La Revista

El perdón no es una estrategia de seguridad

Jorge Fernández Menéndez
Jorge Fernández Menéndez
Sígueme en redes sociales:

Razones, por: Jorge Fernández Menéndez.

No
sé si, como dijo Alfonso Durazo, próximo secretario de Seguridad Pública, las
áreas de seguridad se las están entregando en ruinas al siguiente gobierno o
si, como dijo el nuevo coordinador de los senadores del PRI, Miguel Osorio
Chong, la crisis de seguridad deviene de la falta de cumplimiento de muchos
gobernadores de sus responsabilidades con el sector. Los dos tienen algo o
mucho de razón, pero lo cierto es que nada desafiará más a López Obrador que la
inseguridad que vive el país.

Esta
misma semana, el martes fue levantada, y al momento de escribir estas líneas no
hay noticias de ella, Azucena Rodríguez Zamora, diputada federal electa por
Veracruz, secuestrada por un grupo de hombres armados. La camioneta en la que
se transportaba la diputada por el PRD fue interceptada por un grupo de hombres
armados, perseguida, la camioneta volcó y Azucena fue sacada del automóvil
accidentado y llevada por sus secuestradores. Éste es el primer acto de
violencia contra diputados o funcionarios electos el pasado primero de julio.

En
Chihuahua, el recuento de muertos sigue aumentando con autoridades que no
atinan a reaccionar. En el fin de semana, seis personas fueron asesinadas en un
palenque en Ciudad Juárez, donde en promedio hay seis asesinatos diarios. Un
niño de seis años, también en Juárez, fue a comprar algo a una tienda, a unos
metros de su casa, en pleno día, y nunca regresó; su cuerpo fue encontrado
asesinado en un terreno baldío. No hay detenidos.

En
la Ciudad de México fue detenido Roberto Moyado Esparza, El Betito, líder del
cártel La Unión Tepito y responsable de muchos de los hechos de violencia que
se han vivido últimamente en la capital del país. El Betito fue trasladado al
Reclusorio Oriente, donde, según sus abogados, teme ser asesinado por sus
rivales. Mientras tanto, las extorsiones siguen en el Centro Histórico y otras
zonas de la ciudad: ahora piden dinero para pagar a los abogados de El Betito.

El
Cártel Jalisco Nueva Generación es el que más ha crecido en el país, el más
violento y el que mayores desafíos ha impuesto a las autoridades, incluyendo
ataques a helicópteros militares, emboscadas contra policías federales y
esquemas de lavado de dinero que los han convertido, junto con sus socios de
los Cuinis, en el principal objetivo del Departamento del Tesoro estadunidense.
La PGR aumentó ayer la recompensa por el líder del CJNG, Nemesio Oseguera:
pagarán 30 millones de pesos a quien dé información que lleve a su detención.
Por lo pronto, y pese a la persecución de la que es objeto, nada parece indicar
que el CJNG esté realmente presionado. Siguen siendo los principales
proveedores de heroína y drogas sintéticas para el mercado estadunidense.

Mientras
tanto, se realizó un nuevo foro sobre seguridad y pacificación en Morelia,
donde se escucha a víctimas, pero no existen avances reales en el diseño del
esquema de seguridad. En la transición de la administración Calderón hacia la
de Peña se pensó, se dijo, que el problema de la inseguridad era de
percepciones y en muy buena medida de medios: que cerrando información sobre
esos temas, la percepción de inseguridad disminuiría. El experimento duró un
año y la realidad simplemente lo superó. Ahora estamos pensando en que con el
discurso y las buenas intenciones de la pacificación se crearán bases para
acortar la base de la inseguridad. Se hacen promesas de una disminución
dramática de los asesinatos, pero no se puede explicar realmente cómo. Se habla
de perdón, pero las familias de las víctimas piden justicia.

La
ecuación necesaria para recuperar la seguridad es complejísima y no se hará
sólo con un discurso de pacificación, pero, tampoco, ya lo hemos visto, con una
estrategia de mano dura o con operativos para detener a los líderes de los
grupos criminales. Todo eso es necesario, pero si no se termina de comprender
el tipo de monstruo que estamos enfrentando no habrá resultados. Los criminales
no son campesinos que son obligados a cosechar campos de mariguana o amapola.
Los cárteles no son grupos guerrilleros. Tampoco son el pueblo, sino los enemigos
del pueblo. En México hay instituciones y recursos humanos en las áreas de
seguridad que son eficientes y funcionan bien, pero no hay una verdadera
estructura de seguridad que abarque todo el país, y muchos espacios están
corrompidos. En los estados está casi todo por hacer.

Pienso
que de alguna manera en el próximo gobierno se subestima la seguridad, la
propia, la personal y la nacional, que se cree que con su llegada y su
legitimidad alcanzará para resolver muchos de los actuales problemas. Es verdad,
faltan varias semanas para que López Obrador asuma el poder y su equipo aún
tiene tiempo para definir esa estrategia de seguridad que hoy, más allá de
buenas intenciones, no se percibe como algo tangible. Pero estas semanas de
transición pasarán muy rápido y si más allá de la búsqueda del perdón y la
reconciliación, no se establece una estrategia que abarque todos los aspectos
de esta realidad tan dolorosa, esa terminará siendo la vía de desangre y
desgaste del próximo gobierno.

Jorge Fernández Menéndez
Jorge Fernández Menéndez
Sígueme en redes sociales:

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último