Especial/La Revista
Una re orientación de la dinámica económica del puerto, que rompa ciclos de pobreza; aprovechamiento al máximo de los recursos económicos y humanos; alta gestión y seguridad para las familias de todo el municipio Progreso es la propuesta de Julián Zacarías Curi.
Nuestro entrevistado cursó sus primeros estudios en escuelas públicas del puerto de Progreso, su preparatoria en el Centro Universitario Montejo de Mérida y estudios profesionales en el Instituto Tecnológico de Mérida. Su temprana incorporación a los negocios en el ramo pesquero, le permitió irse formando una visión clara sobre las necesidades y los problemas que aquejan día a día a los trabajadores del sector, a los pequeños y medianos empresarios, y sobre todo a las mujeres trabajadoras y madres de familia. Empresario textil desde hace quince años, esposo, padre de dos adolescentes y vecino del puerto de Progreso, comparte sus opiniones con La Revista.
-Desde tu perspectiva; ¿Qué depara el futuro cercano para el Puerto de Progreso ?
-Como empresario, en primer lugar puedo decirte que Progreso, es más que el puerto, si bien este es el principal motor económico del municipio y uno de los más importantes de Yucatán; el haberme concentrado en el ramo textil los últimos 15 años, me ha permitido saber que hay mucho más allá para el municipio que la pesca.
La construcción por parte del gobierno federal del viaducto alterno, aumenta por mucho la capacidad logística del puerto de altura, esto es, el tránsito, almacenaje y manejo de toda clase de mercancías que tienen por paso, y por aduana necesaria; el puerto.
Esta circunstancia, bien aprovechada por empresarios locales, nacionales e incluso extranjeros, puede generar una serie de negocios conexos, que hasta hoy han sido poco aprovechados; esto sin descontar el sector inmobiliario, que representa un área de oportunidad también, sobre todo en el corredor que une al puerto con la capital.
¿Cómo encuentras la economía de Progreso al día de hoy ?
– Desligarme de la actividad pesquera para dedicarme al ramo textil, me permitió ir; por decir algo; tierra adentro, monté mi empresa empleando mano de obra de gente proveniente de las comisarías del municipio. Fue en ese momento, cuando entendí que tendríamos como empresariado local, generar alternativas para la generación de empleo.
Hoy siento a Progreso un poco estancado, en primer término por la coyuntura mundial; que si bien beneficia al sector pesquero por el tema cambiario; contrasta con la depredación de las especies, que propicia que los viajes sean cada vez más largos, por ende más costosos. Esto trae como consecuencia necesaria que el hombre de mar esté más tiempo separado de la familia, generando ciclos de alienación y pobreza muy difíciles, más no imposibles de romper.
En este contexto, ¿Qué haría Julián Zacarías para cambiar estos ciclos?
– No tengo la panacea; tampoco soy de los que quieren descubrir el hilo negro; como hijo de comerciantes soy muy práctico (sonríe); en Progreso, contamos con un polígono donde se encuentra el Parque Industrial, hoy francamente desaprovechado. Soy un creyente del emprendedurismo y creo que la labor de los gobiernos, más que generar empleos; debe ser generar condiciones propicias para la inversión, y para el establecimiento de nuevos negocios.
En ese orden de ideas, yo gestionaría la reactivación de ese polígono industrial, dando facilidades a empresas de otros giros como el textil, la manufactura, tecnologías de información e innovación para que se establecieran en el municipio con tratamiento preferencial. Contamos con el Instituto Tecnológico de Progreso, que es semillero de jóvenes profesionistas que ante la falta de oportunidades terminan desempeñando otras labores o emigrando a la ciudad de Mérida en búsqueda de empleo bien remunerado.
El asentamiento de empresas ambientalmente limpias en el municipio necesariamente generaría el bienestar de las mujeres jefas de familia, madres solteras y jóvenes técnicos; cuya contratación sería determinante para la obtención de facilidades.
Pero, aterrizar empresas de este tipo, necesariamente requeriría un re ordenamiento de los servicios urbanos, ¿No es así?
– Definitivamente, ahí es donde entra la filosofía de “ganar, ganar”; y la responsabilidad social del empresario, en la cual creo y de la que soy practicante. En primer lugar, hay que empezar por la casa. Necesitamos generar un marco jurídico que permita al empresario tener la certeza y la seguridad respecto de su inversión.
Requerimos revisar y en su caso generar las normas regulatorias que rigen el establecimiento de los negocios en el municipio; tener ventanillas únicas donde el micro, pequeño y mediano empresario pueda hacer sus trámites en tiempos ágiles y con costos mínimos.
Revisar los convenios con la Federación y con el estado respecto de las aportaciones que el municipio recibe, para optimizar esos recursos y re orientarlos a la mejora de los servicios que el ciudadano debe recibir, como lo son el alumbrado público, pozos, pavimentación, imagen urbana.
Un punto interesante es la determinación del impacto urbano que resiente la ciudad con el importante aumento del tráfico pesado hacia y desde el puerto de altura. Generar mecanismos a través de los cuales la ciudadanía reciba algo a cambio de la utilización de la infraestructura urbana por parte de los usuarios del puerto.
Soy un convencido del diálogo y de la concertación. Creo en el poder de la palabra activa, participo en una asociación de oradores que se llama “Masters Yucatán” y con la cual incentivamos entre los jóvenes la lectura y la expresión verbal con sentido social, impulsando liderazgo positivo.
Tocaste el punto de la responsabilidad social del empresario; ¿Qué hace Julián Zacarías Curi con ello?
– La responsabilidad social, debe ser no solamente del empresario, sino de los gobiernos; cosa que creo se ha perdido mucho en los últimos años. La responsabilidad social estriba en la búsqueda de condiciones para un mejor desarrollo económico, psicológico y físico de nuestra comunidad; de nuestro entorno. Yo considero que con pequeñas cosas podemos hacer la diferencia.
En los años que como empresario he trabajado con gente de las comisarías aledañas al puerto; he observado como afectan, digamos, las temporadas de veda a los hombres y mujeres de nuestras comunidades. Al no haber trabajo, no hay dinero, por ende no hay comodidades y menos esparcimiento.
Generando condiciones para el establecimiento de empresas de otros giros en el municipio, podemos contribuir a la creación de nuevas fuentes de empleo, donde el padre, la madre trabajadora no tengan que ausentarse tanto tiempo de casa.
Por mi parte, he trabajado desde mi trinchera con mujeres, madres solteras y jóvenes de nuestro municipio, llevándoles actividades recreativas, culturales y deportivas hasta sus colonias o comunidades; hago énfasis en el deporte, soy deportista de toda la vida, jugué futbol desde mi infancia, llegué a primera fuerza representando a nivel estatal a los Tiburones de Progreso y a mi escuela, el CUM. Creo firmemente que el deporte es una herramienta básica para un desarrollo armónico del niño y del joven.
Con todo lo expresado; ¿Qué piensas de la política?
– La política es solo un camino para llegar a la meta; servir y no servirse. Como empresario he caminado las colonias y comisarías de Progreso; conozco Chelem, Chuburná, San Ignacio, Paraíso, Flamboyanes, Chicxulub Puerto, y los puntos más distantes como Carboneras o Uaymitún; donde tengo muchas amigas y amigos; gente trabajadora que solo busca una forma honesta de vivir.
Creo que la política y en sí el ejercicio de gobierno solo pueden hacerse de abajo hacia arriba, escuchar a la gente, sus inquietudes, sus necesidades, sus anhelos. Soy un hombre de familia, y de valores. Creo en la familia como núcleo de la sociedad, bajo cualquiera de sus expresiones o formas. Soy tolerante con los que no piensan como yo; porque creo que la riqueza de una sociedad se encuentra en la diversidad, tanto de pensamiento como de opinión.
¿Veremos el nombre de Julián Zacarías Curi en las boletas en 2018?
– Soy una persona respetuosa de los demás y respetuosa de los tiempos. El competir por un cargo público debe entrañar análisis y seria reflexión, o como mis hijos y yo le decimos: “con – vic – ción”. Ya recorrí ese camino, y estoy listo para hacerlo de nuevo, con mayor madurez y capital político. Tengo claro de que juntos, y más que juntos; unidos, todos los progreseños lograremos despuntar como una comunidad que sea ejemplo de que, con trabajo y esfuerzo conjunto; sociedad y gobierno, todo se puede lograr.