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¿En riesgo el Pacto Federal?

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El conflicto entre la Alianza Federalista y Andrés Manuel López Obrador reafirma la polarización de la vida política mexicana. Los diez gobernadores exigieron dialogar con el presidente sobre temas específicos y amenazaron con salirse del Pacto Federal en caso que no se les escuchara. El titular del ejecutivo respondió con una negativa a recibirlos y agravó el problema al involucrar la opinión popular, lo cual contribuye a la fragmentación de nuestra sociedad.

Los gobernadores de Jalisco, Nuevo León, Chihuahua, Aguascalientes, Michoacán, Colima, Durango, Tamaulipas, Coahuila y Guanajuato, quienes conforman la Alianza Federalista, llevaron a cabo eventos simultáneos este lunes para “cerrar filas” y posteriormente emitieron un comunicado en conjunto respecto a su postura frente al gobierno federal.

Los diez mandatarios expresaron su inconformidad con el trato ofensivo que han recibido del presidente, y pidieron que se respete la soberanía y libertad de sus entidades. También rechazaron el proyecto federal pues ignora las agendas locales. Finalmente, pidieron platicar con Andrés Manuel sobre el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, la extinción de fideicomisos y la estrategia contra el Covid-19, de lo contrario llevarían sus causas a tribunales e incluso considerarían separarse de la Federación.

El presidente argumentó que el actuar de los gobernadores era propio de la temporada electoral, y lo hacían por estar nerviosos de los próximos comicios. De igual manera, dijo que no se reuniría con ellos pues sería poner en riesgo su investidura. Además, expresó el mandatario, el secretario de Hacienda ya se encontraba en pláticas con los mismos.

La pregunta que seguramente muchos compartimos es: ¿por qué se niega a sentarse con los gobernadores?

Ninguno de los dirigentes ha señalado pretensiones específicas sobre los tres temas que quieren tratar, únicamente piden hablar. Esto nos dice que puede ser real la preocupación que tienen respecto a las contribuciones, los fideicomisos y el sector salud, pero la situación que los obliga a amagar con un quiebre es la falta de comunicación. Pretender defender la investidura presidencial es un argumento vacío pues justamente por ser titular del ejecutivo federal tiene la obligación de procurar la política mexicana, lo cual implica llegar a acuerdos y conciliar con los distintos mandatarios.

El simple gesto de convocar a la Alianza Federalista a una reunión hubiese sido suficiente para mitigar el conflicto. Por el contrario, López Obrador le echó más leña al fuego al sugerir la implementación de consultas populares para saber el sentir de la gente.

Desde un inicio se sabía que era complicado separar a una entidad de la república ya que se necesitarían reformas constitucionales y la actuación del Congreso de la Unión; sin embargo, al mencionar el ejercicio de participación ciudadana, el presidente abrió una opción a los gobernadores para legitimar su pretensión.

Asimismo, traer esta figura a la discusión propicia la fragmentación de nuestra sociedad. Tal vez esta era la intención de Andrés Manuel para hacer sentir al sector de la población que lo apoya. Esto sería congruente con el mensaje que emitieron siete mandatarios estatales en su apoyo, en el cual mencionaron que el crecimiento del norte no podía ser a costa del empobrecimiento del sur.

La Alianza Federalista nunca hizo referencia a la perspectiva de “norte contra sur” porque hubiese sido incorrecto; no representan a todos los estados del norte y tienen miembros que se localizan en el centro. Ahora bien, le es útil a los aliados de presidencia pues incitan a las personas a tomar partido para defender o atacar alguna de las posturas.

La disputa de López Obrador y los gobernadores es un síntoma de la división que aqueja al país. Lejos de buscar la unidad, el presidente parece querer pasar el debate a la opinión pública lo cual profundizaría el quebrantamiento social.

Los gobernadores deberán ser prudentes al decidir cómo involucrar a su población en el asunto, ya que, debido a la volatilidad propia de las masas, un paso en falso podría representar consecuencias importantes para la composición de México como lo conocemos.

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