Por Arturo Magaña
Tengo que comenzar esta crítica advirtiendo que soy detractor de esta nueva era de quiero-hacer-todo-en-live-action de Disney y que mi principal argumento es: si El libro de la selva funcionó muy bien y que ha enamorado a todo aquel que la ha visto, ¿por qué hacer una nueva versión? Bueno, la respuesta es muy obvia y todos sabemos que tiene que ver con la recaudación en taquilla.
Cuando escuché que se haría una nueva versión del clásico que he disfrutado en incontables ocasiones, y teniendo como referencia las nuevas adaptaciones de Alicia en el país de las maravillas, Oz: El poderoso y Maléfica, entre otras, esperaba lo peor. Sin embargo, El libro de la selva se convirtió en una grata sorpresa.
Y es que la cinta de Jon Favreau (Iron Man) no intenta, ni por un momento, dejar de lado ese hermoso clásico animado que tanto nos encanta, pues trata de homenajearlo respetando su esencia. Aunque lo que vemos en pantalla es prácticamente la misma historia, la cinta es una especie de edición extendida con más acción y más momentos de tensión, que permiten el desarrollo de algunos personajes y situaciones que no se presentan en la versión de 1967 y que están más apegados a la historia original escrita por Rudyard Kipling en 1894.
Aunque suene extraño, Favreau le quita todo el “encanto Disney” a la historia y la convierte en un relato más humano, lleno de aventuras, de momentos de tensión y donde Mowgli está en constante peligro. Por ejemplo, si en el clásico animado, el pequeño logra escapar de Kaa, la serpiente con sinusitis que le canta, aquí el personaje (con la voz de Susana Zabaleta) le revelará cuál fue su pasado y qué importante miembro de la selva mató a su padre, antes de querérselo devorar de una sola mordida.
Así, en esta versión conocemos a un Shere Khan (con la voz de Víctor Trujillo) mucho más sombrío, que no oculta en ningún momento sus deseos por devorar al pequeño cachorro humano y que les advierte a todos lo peligroso que puede ser tener a un hombre entre ellos. También, se explota más el personaje de Raksha (con Regina Orozco), la loba que adopta a Mowgli y que a lo largo de la historia es presentada como una madre protectora y dispuesta a todo por cuidar de sus pequeños.
Además de una gran secuencia con los elefantes, uno de los aspectos que más se disfrutan de esta nueva adaptación es la relación entrañable de Mowgli con Bagheera, quien no nada más es presentado como su protector, sino como su gran mentor: una pantera que se dedica a cuidar al pequeño que rescató, quien lo entrena para que no lo sorprendan los peligros de la selva y que toma la decisión de llevarlo con los de su especie para que esté a salvo. Si bien la relación más entrañable que conocíamos era la del pequeño Mowgli con Baloo, en esta versión live-action da la impresión de que se intentó hacer algo “distinto”. Esta amistad, que aunque también tiene sus buenos momentos, se siente muy alejada de aquella que conocimos en el clásico animado.
A nivel visual, El libro de la selva es espectacular. El CGI utilizado en los animales cumple y alcanza un alto nivel de realismo en cada uno de los personajes. El 3D crea una profundidad que enaltece cada una de las secuencias y que construye una verdadera aventura por la selva.
Y es también una sorpresa el desempeño del pequeño actor Neel Sethi: aunque esta cinta representa su debut en cine, logra un buen trabajo al presentar a un Mowgli más hábil, inteligente, noble y un tanto rebelde, que se aferra a la vida con su familia canina en la selva.
Como seguramente no habrá ninguna copia en inglés, es importante contarles que la versión al español es resultado de un gran trabajo, a pesar de haber sido realizado por celebridades y no por actores de doblaje. Es decir, se aleja de esas películas animadas que reclutan a famosos para darle voz a sus personajes y que, al final, terminan por incomodar al público. El caso más reciente, a título personal, fueMinions con las irritantes voces de Thalía y Ricky Martin.
Y para cerrar con esta crítica, quise dejar al final un elemento fundamental a la hora de hablar de El libro de la selva: la música, aspecto que hizo que el público se enamorara del clásico animado y que, al día de hoy, seguimos recordando.
Seguramente ya están tarareando esa icónica canción de Baloo y se preguntarán si aparece en esta cinta. La respuesta es obvia pues no podía realizarse una versión de esta historia sin incluir “Busca lo más vital”.
Aunque se presenta de una manera inteligente, da la impresión de que el tema se metió con calzador y, tristemente, ni la voz de un gran actor como Héctor Bonilla puede alcanzar lo entrañable de Tin Tan, quien logró que esa canción se haya quedado en la memoria cinéfila de muchas generaciones. Lo siento. Es inevitable hacer comparaciones.
Mientras que el clásico original fue musicalizado por George Bruns (Los aristogatos) con un peculiar ritmo que muestra lo divertido de la vida salvaje, aquí, el compositor John Debney (Iron man 2) crea un score que conecta muy bien con los peligros y aventuras de la selva. Si embargo, rumbo al clímax de la historia, el Rey Louie (con la voz de Francisco Céspedes) interpreta una canción sobre su obsesión con “la flor roja” que rompe un poco con el ritmo de la cinta y que se siente fuera de lugar.
Finalmente, una gran diferencia entre el clásico animado y esta versión live-action es el desenlace que es importante comentar, pero que podría convertirse en un granspoiler. Sin embargo, este final toma un poco más de sentido si tomamos en cuenta que ya se anunció que Favreau está en pláticas con Disney para filmar El libro de la selva 2. ¿Será similar a la secuela animada de 2003?
Independientemente de que El libro de la selva sea una película disfrutable, que se convierte en un gran homenaje a una película entrañable, sigo con esta pregunta de por qué el estudio de Mickey Mouse no le apuesta a cosas originales, más si tomamos en cuenta que Zootopia les funcionó muy bien. Ni modo. Habrá que resignarnos a que esta racha suya de “rehacer” todos sus clásicos parece no tener fin. Menos cuando ya se está planeando una adaptación live-action de Peter Pan. Sólo espero que nunca se les ocurra meterse con El rey león. Por favor.