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En busca de la Felicidad III

Santiago Heyser
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De Ser a Ser, por: Santiago Heyser. 

El discípulo le preguntó al maestro: “—Maestro, ¿cuál
es el secreto de la felicidad?… —Cooperar incondicionalmente con lo
inevitable”, le respondió.

En artículos anteriores hice una lista de diez razones que considero los
principales motivos de la infelicidad. Las primeras dos: 1.- Somos infelices
porque no ponemos atención a la vida cuando sucede, en el momento presente y,
2.- Somos infelices porque no somos conscientes de nosotros mismos y no nos
damos cuenta que la felicidad tiene que ver con nuestra esencia como seres
humanos, con nuestra propia espiritualidad. No olvidemos que somos seres
espirituales teniendo una experiencia terrenal y no al revés; recordemos, esto
no es un concepto religioso, es una realidad metafísica (RAE: Parte de la filosofía que trata del ser, de sus
principios, de sus propiedades y de sus causas primeras).

Otra de las razones por las que no logramos alcanzar el estado de
felicidad, es que: 3.- ¡No aceptamos la realidad! y luchamos en contra de ella.
Parece irónico y absurdo, pero cuando lo pensamos, nos podemos dar cuenta de la
permanente queja en hay en nuestra vida respecto a las circunstancias que nos
rodean: pareja, hijos, amigos, familia o compañeros de trabajo no hacen lo que queremos
o no son como quisiéramos, o nosotros no somos como quisiéramos, una o varias
partes de nuestro cuerpo o personalidad no nos gustan; además, el clima no es
el ideal; ganó el equipo contrario; se descompuso el auto; el transporte no
llegó a tiempo; no me pagan lo que valgo; nadie comprende cómo me siento, tal
persona me lastimó, etc. La lista es interminable, cada momento que vivimos en
la vida, está rodeado por un entorno de realidad, por personas y
circunstancias, tanto sociales, económicas o naturales, que tienen influencia
en nuestras vidas. La realidad es la realidad, punto; es lo que es y hay lo que
hay. No hay forma de matizar la realidad porque la vida es como es, nos guste o
no. Un maestro de vida, Faustino Castro (qpd) me recordaba con frecuencia:
“Luchar contra la realidad es infantil”. Podemos encontrar innumerables citas
al respecto de esta enseñanza en la mayoría de las culturas y en distintas
épocas. El discípulo le preguntó al maestro: “—Maestro, ¿cuál es el secreto de
la felicidad?… —Cooperar incondicionalmente con lo inevitable”, le respondió.

Solo hay dos cosas que podemos controlar en nuestras vidas: nuestros pensamientos
y nuestras acciones; todo lo demás se reduce a probabilidades. Cuando aceptamos
esto, aceptamos la realidad como es y en lugar de luchar contra ella y
quejarnos tomamos una actitud diferente ante la vida, que lleva implícita la
aceptación de la realidad como es y define nuestra posibilidad de modificarla o
de adecuarnos, ¡es nuestra decisión pasarla bien! Lo que hay que recordar de
manera permanente es que: ¡Hay que ser felices a pesar de las circunstancias y
no a causa de ellas!, y que ésta, es una decisión personal.

Otro de los motivos que impide que seamos felices es que: 4.- ¡Construimos
expectativas! Esperamos que las personas sean de cierta manera o hagan tal
cosa, o que se den situaciones que no van a suceder. Este punto es una mezcla
de dos factores anteriores que ya vimos: No estamos viviendo en el momento
presente (ya que crear una expectativa es una ilusión proyectada en el futuro)
y no aceptamos la realidad (los hechos). Si solo controlamos nuestras acciones
y pensamientos y lo que esperamos que suceda depende de alguien o de algo más o
es fruto del azar, sencillamente estará fuera de nuestro control, luego
entonces puede o no suceder como lo esperamos. El problema es que cuando no
suceden las cosas como esperamos, nos quejamos, nos enojamos y comenzamos a
hacer responsables a los demás (o a la mala suerte) ante la impotencia de no
tener control sobre lo que queríamos que sucediera; pero, cuando las cosas
suceden como queríamos, entonces “somos felices”. Vivir la vida de esta manera
es una sentencia a la infelicidad permanente, significa que si tenemos suerte
de que suceda lo que queremos seremos felices y si no, pues no. Para que quede
claro, vivir así deja la felicidad al azar, a la suerte.

El problema no es tener expectativas, es humano ilusionarse o imaginarse
situaciones agradables o que nos gusten, o esperar ciertos resultados en la
vida, el problema radica en no comprender que en la vida, las situaciones no
están en nuestro control, como tampoco lo están (ni deben estarlo) los amigos,
la pareja, los hijos, familiares, jefes, empleados, servidores públicos o quien
sea que interactúa con nosotros y como no lo están el clima, las enfermedades y
el entorno político. La invitación es que debemos aceptar y recordar que en la
vida muchos resultados son inesperados, se puede tener una actitud de queja (lo
cual no va a cambiar la realidad que no nos gusta) o podemos tener una actitud
más positiva y pensar que la vida es una sorpresa, en la que ocasionalmente se
puede incidir… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Twitter: @SantiagoHeyser
Correo: Heyser@deSeraSer.mx

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