En la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco ofreció un emotivo saludo a un grupo de esposas y madres ucranianas que han sufrido los estragos de la guerra en su país. Francisco expresó su cercanía y solidaridad con ellas, y aprovechó la ocasión para renovar su llamado por la paz en Ucrania, así como en otras regiones afectadas por conflictos, como Palestina, Israel y Myanmar.
El Papa Francisco invocó la intercesión de los santos Pedro y Pablo, cuya festividad se celebra el 29 de junio, pidiendo que su ejemplo inspire a todos a ser discípulos misioneros y auténticos testigos del Evangelio. En su mensaje, enfatizó la necesidad urgente de promover la paz y la reconciliación a nivel global, instando a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para poner fin a la violencia y fomentar la convivencia pacífica entre las naciones.
Durante su discurso, el Papa destacó la difícil situación que enfrenta Ucrania debido al conflicto armado, y cómo esta guerra ha impactado profundamente a las familias, especialmente a las esposas y madres que han perdido a sus seres queridos. Su llamado no solo fue una muestra de apoyo a las víctimas directas de la guerra, sino también una exhortación a todos los fieles a trabajar activamente por la paz y la justicia en el mundo.
El Papa también hizo hincapié en la importancia de la oración y la solidaridad con aquellos que sufren, instando a los fieles a seguir rezando por la paz y a ser agentes de reconciliación en sus propias comunidades. Subrayó que la paz es un don de Dios, pero también una tarea que requiere el compromiso de todos.
Además, el Papa Francisco mencionó la situación en Palestina e Israel, recordando la necesidad de resolver el conflicto de manera pacífica y justa. También expresó su preocupación por la violencia en Myanmar, donde la población civil sigue sufriendo a causa de la inestabilidad política y los enfrentamientos.
El mensaje del Papa Francisco fue un llamado a la acción y a la esperanza, recordando a todos que, aunque los desafíos sean grandes, la fe y la solidaridad pueden traer cambios significativos. Su encuentro con las esposas y madres ucranianas fue un gesto poderoso de apoyo y un recordatorio de la importancia de mantener viva la esperanza en tiempos de adversidad.