Existen muchos ciudadanos que participan como presidentes de casilla y observadores electorales, están preocupados por la calidad de la democracia, a ellos se les agradece su entusiasta labor en beneficio de México, no se les paga nada, son personas que regalan su tiempo para la construcción de una democracia real, justa y participativa.
Durante muchos años las elecciones no se ganaban en las campañas electorales sino el día de la elección con prácticas que las manipulaban como el pago de votos, carrusel, compra de tarjetas INE, amenazas personales, asesinatos de líderes sociales y muchos otros, de hecho, esas prácticas aún continúan, algunas en menor escala, de ahí la importancia del auxilio de la sociedad civil en busca de una transparencia y vigilancia que verdaderamente refleje la opinión de la sociedad.
La evolución de un órgano electoral autónomo fue resultado de muchos años de logros sociales, pero no es suficiente, de ahí el crecimiento de las funciones de los observadores electorales que no solamente vigilan el proceso electoral, sino que participarán en el conteo de los votos, esto refleja una organización civil que busca legitimar los liderazgos de las autoridades electas.
Sin embargo, aún con campañas electorales más trasparentes, aún con procesos electorales vigilados, lo más importante es que la gente salga a votar; la participación ciudadana no ha crecido, en el 2018 fue el 63% y las últimas elecciones promedian el 61%, pero en otros países como Estados Unidos, fue del 66%, en Canadá el 67%, no está mal porque existen muchos pueblos en México a los que se les dificulta el trasporte para ir a votar, pero puede mejorar.
Las campañas electorales han sido como siempre de varios matices, criticas, propositivas o utópicas, pero apelan siempre al interés de la sociedad en su futuro, interés que cada día se pierde ante un aparente egoísmo o apatía de muchas personas en ser parte de una sociedad viva y comprometida, la realidad es que el no pensar en los demás determina tu futuro.
Ante esto les voy a comentar que significa el no participar. El no votar no expresa tu hartazgo y decepción hacia los partidos, expresa tu indiferencia y apatía hacia la corrupción e impunidad. El no votar no significa falta de tiempo o irresponsabilidad cívica de tu parte, significa derrotismo y falta de optimismo en tu futuro. El no votar no significa egoísmo y flojera, significa no tener sueños. Construir a México es construirte a ti. Sal a votar.