La realidad supera la ficción, aunque con frecuencia se inspira en ella y logra avances singulares de beneficio colectivo. Y cuando eso se da con ingenio técnico y científico los logros son sorprendentes.
Uno de ellos aún suena a ciencia ficción, pero está cerca de convertirse en una realidad de alcance general: un brazo prostético robótico que puede ser controlado por el paciente y puede realizar numerosas funciones, como tomar y levantar objetos.
La forma de controlarlo es tan versátil que, como comenta el portal Mashable, se le ha llegado a considerar como un brazo robótico “controlado mentalmente” por el paciente. Y aunque no tiene directamente esa capacidad, su versatilidad y la forma de ser controlado es tan notable que evoca el brazo robot que en la saga de las películas ‘Star Wars’ se le coloca al protagonista Luke Skywalker.
Esa inspiración ha tenido que ver con que el brazo robótico haya sido bautizado como LUKE y es sin duda un avance biomédico y robótico singular.
El brazo robótico LUKE tiene motores en el hombro, el codo y la mano, lo que le provee de gran funcionalidad. Fue desarrollado por Dean Kamen, el creador del Segway (el vehículo eléctrico de dos ruedas controlado con el balance del cuerpo del conductor) y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA), una entidad gubernamental de Estados Unidos que ha sido clave en el desarrollo de avances tecnológicos clave, entre ellos ARPANET (el antecesor de la actual red internet) y numerosos desarrollos espaciales, robóticos y de tecnología informática y digital.
El brazo LUKE está ya en su etapa final tras haber contado con el aval de la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos y podría comenzar a ser usado comercialmente para su aplicación en pacientes amputados este mismo año, luego de haber cumplido las etapa de pruebas clínicas con la participación de más de 100 amputados, de acuerdo a Mashable.
Una de las características más destacadas de LUKE es que es capaz de realizar tanto tareas que requieren fuerza y firmeza, levantar objetos pesados, como las que requieren control y delicadeza. Al respecto, un video muestra a un paciente al que se le ha colocado un brazo LUKE moviendo con él huevos de una caja a otra.
El control del brazo se logra mediante sensores que detectan movimientos musculares del paciente y los transforman en instrucciones para los diferentes motores de LUKE. El brazo tiene movimiento independiente en el hombro, el codo, y en la mano (con cuatro motores separados en ella), además de sensores de presión y de movimiento.
Así, si bien la prótesis robótica no es controlada con la mente en estricto sentido, pues el paciente debe entrenarse en los movimientos musculares necesarios para manejar el brazo, ciertamente sí puede moverse y funcionar a voluntad de su portador de una manera que resulta notable.
De acuerdo a un comunicado de la empresa Mobius Bionic (que comercializará el brazo robot), las pruebas clínicas de LUKE duraron más de 10,000 horas, lo que les ha permitido probar su funcionamiento cabalmente. Estará disponible a partir de finales de 2016, aunque no se ha indicado cuál será su precio.
Presumiblemente, sus usuarios principales serán militares que perdieron el brazo a causa de heridas, pero una vez que sea liberado comercialmente, el LUKE estará disponible, cabe suponer, para todo paciente amputado que pueda pagarlo o cuente con un seguro médico que lo cubra, una situación que no necesariamente es simple o asequible.
Pero al margen de ello, el brazo LUKE ofrece ciertamente una nueva esperanza para personas amputadas.
