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¿En qué Plan Vamos?

Jorge Valladares Sánchez
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Por: Jorge Valladares Sánchez.*

En Facebook y en Youtube: Dr. Jorge Valladares.  

¿En qué Plan Vamos?
Sí hay males que duran 100 años

Pues…
Llegamos a abril y todo sigue allí, menos lo que no sigue, je. Y la ciudadanía
sigue viendo los desmanes, retórica y ocurrencias de nuestros políticos/as
perennes y actuando apenas en lo poco accesible ante la cantidad de cosas
vitales que tenemos que atender para hacer una vida parecida a la que nos gusta
o aspiramos.

Sí,
porque hay una diferencia simple y enorme en la condición entre quienes vivimos
ese rol de ciudadanía y quienes son agentes de la política y funcionarios
públicos (sea que elijan jugar a la política o realizar la labor de servicio
por la que les pagamos.

Los
primeros tenemos que ocuparnos de generarnos los ingresos para todo lo que
necesitemos y dejar al mismo tiempo la fracción de impuestos que sirvan para
dotar al estado de recursos. Los segundos reciben de esos recursos (y de otros,
probablemente) para dedicarse a la política. Y los terceros tienen asegurado un
ingreso que les facilita tomar la opción que elijan entre: dedicarse a la
política, hacer bien su trabajo o hacer cualquier otra cosa.

Esa
condición diferenciada es la base para entender y/o contestar a quien sea que,
retóricamente, diga que la ciudadanía “tiene que participar”, “hacerse
escuchar”, “cumplir su deber y no sólo sus obligaciones”. Afirmación motivante
y que da para conversar si la pronuncia alguien desde la condición ciudadana.
Pero insultante y/o engañosa si se pronuncia desde las otras dos posiciones.

La
función de quienes son funcionarios es servir en determinadas funciones para
que funcione lo público, en beneficio de todos. No hay redundancia, sino
obviedad; que hemos logrado perder de vista, gracias a la distracción en otras
cosas importantes y al dominio de la demagogia sobre la democracia. Queramos o
no y de formas que marea entender y plantear todos pagamos la existencia de un
sistema en el que debemos recibir servicios, que hagan que vivir en sociedad
sea bueno para la colectividad. Ese es el concepto de lo público, lo que es de
todos, porque lo pagamos entre todos/as.

Y en ese
ideal, cada persona cuida y se dedica a lo suyo y comparte lo que quiere,
porque hay un estado con personas contratadas para ocuparse de lo de todos y
propicia el bien de todos, ya sin importar cuánto aporte cada cual, sino con
base en nuestra humanidad, mirando al desarrollo y atendiendo a los consensos.

Y los
políticos reciben de ese dinero también, en el entendido de que tienen la
función de ser el agente principal para que la ciudadanía llegue a esos
consensos; y a partir de ellos se distribuya y ejerza sanamente el poder, para etapa
por etapa avanzar en ese sentido público, bueno para la sociedad.

Parte
del problema está en que quienes ejercen esa política, también se quedan con
los puestos y continúan jugando a la política en ellos y la función del estado
deja de atenderse, y llevamos ya un buen rato en ello. Y la atención y respeto
a la ciudadanía se concreta mayormente en demagogia y simulaciones, y los
servicios ya pagados son sólo remedo de lo que deberíamos recibir en este pacto
social implícito.

Es así
como puede renovarse cada sexenio un gobierno ejercido desde la demagogia y la
simulación, bajo el ofrecimiento de que algo va a cambiar con el sólo hecho de
cumplir el “deber” de votar por este o aquella. Y es como algunas primeras
piedras, obras faraónicas, subsidios o “apoyos” y cambios de leyes se convierte
en logros de gobierno.

Es así
como hoy puede ejercerse el gobierno desde un espacio matinal de ocurrencias y
soliloquios, efectivo para emocionar y dibujar la realidad de quienes con su
líder simpatizan a la vez que ofender e ignorar la realidad de quienes no, a la
vez que darle tema a quienes viven (cobran) de pretender a él oponerse.

Dedicamos días y la atención que cada cual pudo, según
su condición (ciudadana, política y laboral), a conocer y ver transitar un plan
A, que parece ya superado. Pasó de la atención central y sigue en la mesa de la
SCJN un plan B, que podría convertirse en lo que a muchos/as afecte, aunque
pocos/as quieran y menos lo hayan entendido; eso sin importar que se anule o se
implemente.

Hubo quienes pretendimos que un plan C tuviera inicial
de ciudadano, pero nos volvieron a ganar la nota desde el show matinal para que
se refiriera a Consejeros. Y parece ser que el pretendido Caballo de Troya ni
se armó en forma, ni llegó a instalarse. Quienes pretendían controlar con ello
al INE no tuvieron el resultado deseado, quienes queríamos impedir tal intento,
tampoco fuimos efectivos en influir en que fuera por un camino predecible y
transparente el resultado. En una suerte de perder-perder, llegamos a un
resultado bastante mejor que el esperado por unos y otras.

Y la tómbola nos dio la integración de cuatro personas
con un perfil que pinta bien para que el Instituto siga por buen camino y
podamos seguir ejerciendo con confianza similar a la previa ese único “gran
deber ciudadano” de elegir a quienes vayan a relevar a quienes hoy nos
mantienen en esta confusión desde la política perenne. Esa que no se detiene
por obtener un triunfo electoral, esa que mina cualquier puesto de servicio
público para convertirlo en un potencial espacio de poder para el color
dominante.

Hay quienes consideran que “siempre ha sido así”,
quienes dicen que es “la realidad de nuestro país” desde que es país, quienes
lo atribuyen a los años gobernados desde un color u otro, o varios. Sí hay
quienes piensan que vamos peor con este color, como hay quienes tienen la
paciencia de no exigirle mucho tras tantos años de perversidad de los
anteriores.

En lo que ando pensando ahora, y confío ser uno de
varios/as, es ¿qué plan sigue? ¿El D que venga del show matinal? ¿Algún otro
que venga de algún político/a que logre capitalizar al fin tantos desmanes del
sexenio? O ¿habrá manera de que nuestros pocos puntos de coincidencia entre
ciudadanos/as nos abran espacios y atención de alguna forma de meter en orden a
quienes trabajan (deben) para nosotros?

Me gusta la idea de que recientemente nosotros y
decenas de organizaciones llamaron a una Conferencia Nacional de Paz, cuyos
planteamientos ya comentaremos pronto… Y que la Conferencia del Episcopado
Mexicano está llamando también a formas de construcción de lo mismo…

Tenemos que lograr un punto de coincidencia en el que
suficientes personas hallemos el sentido de llevar a nuestras comunidades hacia
un espacio que reacomode ese orden social donde podamos atender lo propio,
compartir y funcione el estado para proveernos, con nuestros recursos, de lo
que requerimos como sociedad, como humanidad. Darle a verdaderos líderes el
poder y recurso político. Pagarle sólo a funcionarios que en verdad ejerzan el
servicio público.

Porque si ha habido males que duren 100 años y pueblos
que los soporten. Así que tú, yo, y quienes sabemos eso ¿en qué plan estamos?

————————–
*Jorge Valladares Sánchez
Papá,
Ciudadano, Consultor.
Representante
en Yucatán de Nosotrxs.
Doctor
en Ciencias Sociales.
Doctor
en Derechos Humanos.
Psicólogo
y Abogado.

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