El Tren Maya, uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos en México, sigue avanzando en su objetivo de transformar la movilidad en el sureste del país. Según las proyecciones, para finales de 2025, se espera que el tren movilice a más de 1.4 millones de pasajeros, lo que representaría un impacto significativo en el turismo, la economía y la conectividad regional.
Este proyecto, que abarca los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, tiene como propósito principal mejorar el transporte en una de las regiones más importantes de México, al mismo tiempo que fomenta el desarrollo económico y social. A través de la modernización del sistema ferroviario y la creación de nuevas estaciones, el Tren Maya busca ofrecer un servicio rápido, eficiente y accesible para locales y turistas.
Una de las características destacadas del Tren Maya es su potencial para reactivar el turismo en las zonas menos visitadas del sureste mexicano, al conectar sitios arqueológicos de gran relevancia histórica, playas paradisíacas y ciudades coloniales. Además, se prevé que el proyecto genere miles de empleos directos e indirectos, lo que impulsará aún más la economía regional.
El número proyectado de pasajeros refleja la confianza en el éxito de la iniciativa, que no solo se ve como una inversión en infraestructura, sino como una herramienta para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región. A medida que el tren avance hacia su inauguración, se espera que se incrementen tanto las expectativas turísticas como la infraestructura complementaria, lo que hará del Tren Maya una de las principales joyas del transporte en México.
Al cierre de 2025, con la movilización de 1.4 millones de personas, el Tren Maya no solo transformará la movilidad, sino que también se consolidará como un modelo de desarrollo sostenible, al poner en primer plano la preservación del medio ambiente, sin dejar de lado los beneficios económicos para las comunidades a lo largo de su ruta.


