Elon Musk, CEO de Tesla, ha puesto fin a las esperanzas de un modelo económico de la compañía, el supuesto “Tesla de 25,000 dólares”, en su reciente intervención sobre los resultados financieros del tercer trimestre de 2024. Musk dejó claro que la fabricación de un vehículo eléctrico asequible y convencional “no tiene sentido”, pues su enfoque está firmemente puesto en un futuro de vehículos completamente autónomos. Según Musk, los coches autónomos representan el futuro de Tesla y de la industria automotriz en general, ya que considera que los autos manejados por personas serán, en última instancia, reemplazados por vehículos capaces de conducirse solos. “Es evidente que el futuro es autónomo”, aseguró, una idea que ha generado gran entusiasmo entre los inversores, quienes reaccionaron con un aumento del 22% en las acciones de Tesla al día siguiente.
Durante la presentación, Musk mencionó que el tan anticipado modelo de 25,000 dólares, también llamado “Tesla Model 2” por los seguidores de la marca, fue pensado inicialmente como una opción económica, pero Tesla ha reevaluado su viabilidad. Musk considera que producir este modelo en formato convencional sería “absurdo”, dado que la compañía se está orientando hacia la producción de robotaxis autónomos, vehículos sin pedales ni volante que podrían revolucionar la movilidad. Este nuevo modelo asequible será, en lugar de un coche particular, un robotaxi conocido como el Tesla Cybercab, cuyo costo también se estima en 25,000 dólares y que funcionará bajo una modalidad compartida. Así, el Cybercab no solo permitirá que particulares lo adquieran para su propio uso, sino también ofrecerlo en alquiler a otros usuarios a través de una plataforma similar a Uber o Airbnb, creando un modelo de movilidad compartida.
La estrategia de Tesla no es nueva en el ámbito de los coches autónomos, pero con el anuncio del Cybercab, Musk reafirma su objetivo de transformar el negocio automotriz. La producción masiva de coches conducidos por humanos, según el ejecutivo, está destinada a desaparecer, y quienes no adapten su enfoque a esta realidad podrían enfrentarse a un futuro incierto. Musk subrayó que el costo por kilómetro será el factor decisivo para la industria, algo que, según él, solo los coches autónomos pueden optimizar. Sin embargo, para lograr esta visión, Tesla necesita que su sistema de conducción autónoma, conocido como Full Self-Driving (FSD), sea completamente seguro y aprobado para su uso general. Hasta ahora, el FSD opera en nivel SAE 2 de autonomía, lo cual significa que aún necesita supervisión humana. Aunque Musk promete avances significativos para 2025, el sistema FSD ha sido objeto de múltiples críticas y está bajo investigación de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) por incidentes que han involucrado accidentes y, en algunos casos, consecuencias fatales.
Musk también mencionó que los primeros Cybercabs estarán en funcionamiento en 2026 o, en el peor de los casos, en 2027. Sin embargo, la aprobación de estos vehículos enfrenta grandes desafíos técnicos y regulatorios. Tesla aún no ha solicitado la autorización de la NHTSA, un organismo que rara vez otorga permisos a vehículos sin pedales ni volante. General Motors intentó una iniciativa similar con el Cruise Origin, pero no logró la aprobación para el transporte de pasajeros. Además, los robotaxis actuales, como los de Waymo y Cruise, operan con grandes restricciones de flota, limitando su impacto en el mercado. Musk, sin embargo, cree que Tesla está preparada para superar estos obstáculos, y mencionó que la compañía podría producir hasta 35,000 Cybercabs por semana, siempre y cuando la regulación lo permita.
Este enfoque hacia la autonomía también ha sido un factor decisivo para los resultados financieros de Tesla en el tercer trimestre. La compañía registró un beneficio neto de 2,180 millones de dólares, lo que representa un aumento del 17% en comparación con el mismo período del año anterior. Además de la aceptación del nuevo rumbo de Tesla hacia la autonomía, los buenos resultados impulsaron la confianza de los inversores y provocaron el mayor aumento en las acciones de Tesla en más de una década.