Ha transcurrido prácticamente un año desde que el priismo nacional sufriera una estrepitosa derrota en el país y en Yucatán se nos fuera la gubernatura del estado de las manos; de esto, nueve meses han transcurrido del cambio de gobierno y dejar de estar en el ejercicio del poder público.
Si bien haber realizado un análisis en esos momentos se hubiera visto como un reflejo de la pasión que conllevo la campaña y que no aceptábamos la derrota porque teníamos nublada la razón y no reconociéramos los resultados; con el paso del tiempo las heridas se van cerrando aunque aún duelen y van dando la calma que se requiere para aquilatar y aceptar con serenidad los descalabros.
En este tiempo se han celebrado elecciones extraordinarias constitucionales, elecciones ordinarias y dos procesos de elección interna de dirigentes de mi partido: Yucatán y Veracruz, en su conjunto todo parece indicar y así lo reflejan los resultados, que si bien hay un priismo leal y latente, también lo es que se encuentra desarticulado sin la figura presidencial en el país, como eje central, hay que reconocerlo, así ha sido y así fue, que aglutine y una a las fuerzas nacionales,en esas condiciones vamos ya camino a un proceso de renovación de dirigencia nacional, el cual no es inédito y tampoco es la primera vez que lo realizamos, del cual estoy seguro, espero equivocarme, habrá más desprendimientos y alejamientos por no entender que en toda democracia se gana o se pierde hasta por un voto, como lo debe ser de igual manera en la democracia interna de toda organización política; con señalamientos, acusaciones y directas entre los aspirantes y sus seguidores aún antes de publicada la convocatoria por el C.E.N. de nuestro instituto político (esto ya se dio, el 11 de Junio pasad), vamos manchando el camino que pretendemos recorrer para salir en unidad y fortalecidos, el 2021 está cerca, los tiempos constitucionales electorales están encima y la casa que nos ha cobijado durante tantos años no merece que sigamos actuando así, para muestra un botón, Yucatán, nuestra amada tierra que hoy tiene la desfortuna de ser gobernada por un pasajero viajero y que por la culpa de muchos dejamos ir para poner en el desamparo a miles de trabajadores y empleados institucionales que creían en un gobierno revolucionario.
Yucatán, retomo el caso, porque es lo que nos ocupa, vivió a principios de abril su proceso electivo para renovar a sus dirigentes, este nos deja ver el verdadero rostro del PRI, aquel que se sabía que existía pero que no afloraba porque al final la fuerza del jefe político daba la pauta para que las diferencias se disminuyeran y se aceptaran, hoy no existe nada que detenga las amenazas entre priistas, los chantajes entre los mismos, las acusaciones de traidores entre iguales porque se asume en automático de que si no estás conmigo estás contra mí y el proyecto en el que yo creo, las redes sociales están inundadas de ataques entre nosotros, grabaciones editadas que siembran inestabilidad e inquietud a cualquiera, la calumnia y el rumor han rebasado al honor y al decoro, trayectorias manchadas, opacadas, puestas en tela de juicio que nos hacen ver como adversarios, enemigos a muerte cuando no lo somos entre nosotros, la ciudadanía observa y calla pero sabe cobrar, la militancia real, la de territorio escucha y se aleja decepcionada de sus líderes y dirigentes, todo esto ha sentado sus reales en nuestra lucha interna que más bien parece intestina.
Hoy como cuadro y ex dirigente de mi partido he decidido plasmar lo que estoy seguro es el sentir de muchos militantes de mi partido, no queremos más ese rostro, queremos el rostro de la competencia madura, respetuosa y tolerante, con quien no está momentáneamente en nuestro proyecto, queremos un PRI combativo, analítico, unido y fortalecido en torno a él porque ha sido nuestra casa, viene la prueba de fuego, registros, campañas y jornada electiva el 11 de agosto, en nosotros está cambiarle ese rostro que ha asomado y ponerle el nuevo que nos siga permitiendo ser atractivos electoralmente por muchos años más, la consigna es unirnos y dar vuelta a la pagina, no quedarnos en lo que paso, situarnos en lo que pasara, en lo que podemos hacer y en lo que podemos aportar, quien gane es lo de menos, necesitamos que el PRI lo haga y eso estáen nuestras manos, es cuando.
¡Democracia y Justicia Social!
