El grupo Hezbollah, respaldado por Irán, ha estado involucrado en escaramuzas con Israel desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamas, exacerbando las tensiones en la región. La situación en la frontera entre Líbano e Israel es crítica, con enfrentamientos que podrían desencadenar un conflicto de mayor escala en Medio Oriente. Los temores de que esta confrontación evolucione hacia una guerra regional han aumentado a medida que los combates se intensifican.
El conflicto se originó tras el ataque masivo de Hamas el 7 de octubre, en el que, según las autoridades israelíes, murieron 1.400 personas. A partir de ese momento, Israel ha lanzado ataques “preventivos” contra posiciones de Hezbollah en la frontera libanesa, como parte de su estrategia para evitar una escalada mayor. Estos ataques han derivado en una oleada de enfrentamientos, aumentando la tensión en toda la región. Desde entonces, según autoridades sanitarias palestinas, más de 40.000 personas han perdido la vida en Gaza como resultado de los bombardeos israelíes.
Hezbollah surgió tras la invasión israelí de Líbano en 1982, un conflicto que dejó más de 17.000 muertos, según los informes de la época. La ocupación israelí, que incluyó la capital Beirut, creó el caldo de cultivo para la formación del grupo chiita, que recibió el apoyo directo de la naciente República Islámica de Irán. En 1983, Hezbollah ya se había destacado con ataques como el perpetrado contra un cuartel de la Marina estadounidense en Beirut, donde murieron 300 personas.
Formalmente constituido en 1985, Hezbollah nunca ha ocultado su lealtad a Irán. El grupo participó activamente en la guerra civil libanesa y lideró la resistencia contra las fuerzas israelíes que ocuparon el sur del país, logrando su retirada en el año 2000. Desde entonces, Hezbollah ha mantenido una presencia política y militar significativa en Líbano, consolidándose como una de las principales fuerzas paramilitares en la región.
Aunque en Líbano es considerado un grupo de “resistencia” frente a Israel, Hezbollah ha sido designado como organización terrorista por gran parte del mundo occidental. Esta clasificación se vio impulsada tras los atentados en Argentina en 1992 y 1994, atribuidos al grupo por las autoridades locales, donde murieron más de 100 personas en ataques contra la embajada de Israel y un centro comunitario judío en Buenos Aires. Pese a estas acusaciones, Hezbollah e Irán han negado cualquier responsabilidad en dichos ataques.
Durante la última década, Hezbollah se ha visto envuelto en múltiples conflictos regionales, combatiendo en Siria e Irak al lado de facciones alineadas con Irán. Este rol ha consolidado su posición como un actor militar relevante en la región, aunque ha erosionado su popularidad dentro de Líbano debido a las crisis económicas y políticas que han golpeado al país.
Aunque Hezbollah y Hamas comparten el objetivo común de destruir el Estado de Israel, su relación ha sido históricamente compleja debido a diferencias sectarias. Hezbollah, de origen chiita, ha apoyado al régimen de Bashar al-Assad en Siria, mientras que Hamas, una organización sunita, se alineó inicialmente con la oposición siria. Sin embargo, en los últimos años, las dos organizaciones han dejado de lado sus diferencias para fortalecer sus lazos bajo la influencia de Irán.
El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, ha elogiado públicamente la creciente alianza con Hamas, aunque sigue sin estar claro si Hezbollah intervendrá directamente en el conflicto actual. El grupo cuenta con un arsenal de misiles guiados de precisión y una fuerza paramilitar compuesta por más de 100.000 combatientes, lo que lo convierte en una amenaza significativa para Israel.
Sin embargo, involucrarse plenamente en la guerra con Israel podría tener consecuencias devastadoras para Líbano, un país que aún se recupera de la profunda crisis económica que lo afectó en 2019. Si Hezbollah decide intensificar su participación en el conflicto, el riesgo de una guerra regional en varios frentes se incrementaría dramáticamente, sumiendo a Medio Oriente en un territorio de consecuencias impredecibles.
