Érase una vez un Premio perfecto.. Hermoso y lleno de sentimiento, cuentan leyendas de hoy y de antes que los matadores soñaban con él en sus sábanas y en sus sueños! Y con él llegaba diciembre, con su luz dorada y sus ilusiones de esperanza y melancolía..
Y aquella noche el Premio danzaba nervioso. A qué alma recaería su esencia en aquella ocasión? Quién sería el afortunado poseedor de tal galardón? Las luces de los vestidos de torear habían engalanado piel y anhelos. Cada uno ofreció todo lo que pudo…
Y qué pasaría? En el ruedo de Lima quedaron faenas y susurros, pestañas de emoción humedecidas! El Premio ya se había ido a la seda de las yemas de Procuna, Ordóñez, Curro Vàzquez.. JoseMari Manzanares…
Cuatro veces con el duende artista del irrepetible JoseMari Manzanares, con su ritmo y su compás!
A las manos de Juli. De Perera. De Ponce…
Y esa noche decembrina, dorada y acogedora, el Premio se hizo belleza y justicia y se fue con el jovencísimo peruano Joaquín Galdós! Ole y ole!
Dedicado a Joaquín Galdós y a José María
A mi mago
A Lima
A mi amiga Magaly
A mi querida Rosario
A cada ganador de un Escapulario de Oro
A las personas mencionadas y a la memoria de las personas mencionadas
A mi hermana
A Natalia
A Carmen
A Luis
A mi mago
A Hans Pollack
A diciembre, qué bonito eres!
A las emociones…
Y a la gente de verdad