Cultura, por: Francisco Solís Peón
Estamos en plena “temporada”, la playa es un destino obligado para descansar y no en menor medida para socializar, algo que resulta doblemente cierto si de adolescentes se trata ¿Quién no se ha zambullido en el mar sin poder distinguir el agua salada de las propias hormonas? ¿Quién no se ha arrastrado cual jaiba en la arena buscando inútilmente un agujero para escapar del dolor y la decepción? Y todo por un fallido “amor de verano”.
La novela que nos ocupa se sitúa, como su propio título indica, en el verano de 1942, en una tranquila isla situada en la costa de Nueva Inglaterra, cuando Estados Unidos acaba de sumergirse de lleno en la segunda Guerra Mundial. La gran mayoría de los hombres se han alistado en el ejército y se encuentran luchando en el frente, por lo que la isla se encuentra mayoritariamente habitada por mujeres y adolescentes. Al parecer se trata de los acontecimientos que le sucedieron al propio Herman Raucher durante el verano que pasó en la Isla Nantucket.
El protagonista de la historia, Hermie, un muchacho de apenas 15 años, regresa a la isla 28 años después. Los recuerdos de aquel verano del 42 que pasara junto a su familia y a sus dos inseparables amigos, Oscy y Benjie, nos describirán con cuidado detalle, y algo de nostalgia y melancolía, los pensamientos y reflexiones de unos adolescentes que durante aquel verano descubrirán el amor y el sexo, y se lanzarán a sus primeros escarceos amorosos.
Unas reflexiones que a mi juicio, comparadas con las que hoy en día tiene un adolescente de esa edad, quedan algo desfasadas por lo inocente e ingenuo de alguno de esos pensamientos. Pero claro, hay que tener en cuenta que el libro está escrito en el año 1971 y nos narra las propias experiencias del autor en el año 1942. Posiblemente el avance, o simplemente el cambio, en la forma de pensar de la sociedad en general a lo largo de todos estos años haya contribuido también a un cambio en la educación de los niños, y con ello a una mejor evolución de su mentalidad. En cualquier caso es mi propia forma de ver las cosas y nada tiene que ver con la novela, es tan sólo un breve paréntesis que hago para dar mi opinión.
Salvando este pequeño detalle, es un libro que “se deja leer muy bien”, siendo una buena opción de lectura para ocupar un rato de esparcimiento. Sin más pretensiones.
Me atrevo a afirmar que la versión cinematográfica es tanto o tal vez hasta mejor que el libro. El propio Herman Raucher escribió el guión de la película que se estrenó el mismo año de la publicación de la novela, y que fue galardonada en 1972 con el Oscar a la mejor música original, obra del compositor y cantante francés Michel Jean Legrand.
La película fue dirigida por Robert Mulligan, y protagonizada, entre otros, por Jennifer O’Neill en el papel de Dorothy, la joven de la que se enamora el protagonista, y por Gary Grimes que daba vida a Hermie.
Aunque no con tanta suerte como la del protagonista es un verano que de alguna u otra manera todos hemos vivido.