En su audiencia general en el Vaticano, el Papa Francisco hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para combatir la producción y el tráfico de drogas, destacando que es un deber moral esencial. El Papa subrayó que las drogas no solo destruyen vidas individuales, sino que también perjudican a las comunidades y empobrecen a la sociedad en general. En el contexto del Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, establecido por la ONU, el Papa instó a no ser indiferente ante este problema global.
Francisco criticó la tendencia en algunos países de liberalizar el uso de drogas, argumentando que tal enfoque no reduce la adicción y puede agravar el problema. En su lugar, propuso una combinación de justicia, educación en valores y apoyo a los más necesitados como la vía más efectiva para prevenir y combatir el uso indebido de drogas. Citando el ejemplo de Jesús, el Papa animó a la comunidad a actuar con cercanía y compasión, ofreciendo ayuda a quienes están atrapados en la esclavitud de las drogas.
Además, el Papa Francisco destacó el impacto ambiental destructivo del tráfico de drogas, mencionando la Amazonía como un ejemplo de las áreas afectadas por esta industria ilícita. La devastación de los recursos naturales y los ecosistemas, según el Papa, es otro motivo urgente para redoblar los esfuerzos contra el narcotráfico.
El Papa también elogió los esfuerzos de las conferencias episcopales de todo el mundo que trabajan para promover legislaciones y políticas justas en la prevención y tratamiento del uso de drogas. Llamó a las comunidades cristianas a renovar su compromiso y a involucrarse activamente en la lucha contra este flagelo, ofreciendo apoyo a los programas de rehabilitación y prevención.
La audiencia concluyó con un fuerte llamado a la acción, instando a los gobiernos, organizaciones y personas a trabajar juntos para erradicar la producción y el tráfico de drogas, promoviendo una cultura de vida y esperanza para las futuras generaciones.
