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El obscuro túnel de la insensatez

Raul Monforte González
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Construyendo, por: 

Raúl Asís Monforte González. 

Algunos eventos traumáticos, pueden acompañar por toda la vida a una persona. Y eso es algo que también puede
ocurrir a nivel colectivo debido a sucesos que resultan sensibles para la vida de una comunidad. Así nos sucedió a
los habitantes de Mérida, cuando hace varias décadasse realizó un intento por dotar a nuestra ciudad de un sistema
de drenaje sanitario. Era yo un niño, pero recuerdo con claridad las enormes máquinas ranurando las calles. El
blanco y fino polvo que resultaba al cortar la roca calcárea, cubría casas, vehículos y todo el ambiente, el ruido de
las máquinas era ensordecedor, y ya no hablemos de las complicaciones del tránsito. Cuando después de un
tiempo, la empresa que tenía a su cargo los trabajos declinó continuar la obra, empezó a gestarse el mito urbano
de que nuestra roca, localmente llamada “laja”, era tan dura, que le resultó imposible a las grandes máquinas
vencerla. 

Así, desde aquella época, los meridanos empezamos a creer colectivamente, que sería imposible que alguna vez
tengamos un sistema de saneamiento para las aguas residuales. 

Yo creo que todo esto fue una fantasía que asumimos como verdad, y nunca nadie aclaró. La laja yucateca
ciertamente es dura, pero no en grado excepcional, única en el mundo y mayor que cualquier otra roca. La dureza
de los minerales, se clasifica usando la Escala de Mohs, y en dicha escala de 10 niveles, la calcita (CaCO3) ocupa
apenas la tercera posición, por lo que nuestra roca no es invencible, pienso que mas bien lo que ocurrió fue una
mala previsión de los costos, pero que desde entonces existe la tecnología y las máquinas que pueden hacer ese
trabajo tan necesario, aunque seguramente causaría muchas molestias a los ciudadanos si se intentara
nuevamente. 

Por eso, cuando hace pocas semanas el Arq. Rogelio Jiménez Pons anunció públicamente, que el Tren Maya entraría
a la terminal que se ubicará en los trerrenos conocidos como La Plancha, mediante un túnel que se construiría para
“no afectar el entorno urbano de la ciudad”, todo mundo hizo burla de esto que fue calificado como un mayúsculo
disparate. Yo estoy convencido de que esta idea es una insensatez más, de todas las insensateces que se han dicho
de este proyecto desde que insensatamente se empezó a hablar de él, pero no tanto por la dureza de la piedra,
sino por muchos otros aspectos, tanto sociales, como operativos, técnicos, ambientales y económicos, que parecen
condenar esta obra de infraestructura a convertirse en el mayor fracaso de la historia de México, en caso de persistir
en la terquedad de llevarlo a cabo. 

Si no surge pronto de entre el público, un inocente niño que le haga ver al emperador que va caminando desnudo
por las calles y que su traje nuevo no existe, heredaremos a la siguiente generación de meridanos, un obscuro e
inservible túnel, que nos recordará traumáticamente hasta donde puede llegar la insensatez humana. 

Raúl Asís Monforte González
© Copyright 2020. Raúl Asís Monforte González. Todos los derechos reservados.
Mérida, Yucatán a 22 de febrero de 2020
E-mail: raul@mienergiamx.com
Facebook: Raúl Asís Monforte González
Twitter: @raulmonforteg

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