En la carrera por la presidencia de Estados Unidos, Pensilvania se ha convertido en uno de los estados clave, y tanto Kamala Harris como Donald Trump están enfocando sus campañas en el voto latino. Este grupo demográfico, en constante crecimiento, representa ahora cerca del 9% de la población en Pensilvania, lo que lo convierte en un sector crucial para definir el resultado electoral en este estado tradicionalmente reñido.
Más de 600,000 latinos tienen la posibilidad de votar en noviembre, y sus preferencias están en el centro de las estrategias de ambos candidatos. Harris ha lanzado una serie de iniciativas dirigidas a captar el apoyo latino, invirtiendo en publicidad en español y realizando eventos en áreas con alta concentración de hispanos. Uno de los principales mensajes de su campaña se centra en la defensa de los derechos individuales y la lucha contra la desigualdad económica, temas que resuenan entre los votantes latinos, especialmente en ciudades como Allentown y Reading.
Por su parte, Trump también está dirigiendo esfuerzos significativos hacia este grupo, apelando a temas como la seguridad fronteriza y la estabilidad económica. Algunos votantes latinos, como Marcia Heras, han mostrado su apoyo al expresidente debido a su postura sobre la familia y la lucha contra la inflación. Sin embargo, la comunidad latina está dividida, y hay votantes indecisos que aún no han decidido a qué candidato apoyar, un factor que podría ser determinante en la elección.
En 2020, Joe Biden ganó Pensilvania por un estrecho margen de 80,000 votos, pero la contienda actual entre Harris y Trump parece ser aún más ajustada. Encuestas recientes muestran que Harris lidera por solo tres puntos entre los probables votantes, con una ventaja del 50% frente al 47% de Trump, lo que refuerza la importancia del voto latino en un estado que podría definir quién será el próximo presidente de Estados Unidos.
Ambas campañas seguirán intensificando sus esfuerzos en las próximas semanas, conscientes de que cada voto cuenta en un estado tan disputado como Pensilvania, donde el poder de la comunidad latina podría inclinar la balanza.
