Se había muerto el último. Falleció justo ese día tan bello que es el día de Navidad.. Con la luz dorada de finales de diciembre los que estaban tristes dijeron unas palabras de alabanza. Y después, como cada 25, entonaron villancicos… Perder las tradiciones sería perder el alma, perder lo que importa…
Amaneció con helada y sol la mañana de san Esteban. Olía a rocío, a chimenea, a hogar, a Navidad. Y, para los que estaban tristes, a pérdida y a duelo, a lágrimas de sal, a dolor. Los sabios de la localidad lo habían advertido hacía tiempo… pero nadie les había escuchado. Y, en la desidia, había muerto el último de todos…
Lourdes se despertó sobresaltada y con calor! Ufff… era una pesadilla, gracias a Dios. Encendió la luz y se relajó al contemplar su biblioteca. Allí estaban todos! Había sido un mal sueño… ningún libro se había muerto. Podía seguir disfrutando Mujercitas o el Poema de Mío Cid o curiosidades sobre el Juli…
Afortunadamente! Vivan los libros…
La idea de este cuento se me ocurrió mientras hablaba con mi madre sobre Mujercitas… Cada vez la gente presta menos atención a los libros: gravísimo error..
Dedicado a mi familia, lectora, me siento feliz ahí y así
A Lourdes
Mujercitas me maravilló
A la gente que lee
A la gente que escribe bien.. a la que escribe con falsedad no
A grupo Albriux: ole
A mi Luis
A mi querido Juli
Y a cada Cid actual, uno de ellos muy buen amigo mío