que está listo para mantener conversaciones directas con Putin.
La confirmación del Kremlin sobre estos contactos es la primera señal concreta de progreso en las negociaciones tras meses de incertidumbre sobre la capacidad de Trump para cumplir sus promesas. La falta de comunicación confirmada entre los dos líderes o planes para una reunión, que Trump ha solicitado públicamente, ha mantenido a los observadores en vilo sobre la rapidez con que podrían iniciarse posibles negociaciones.
Trump también ha mostrado una creciente impaciencia con Putin, y él y sus asesores han estado considerando planes para presionar a Rusia a hacer concesiones mediante sanciones más severas o socavando el precio del principal producto de exportación de Rusia, el petróleo. Por otro lado, Putin ha elogiado públicamente a Trump, incluso afirmando el mes pasado que coincidía con las afirmaciones infundadas de Trump de que las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2020 le fueron robadas y que, si Trump hubiera estado en el cargo, quizás la crisis de Ucrania no habría comenzado.
Sin embargo, Putin no ha cedido en las demandas que estableció cuando invadió Ucrania, exigencias que convertirían a Ucrania en un estado residual mediante la anexión de provincias y ciudades enteras, despojándola de su ejército y obteniendo una promesa de la OTAN de que nunca se unirá a la alianza. Si las conversaciones avanzan seriamente, ambas partes enfrentarán una serie de cuestiones complejas, incluyendo si Rusia mantendrá todo el territorio ucraniano que ha ganado en los combates o si obtendrá algún alivio de las sanciones. El futuro de Ucrania es igualmente difícil, con preguntas sobre cómo se integraría en la arquitectura de seguridad occidental y qué tipo de garantías se le darían para asegurar que Rusia no ataque nuevamente.


