El presidente francés, Emmanuel Macron, dio una cálida bienvenida al expresidente de EE. UU., Donald Trump, este sábado, marcando el inicio de su visita a París. Durante su estadía, ambos líderes, acompañados por el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, sostuvieron una reunión improvisada en el contexto de la celebración mundial por la reapertura de la catedral de Notre Dame, que fue devastada por un incendio hace cinco años. El encuentro, que combinó el ceremonial con el enfoque en problemas globales, trató sobre temas como la guerra en Ucrania y los conflictos en el Medio Oriente.
Al llegar al Palacio del Elíseo, Trump fue recibido con los rituales tradicionales de visitas oficiales, incluyendo una alfombra roja y varios apretones de manos con Macron. El expresidente, quien ha indicado su intención de postularse nuevamente a la presidencia, comentó que el mundo ha “ido un poco loco” y que discutiría la situación global con Macron y Zelenskyy. La reunión de tres partes fue propuesta por Macron y tuvo como eje central la situación en Ucrania, un tema de preocupación para Macron y otros líderes europeos, quienes buscan asegurar que Estados Unidos mantenga su apoyo a Ucrania.
Macron, cuya relación con Trump ha sido compleja, ha hecho esfuerzos por mantener lazos con el expresidente, quien fue invitado a Francia como presidente electo de los Estados Unidos. La oficina de Macron destacó que este tipo de invitaciones no son excepcionales, ya que se han extendido a otros políticos en el pasado. Sin embargo, el tratamiento con alfombra roja evidenció el interés de Macron y otros líderes europeos por fortalecer su relación con Trump antes de que este regrese a la Casa Blanca.
Las conversaciones entre Trump, Macron y Zelenskyy duraron unos 90 minutos, de los cuales 35 minutos fueron dedicados a una discusión con Zelenskyy. La presencia del presidente ucraniano fue especialmente relevante, ya que continúa buscando apoyo para la defensa de su país contra la invasión rusa. Trump ha prometido poner fin rápidamente a la guerra si regresa a la presidencia, aunque no ha especificado cómo lograría eso, lo que ha generado preocupación en Kiev por las condiciones que podría proponer para futuras negociaciones de paz.
Aunque en el primer mandato de Trump las relaciones entre EE. UU. y Francia se vieron tensadas, especialmente por las críticas de Macron hacia Trump por cuestionar la necesidad de la OTAN y por la imposición de aranceles al vino francés, la visita de este sábado mostró los esfuerzos de ambos gobiernos por restablecer relaciones. Macron fue uno de los primeros líderes internacionales en felicitar a Trump tras su victoria electoral, lo que sugiere un intento de mejorar los lazos diplomáticos. La visita también coincidió con la reapertura de la emblemática catedral de Notre Dame, que sufrió graves daños tras el incendio de 2019.
La seguridad en París estuvo particularmente reforzada, con agentes de seguridad franceses y el Servicio Secreto de EE. UU. colaborando para garantizar la seguridad de Trump. La seguridad fue más estricta de lo habitual en el centro de París, donde se esperaba la llegada de numerosos VIPs internacionales para el evento de la reapertura de Notre Dame.
Durante su tiempo en París, Trump reafirmó su admiración por la restauración de Notre Dame, calificándola de “maravillosa”. También anunció su intención de nominar a Charles Kushner, el padre de su yerno Jared Kushner, como embajador de EE. UU. en Francia, un cargo que ha sido ocupado por figuras históricas notables como Benjamin Franklin y Thomas Jefferson.
Este encuentro de alto perfil entre Trump, Macron y Zelenskyy subraya la complejidad de las relaciones internacionales en un momento de grandes desafíos geopolíticos.