En un partido crucial de la NFL, los Buffalo Bills enfrentaron una derrota sorprendente ante los Denver Broncos, con un marcador final de 24-22. El juego, caracterizado por una serie de errores críticos por parte de los Bills, se convirtió en un reflejo de las dificultades que el equipo ha enfrentado a lo largo de la temporada.
Desde el inicio, los Bills mostraron una falta de coordinación y precisión. James Cook, corredor de los Bills, perdió el balón en la primera jugada ofensiva, lo que dio a los Broncos una ventaja temprana. A pesar de algunos momentos de redención, como la recuperación de Cook de su propio balón suelto que resultó en una ganancia de 42 yardas, y un desempeño decente del quarterback Josh Allen, los Bills no lograron mantener la consistencia.
Allen terminó con 15 pases completos de 26 intentos para 177 yardas, pero sufrió dos intercepciones críticas. Además, la defensa de los Bills, aunque resistente, no pudo sostener el impulso frente a los Broncos, especialmente en la segunda mitad del juego.
Los Bills han mostrado una tendencia preocupante en esta temporada, acumulando cinco touchdowns y ocho entregas de balón en las primeras mitades de los partidos desde la semana 5, la mayor cantidad en la liga. Esta falta de preparación inicial y errores en la ejecución han sido un lastre constante para el equipo.