Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.
El viernes pasado leí con mucho interés un artículo
que ocupó la portada y las páginas 22, 23 y 24 de esta prestigiada Revista
Peninsular en la que tengo el honor de colaborar con mis artículos de opinión.
El texto llevó por título “Se busca
guardaespaldas en la UADY” y fue firmado como “Especial/La
Revista”. Confieso que el título me pareció peculiar porque hasta dónde sé
ni la institución y mucho menos sus rectores -a partir de su autonomía- y con
los que tuve el alto honor de trabajar (Álvaro Mimenza, Carlos Pasos, Raúl
Godoy, Alfredo Dájer y un año con José Williams) tenían guardaespaldas, más
bien un chofer que les permitía seguir trabajando mientras la otra persona
conducía. De ahí al término “guardaespaldas” me pareció insultante.
La UADY no requiere de guardaespaldas, más bien del apoyo de todos los
gobiernos y de los ciudadanos yucatecos y avecindados en el estado para
continuar con su labor esencial de formar profesionales humanistas y de
excelencia.
Hablando con franqueza y a título personal, consideró
que el TEMA CENTRAL para el futuro de la UADY no es “quién la debe
administrar, sino más bien QUÉ ES LO QUE LA UADY NECESITA, sí, para continuar y
salir adelante en este océano de cambios económicos, políticos y sociales que
se registran día con día, minuto tras minuto, segundo tras segundo.
Por eso enfatizo que no debemos hablar de quién
(persona) debe ser el indicado para la rectoría sino más bien qué necesita la
UADY para mantener su prestigio que me duele al alma decirlo siento que cada
día disminuye ante la avalancha de nuevas y excelentes universidades ya sea
privadas o públicas, estas últimas impulsadas sobre todo, por el Gobierno del
Estado que trabaja para ofrecer altos estándares de calidad para beneficio de
los jóvenes que viven en Yucatán, en estados vecinos y también para aquellos
que migran a esta entidad buscando además de una sólida educación, mayor
seguridad y certidumbre.
De la voz de un ex rector -amigo mío, por cierto-
escuché decir en repetidas ocasiones que “la razón de ser de la
universidad son sus estudiantes”. Esto me permite decir que una buena
parte de las autoridades que están hoy en la UADY tienen el mismo origen, la
misma cuna, es decir, han trabajado de manera coordinada desde hace más de 24
años cuando en la gestión del doctor Raúl Godoy Montañez quien fue el que
detonó el incremento de programas educativos y los campus universitarios, toda
vez que la UADY ya contaba con los cimientos necesarios para hacerlo, heredados
por sus antecesores, me refiero a las leyes y reglamentos.
Recuerdo que para el doctor Godoy “la columna
vertebral del crecimiento y fortalecimiento de la universidad es su desarrollo
académico”, como también los fue para quienes le siguieron al frente con
esta importante labor.
Con base en lo anterior, quiero decir que conozco muy
bien a las dos personas que citó el artículo mencionado al inicio de este
texto, hablo de Carlos Alberto Estrada Pinto y Renán Ermilo Solís Sánchez, y
agregaría que ni al primero le dicen “el mudo” ni al segundo lo
tienen como “intransigente”. Ambos son excelentes académicos. Ambos,
Carlos y Renán, han ocupado las direcciones de las facultades de Ingeniería
Química y de Derecho, respectivamente, además, Estrada es en la actualidad el
Director General de Desarrollo Académico y Renán, Abogado General y dicho sea
de paso el primero en ocupar el presidium del Consejo Universitario, además del
rector (presidente) y del secretario general (secretario).
Repito: ¿qué necesita la UADY, dónde está parada y
hacia dónde y cómo debe transitar? ¿Cuál es entonces el mejor perfil para la
institución? Destaco también que así como Carlos y Renán hay otros excelentes
académicos y administradores como Aureliano Martínez Castillo, actual titular
de la Facultad de Contaduría Pública y Administración y quien ocupó la
Dirección General de Finanzas durante 16 años. Así que se las sabe de todas,
todas, como su sucesor Manuel Escoffié Aguilar.
En síntesis, los integrantes del Consejo Universitario
deben analizar muy bien el presente y el futuro de la UADY. Ya ven que las
políticas federales para las universidades públicas autónomas no pintan del
todo bien y en este sentido urge
incrementar y fortalecer una auténtica VINCULACIÓN CON LOS SECTORES
PRODUCTIVOS.
En este tema debe centrarse la comunidad
universitaria, y además, estoy seguro que el gobernador Mauricio Vila, como
universitario, será respetuoso no tan solo de la Autonomía sino de la decisión
de los universitarios. Otro aspecto es que en el artículo se menciona a un
senador “que anda entre los colores guinda y tricolor”; un acertijo
fácil de resolver pero estoy cierto también que la madurez de la comunidad de
la UADY ya superó por mucho los colores vinculados a ideologías de partidos
políticos, acordémonos que Universidad es sinónimo de Universalidad y como dice
AMLO -con el que no estoy de acuerdo en muchas cosas- “la corrupción es la
peor epidemia que enfrenta México” y estoy seguro que ni su administración
se salva de este fenómeno ancestral arraigado en lo más profundo de nuestras
raíces.
Es lo que quiero aportar y sólo repetir ¿qué necesita
la UADY para continuar siendo opción para la juventud y pilar para Yucatán? Esa
respuesta se las dejo a los consejeros que elegirán el destino de estudiantes,
académicos, personal administrativo y manual y desde luego jubilados que
dejaron prácticamente sus vidas trabajando para que la institución cumpla por
lo pronto 100 años de fundada.
Un abrazo.
PD. Carlos y Renán, me consta, hablan poco, son
parcos, serios, dicen lo que tienen que decir y ya, pero con la suficiente
capacidad y experiencia para responder a cualquier problema o planteamiento que
surja y hasta donde recuerdo (en mis 35 años de estar en la UADY), ningún
rector inició como orador, todos se pulieron con el paso del tiempo.
