Era noble y de mirada avellanada, y su querida amiga era de ojos de azabache… ella tendría muy pronto un evento y él le quiso regalar un bello vestido, era cadente, suave, inocente, sedoso, de color márfil con aguas en rosa, era cálido, largo, vaporoso, elegante…
Era despistado él, mucho, y nunca supo qué clase de confusiòn fue la suya.. lo cierto fue que el vestido terminò llegando a casa de una anciana, dulce y con la memoria extraviada, y la señora creyò que era el día de su boda, y fue feliz, y llorò de emociòn y recordò a su esposo!
La muchacha se enterò del “despiste” y le confesò a su amigo que no podía haber recibido un regalo mejor… porque lo que de verdad importa está en el alma… y se marchò a su celebraciòn con una hermosa falda blanca… y disfrutò tanto tanto tanto…
Los despistes son divertidos si el corazòn es puro, dedicado a las personas despistadas
Dedicado a mi abuela, la amo
Dedicado a esos vestidos tan divinos de Victoria
Dedicado a mi campeón Luis
Y dedicado a la amistad pura
