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“El machismo no se va a caer, lo vamos a tirar”

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Gracias por haberlo aprobado, porque la verdad me llamó mi tiempo hace el bueno. Y bueno. Déjenme contarles que hace algún tiempo tuve la oportunidad de estar en un discurso, donde la Secretaria Internacional de ONU Mujeres comentaba una anécdota, decía estuve con mi nieta y me empezó a preguntar qué tal era la vida de las mujeres en mi época, que más o menos se pareciera, ella le empezó a contar, le decía abuela no lo puedo creer que las mujeres ni votaran, pues sí niña no votábamos, abuela no lo puedo creer que tenían que obedecer prácticamente a todo, pues sí, así siguió una lista, al final la nieta con una profundidad filosófica, le dijo abuela y entonces?, cómo es que ahora las cosas son tan diferentes?, la Secretaria haciendo así una introspección, le dijo sabes por qué hija porque las mujeres nunca se cansaron, porque las mujeres y si alguna se cansaron no claudicaron y siguieron luchando, hoy como nunca me viene ese relato, porque si estoy así frente a ustedes, viendo a diputadas, a secretarias, a gente que milita en partidos, pero también empresarias, a madres de familia, a maestras, a directoras, mamás, tías, activistas, definitivamente tenía razón, pues digo, gracias por no habernos cansado y hoy estar acá.

Buenos días, mil gracias a todas las personas por estar aquí, gracias en especial a la Agenda de las Mujeres por la Igualdad Sustantiva de Yucatán a (AMISY) por su voto de confianza y gracias al Congreso del Estado por haberlo refrendado, para este acto me tomé la libertad de escribirle a Consuelo Zavala, a Consuelito como le decían las personas cercanas para contarle cómo han cambiado las cosas del posicionamiento que ella y sus compañeros hicieron en el Primer Congreso Feminista, donde, por cierto, ella fue la Presidenta de la Junta Organizativa. Consuelo Zavala fue una mujer visionaria, conciliadora y estratégica, quien a través de la educación promovió el papel de la mujer maya, más allá de los convencionales, en su tiempo, estaba convencida que la mujer tenía que prepararse para romper las barreras que tanto la ataban, y  si bien yo soy la recipiendaria de este reconocimiento, me siento muy agradecida y muy halagada, también nos significa tantísimo a la lucha feminista que compañeras desde todos lados han venido haciendo, sí entonces, pues empezamos con esta relación epistolar.

Le digo, oye Consuelo, son tantas cosas las que quisiera contarte, pero no me voy a tardar tanto, de entrada, te digo, que te escribo desde el Congreso del Estado de Yucatán, me siento un poco rara porque te cuento que no me catearon a la entrada, ni me pidieron que contestara como 3 páginas de interrogatorio que luego al final ni te dejaban pasar o ya se te había olvidado para qué ibas. Vine por un reconocimiento y si bien, como les comentaba en un principio, yo lo recibo, esto no significa el reconocimiento de una lucha activista hecha por tantas y desde varios ámbitos. Las mujeres hemos transitado en las calles, en las instituciones, en las cámaras, en los espacios públicos y privados para que nuestros derechos vayan siendo conquistados y para que las brechas de género cada vez sean menos dolorosas, pero bueno, para empezar, te pongo al tanto de cómo ha ido todo por acá, Luis Barba sigue con sus inventos y quemando lo que puede con tal de averiguar qué pasa sí, y desde aquella noche que me invitó a ver las estrellas, una noche que, por cierto, pensaba que iba a ser algo especial, pero no, finalmente sacó su telescopio, las cartas astrales, pero desde esa vez, no dejo de agradecer todos los días poder compartir mi vida contigo. De la familia de pie, compartiendo desde el cielo y desde la Tierra las causas y también las consecuencias de esta vocación.

 Gracias a todos de verdad por estar acá y por estar cerca y en las familias que uno va eligiendo en el camino te cuento, las ovejas negras siguen saltando, procurando estar siempre cerca de quienes las necesitan. Las brujas siguen volando en aras de no dejar que nadie en las atrape y en su paso ir sanando y acompañando. Las personas que han estado y están en la organización de Kokai, siempre con su trabajo tan profesional y tan comprometido que de verdad representa un privilegio el poder estar cerca, bueno, las del frente por los derechos de las mujeres son las que no paran o están haciendo reflexión desde la Academia para nombrar las cosas como son, investigando datos y poniendo lo que saben en favor de tantas o están con sus pancartas frente a cualquier edificio o acto protocolario para poder visibilizar las necesidades, o bien, también para ir elaborando semilleros para que otras se contagien del feminismo, lo mismo solicitan una alerta de violencia de género o van a la comisaría más lejana para poder continuar con la lucha y acompañar a las compañeras, ellas, como todas las que estamos acá, están desde la sociedad civil y se han colocado en espacios estratégicos, económicos, políticos, sociales tanto para responder a las necesidades como para incidir en la política pública, si Consuelito de verdad, si vieras como las cosas han cambiado, que hoy como nunca, que es 8 de marzo, es bueno reconocerlas para también agarrar impulso y retomar lo que nos falta, de entrada te comento que estuve al Congreso, donde la mayoría sí, la mayoría son mujeres y esto lo digo con tantísima alegría, no sólo por la conquista de la lucha que le significó a tantas mujeres sufragistas y luego las que pidieron las cuotas, hasta lograr ahora la equidad de género en las Cámaras, aunque luego dicen que ustedes están pasadas porque estas son más, luego ya encarreradas y con experiencia se siguieron con la Ley 3 de 3, siendo por cierto Yucatán pionero en ese tema y ejemplo en todo México, esto por hacer referencia a los derechos políticos, pero también reconociendo que muchas mujeres se han comprometido con implementar la perspectiva de género en las leyes y reglamentos que tanta falta nos hace, porque imagínense por ejemplo Consuelo que cuando en el 2008 hoy por cierto, a 15 años de la Ley por una Vida Libre de Violencia que en Yucatán tuvieron el detalle de ponerle un candado para que cuando se denunciara el delito de lesiones, estas fueran o tuvieran que ser reiterarse o cuando finalmente se aprueba la tipificación del feminicidio, pues no lo ponen como delito grave y entonces ni siquiera se podía nombrar. ¿Cuántos años tardaríamos en que quitaran eso de reiterado? Me acuerdo tanto que fuimos a repartir gomas de borrar para ver si así los diputados, y diputadas en turno podían borrar la palabra, que, aunque pareciera insignificante develaba lo que pensaban en la Legislatura ¿Cuál era su perspectiva y por qué así lo hacía? ¿Y en corto? Así como que, tratando de hacerse cómplices, decían, es que mira la verdad, yo entiendo las causas, pero luego las mujeres exageran, cualquier cosa las ofende, cuando en México y en nuestro Estado, 3 de cada 10 mujeres son violentadas. Se batalló tanto para que los diputados y alguna que otra diputada tuviera interés en los temas que incluso cuando íbamos a solicitar cuestiones de género, nos decían, nosotros estamos súper comprometidos con el género, a mí me encanta el romántico, sí, o bien decían, claro que sí, vamos a promocionarlo porque el género de la trova nos coloca en un lugar muy importante, uno de ellos, por ejemplo, hablando de tratados y convenciones internacionales como lo es (inaudible) decía, yo déjenlo todo en mis manos, yo conozco a esa señora, Doña Belén, le voy a hablar directo para que atienda estas demandas y pensábamos, cómo podíamos construir desde esa perspectiva, por no decir, otra cosa. Hoy es un respiro poder contar con algunas aliadas dentro de las estructuras gubernamentales que responden y son sororas con las demandas de las mujeres y que ponen su corazón y su trabajo en favor de tantas. También quisiera reconocer la labor de los medios, hace algunos años, ya bastante, la mayoría de los medios cuando estábamos a la luz salíamos fulana, fulana, fulana y abrirán un paréntesis y decía, mujeres frustradas, insatisfechas, solteronas, que no tienen mucho qué hacer y cerraban el paréntesis, ahora creo que cada vez sumamos a más aliados y aliadas comprometidas con la causa, ahora, con la esperanza también vemos ciertas acciones afirmativas en favor de esta sensibilización.

Ayer mismo, por ejemplo, se firmó en el Estado un convenio entre el Gobierno y el Poder Judicial para implementar acciones de justicia con perspectiva de género, nunca más, una declaración que ponga en riesgo la vida de las demás mujeres y sus familias o justifique un acto de violencia.

Tu Consuelo, pediste el derecho al voto, llegaste a ver como lo daban, apenitas, de hecho, te tocó ver a Rosa Torres como primera mujer yucateca, lo que no viste, fue que, una vez conquistado el voto, los hombres en muchas partes tardaron cerca de 15 años en dejar que las mujeres votaran, pues recogían sus credenciales y ellos iban una vez más en representación de nosotras, porque pues nos querían cuidar, quién iba a decir, qué parte de la jurisprudencia que justificaba la no participación de las mujeres, decía, es que miren, esto de andar en lo público le resta feminidad,  las aleja de lo que debería de ser una mujer, incluso textual, está copiado, dice emocionalmente diputada escúchelo, no están preparadas para la política, no se imaginaban lo que venía, señalan a las mujeres como que son el Ángel del hogar, debían obediencia al hombre y que nunca, pero nunca podían votar debido a su maternidad, cosa que biológica y anatómicamente sigo sin entender o porque la política ponía en riesgo la felicidad del hogar, hago un paréntesis personal, la de ellos. ¿Bueno, crees que ya pasó? Hasta hace poco, algunos varones seguían manejando esta idea para que las mujeres no participaran en política y así justificaban los techos de cristal.

Tú recordarás, Consuelito lo que les tocaba, vivir a las mujeres de su época, mira, estoy hablando de muchas, de nuestras abuelas, tías, vecinas de tu generación, donde las mujeres casadas no existían jurídicamente, tampoco las no casadas, no tenían la Patria Potestad de sus hijos, no podían invertir en su educación, no podían votar, tampoco podían trabajar sin consentimiento de sus maridos, lo que explicaba la soltería de muchas maestras y también por aquello de que dicen por ahí que la mujer que aprende y sabe latín, ni se casa ni tiene buen fin.

El divorcio entonces equivalía a la separación física porque la mujer divorciada seguía bajo la tutela del marido, incluso para administrar sus propios bienes, sea, tú ya lo dejabas y dejabas tu chancletas y lo que te llevabas, el seguía administrado, en muchas comunidades y no hace tanto, recuerdo que decían, ay hija primero pasé del poder de mi papá, al poder de mi marido, le decíamos, bueno, pero ya enviudaste, ah, sí, ahora estoy en el poder de mis hijos varones, el caso es de que no había escapatoria siempre alguien estaba en nuestro poder, pues sí, Consuelo, así hemos ido transitando, pero hoy justo hacemos memoria de lo que le debemos a todas estas mujeres que nos antecedieron, a ti y a muchas de tus compañeras, a todas aquellas que tomaron la causa y padecieron la consecuencia. Las que se han atrevido a hacer las primeras alumnas universitarias., a dejar la casa de sus padres y madres, la de su marido, por una vida que no estaba de acuerdo con lo que ellos esperaban. A las que no les importó el escándalo o si les importó de cualquier manera, no se sometieron. A las primeras que, abiertamente o a escondidas, se dieron a la tarea de planificar y ejercer sus derechos sexuales y reproductivos. A quienes eliminaron, encarcelaron desacreditaron, por ejemplo, cada vez que tenían que viajar y venir a Mérida les decían, en realidad, estás buscando un pretexto para ver a tu amante, entonces uno se imaginaba Mérida de verdaderamente con un espacio de perdición de todas las que venían y era su único fin.

A quienes se quedaron solas y a quienes seguramente alguna vez se preguntaron si todo este esfuerzo había valido la pena, hoy les queremos decir, que no solo le damos las gracias, sino que también les decimos que si compañeras si valió la pena cada paso de su lucha, aquí quisiera hacer una mención especial, por nuestro Estado a Sandra Peniche Quintal y a Esther Chan Arcique, darles también a ellas las gracias por su legado en favor de los derechos sexuales y reproductivos, así como los derechos de la diversidad sexual de las mujeres.

Las 2 fueron pioneras en estas tierras de estos temas. A ellas, como a muchas otras, nos cuentan en las comunidades que les dijeron a ver mamita, tú quieres llegar a ser regidora, a ser diputada, a ser presidenta, pues bien, tú te tienes que abrir camino, entonces se pararon enfrente y claro, vieron un monte, pues de manera metafórica tuvieron que aprender a manejar el machete. A vestirse adecuadamente para poder transitar, en los montes se les aparecían animales, les picaban, se cansaban se insolaban, algunas se regresaban y algunas seguían, oían la voz de la tentación que les decía luego, por eso te dejan. ¿Y tú, qué ganas con todo esto? ´pero bueno.

Cuando perdimos el miedo, dicen las mujeres, se nos abrieron las puertas y entonces abrimos el camino, pero a partir de eso, Consuelito, se han generado cambios extraordinarios han nacido muchos proyectos y en el caminar de nuestros derechos, la exigencia de que estos sean reconocidos. Nacen nuevas formas de relación interpersonales, incluso entre nosotras mismas como mujeres, nada, ya que las mujeres juntas ni difuntas. No, las mujeres hemos aprendido que juntas somos mucho más fuertes, nos organizamos ahora y tenemos convenciones, tratados, nuevas leyes, códigos, reglamentos, posibilidades, acciones afirmativas, presupuestos, juntas, cámaras, cabildos.

Nacen nuevas maneras de ser mujer, nos visibilizamos, nacen las mujeres obreras, las empresarias, las universitarias, investigadoras, políticas, doctoras, bomberos, soldados, indígenas, las zapatistas, las músicas, las artistas, las policías y las taxistas.

Las mujeres organizadas, las que toman las calles, las urnas y la píldora donde cada toma representó verdaderamente un escándalo en las marchas.

Hemos utilizado Consuelo todo para poder visibilizar los derechos de la violencia, cómo nos han retado a la creatividad. Algunas ocasiones que convocábamos iba tan poca gente que acabamos diciendo, no, en realidad es un plantón, no íbamos a hacer marcha. Aquí estamos prendiendo una veladora para iluminar a las autoridades. Hemos utilizado casi de todo y muchas de aquí lo han de recordar.

Se han hecho exposiciones, obras de teatro callejero, se han utilizado cascos para hablar de una nueva construcción. Tapa bocas incluso antes de la pandemia. Así, para decir que no tomaran en cuenta nuestra participación, nos hemos puesto cachuchas de béisbol, hemos hecho mantas, camisetas, que decíamos no hombre baratas, porque bueno, pues es para esta marcha vamos en la sexta, reimpresión de las camisetas.

Porque los temas siguen siendo, pues más o mismo los mismos, bueno y la improvisación. Una vez que no nos dejaron entrar a palacio, ¿Dijimos, y ahora qué hacemos? Los medios ya están citados y que oso no, que íbamos a entregar el documento entonces rápidamente una dijo, pues vamos a tirarnos aquí en la calle, cómo, sí a ver el tráfico tal y bueno, nos tiramos y fue de veras de tanta improvisación que una compañera se voltea y dice, ¿y cuánto tiempo vamos a estar aquí, acostadas, pues hasta que terminen las fotos decimos, verdad nos paramos, sí, pero eso no fue todo, parte de las consecuencias que les comentaba, al día siguiente, mi santa Madre, pues no me habla, preguntándome si me habían atropellado, cómo le explicas que eso es parte de la estrategia, en fin, pero hoy creo que nos estamos enfrentando a nuevos escenarios y especialmente al reto de poder entender, de tratar de ser empáticos y empáticas con las nuevas demandas que se manifiestan en las calles.

En cada petición que desde un corazón doliente exige la devolución de los hijos y de las hijas, de las compañeras de trabajo que están hartas del acoso, de las familias que aseguran que la muerte de su mamá no se debió a un suicidio, a un paro cardiaco, al grito desesperado de quienes han sido violentadas, Yucatán, recordemos que seguimos ocupando uno de los primeros lugares. Sobre todo, porque después dicen, es que no pasa nada, seguimos en la impunidad, efectivamente, se ha caminado mucho en favor de nuestros derechos.

¿Cuál sería lo que hay pendiente? Hay pendiente de la voluntad de todos y todas. Hay pendiente que se han reducido mucho los presupuestos de atención. El reto que como sociedad tenemos de que las leyes sean verdaderamente viables y no se queden en el papel.

Hoy hace 15 años, justamente que se aprobó en el Congreso la Ley por una Vida Libre de Violencia y luego se fue creciendo en las demás definiciones y todavía no son respetadas en su plenitud.

Tenemos la norma 046, que es la que vela por atender a las niñas, adolescentes, mujeres después de una violencia sexual y pocas veces procede. Los espacios que canalizan no alcanzan a canalizar ni a la mitad de las víctimas y en el sector salud seguimos encontrando grandes vacíos. También tenemos grandes deudas con las mujeres indígenas. A la fecha no son ejidatarias, así como las trabajadoras domésticas, que aun estando en la ley siguen sin recibir las prestaciones y seguridad social, como la de cualquier otro trabajo remunerado,  por eso las mujeres somos dueñas de poquísimo, dentro de los recursos que hay, lastima el todavía no tener una igualdad de oportunidades, duelen mucho los diferentes tipos de violencia en el cuerpo y en el corazón, en la política, en el bolsillo, duele la violencia vicaria, el sexting la sumisión química, la violencia simbólica, nos duele la desesperanza, la impunidad, los feminicidios, ellas nos duelen, llevamos desde que se aprobó la ley 86 víctimas de feminicidios en Yucatán.

Tenemos un registro de 93 mujeres desaparecidas. Nos duelen Enrieta, Suemy, Irlanda, Fernanda, todas ellas, en especial las últimas 3 de este mes y su presencia, aunque ya no física, nos recuerda que aún no hemos hecho lo suficiente.

Hubo una marcha posterior a la de Emma Gabriela que fue un ejemplo de marcha del silencio de cientos de personas, que en su caminar supieron honrar el dolor, pero también se pusieron de pie para seguir marchando de negro, en silencio pero con una vela prendida para iluminar el camino.

En el camino también Consuelo han surgido entre nosotras, sororidad, la hermandad, las mujeres no es verdad que juntas ni difuntas, el movimiento feminista es un movimiento en donde nos acompañamos, animamos, compartimos y también nos consolamos porque es ahí donde percibimos que somos iguales y como persona nos podemos aliar desde donde estemos, desde la trinchera en la que estamos nos hemos convertido en las mejores aliadas de las causas de tantas, es ahí donde podemos transformar la realidad, es un movimiento, el feminista que piensa y que se siente de distintas maneras de ver la vida desde diferentes creencias, profesiones y edades.

Estamos convencidos de que una opción positiva para la vida es esa para la vida, no nada más de las mujeres, sino también para la vida de los hombres, de esta manera seguimos arando y resembrando lo que tú y tus compañeras nos negaron y no a la idea, sino a la realidad de la igualdad entre hombres y mujeres, mujeres que creemos en una sociedad más justa en una nueva forma de relacionarnos, basadas en el respeto donde a todas se nos valore por igual.

Hoy se es feminista por una cuestión de dignidad y de conciencia y justicia y que convencidas de nuestros derechos, los queremos, los demandamos y los defendemos.

Bueno, Consuelo ya tengo que terminar por aquello de que tenemos que prepararnos para la marcha, pero tú que nos enseñaste tanto la estrategia de la educación, me quiero ir despidiendo, diciéndote: Hoy te quiero compartir que las mujeres hemos aprendido a sumar esfuerzos y a reconocer que juntas podemos.

Hemos aprendido a restar desánimo, desesperanzas, introyectes y estereotipos que nos han bloqueado siempre.

Hemos aprendido a dividir esfuerzos y cargas, pero sobre todo, hemos aprendido, multiplicar los sueños y hacerlos viables y reales para todas las niñas que van a transitar por estos caminos.

Hemos aprendido a leer entre líneas y a desarrollar estrategias para ir Consuelo, escribiendo nuevas formas de villa.

Concluyó esta carta con el corazón agradecido, con el ánimo renovado y con la esperanza de ver tiempos sin violencia, y bueno, finalmente te dejo porque tengo que planchar mi camiseta.

Firma con mucho cariño y reconocimiento Nancy y posdata: me despido diciéndote, como dicen las colectivas jóvenes, el machismo Consuelo, no va a caer, lo vamos a tirar.

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