Por Francisco Garfias
Palabras duras de López Obrador hacia Estados
Unidos. Elogios desmedidos al sistema cubano, en presencia del presidente de
ese país, Miguel Díaz-Canel, en una fecha simbólica para los mexicanos: 16 de
septiembre.
Al tabasqueño no parece importarle la ausencia de
libertades en la isla. Lo tiene sin cuidado el hecho de que el pueblo de Cuba
no tiene más opción de gobierno que el partido comunista de hace seis décadas.
Ni una palabra en el discurso del mandatario
mexicano sobre las manifestaciones del 11 de julio. Ni una línea a la represión
y las desapariciones que se reportaron, luego de que los inconformes
protestaron en las calles.
Nada tampoco sobre el encarcelamiento de opositores
que salieron a la calle a reclamar ¡libertad!, libertad de movimiento, libertad
de credo, libertad de expresión, libertad de elegir a las autoridades. ¿Eso
quiere el Presidente para México? ¡Aguas!
Va textual una parte de lo que dijo el presidente
López Obrador en su discurso, al pedir “respetuosamente” a Joe Biden levante el
embargo a Cuba.
“Se ve mal que el gobierno de Estados Unidos utilice
el bloqueo para impedir el bienestar del pueblo de Cuba con el propósito de que
éste, obligado por la necesidad, tenga que enfrentar a su propio gobierno.
“Si esta perversa estrategia lograse tener éxito
—algo que no parece probable por la dignidad a que nos hemos referido—, se
convertiría en un triunfo pírrico, vil y canallesco. En una mancha de ésas que
no se borran ni con toda el agua de los océanos…
“Podemos estar de acuerdo o no con la Revolución
Cubana y con su gobierno, pero el haber resistido 62 años sin sometimiento es
una indiscutible hazaña histórica”.
Al Presidente se le olvidó mencionar, obvio, que hoy
por hoy Estados Unidos es el principal proveedor de medicinas y alimentos en la
isla.
El hecho de dar a Díaz-Canel la calidad de invitado
de honor y cederle la palabra durante la celebración de la Independencia, es
una señal hostil hacia el presidente Biden.
Lo es también culpar exclusivamente a la Unión
Americana de la falta de bienestar en Cuba.
En su discurso, el Presidente de México asumió como
propios los argumentos de un régimen que no ha logrado llevar a su pueblo al
“paraíso comunista” que prometió desde 1959.
¿Cuál es la apuesta de López Obrador frente al
presidente Biden? ¿Qué busca al endurecer el tono?
Habla el excanciller Jorge Castañeda: “No creo que
busque nada. Es su estado natural. Es lo que siempre ha creído. Se siente cómodo.
Es un gran admirador de Fidel Castro y de la Revolución Cubana.
“Se cuidaba con Trump. Ahorita siente que ya no se
tiene que cuidar. Tiene agarrado a Biden de los h… con el tema de los
migrantes. Es procubano. La gente no lo entiende.
“Biden va a aceptarle todo mientras no deje entrar a
los migrantes. Lo demás no le importa. Los senadores cubanos, los senadores
republicanos pueden empezar a patalear. Pero sólo ellos: Menéndez, Rubio, Cruz,
Salazar…”.
La misma pregunta le hicimos a la periodista Beatriz
Pagés, una de las cabezas de la organización Sí por México. Nos dijo:
“Vamos a ver cómo le cae tanto ladrido a Estados
Unidos. Es evidente que está más interesado en los reflectores que en la
política fina para destrabar el bloqueo”.
Con esto, agregó, “está colocando a México en medio
de una lucha de potencias. Muy peligroso”.
El político y abogado del PRI, Héctor Yunes,
reaccionó también al discurso de López Obrador.
“Escoja mejor a sus enemigos, señor Presidente.
Pelearse con EU por defender a un gobierno repudiado por su propio pueblo es
una mala apuesta diplomática”, resumió.
Tan a gusto se siente con el tema que López Obrador
insistió en que Cuba merece el “premio de la dignidad”, y que la isla debe ser
considerada como “la nueva Numancia” por su ejemplo de resistencia. Propone,
incluso, que sea declarada Patrimonio de la Humanidad.
¿Qué pasó en Numancia, pueblo de Castilla, que
desafió el poderío de Roma?
Cito a Wikipedia: “La ciudad se rindió en el verano
de 133 A.C., tras once meses de aislamiento. El hambre había diezmado a la
población, que, según la leyenda, se alimentó de carne humana. Muchos
numantinos prefirieron poner fin a sus vidas y a las de sus familias antes que
caer en manos de sus enemigos. El resto pasó a la esclavitud”.
¿Por qué será que muchos cubanos prefieren arriesgar
su vida en frágiles balsas para llegar a otros países, en busca de una vida más
digna? Les dejo la pregunta.