Pidieron el indulto mientras el toro seguía una vez más queriendo muleta… El niño sabía el nombre de José Tomás, sabía còmo danza el capote de Juli sobre la arena, y se declaraba admirador de Talavante. Sabía muchas cosas! Tenía seis años! Le preguntò a su abuelo qué estaba pasando, y el anciano, gran aficionado, le explicò…
No se concediò el indulto, merecido de verdad, y tampoco importò mucho… sobre la tarde de verano y en cada memoria taurina quedaba ya escrita la bravura de aquel burel, su nobleza, su embestida larga y dulce, toro aquel de hechuras hermosas y de ganadería de aroma y de alma torera… tarde épica y estética de las que dejan bonita huella…
Se le dio la vuelta al ruedo…
Y por la noche, mientras cantaban los grillos en el calor de agosto, el matador recordò una vez màs a su compañero de lances en aquella plaza, gran toro! Y el pequeño lo dibujò en su cuaderno… pintò un ejemplar bravo y noble, un astado importante, y le puso un nombre que ahora no recuerdo, creo que empezaba por ese…
Dedicado a ese toro!
Dedicado a los ganaderos, gracias por vuestro amor al toro y al toreo.
Dedicado a cada niño en una plaza de toros, estoy recordando al bebé feliz con una oreja que le dio David Mora en la corrida de Las Rozas.
Dedicado a David Mora, y a Las Rozas.
Dedicado a José Tomás, Juli, y Talavante.
Dedicado a Carlos, Luis y Lourdes Carrasco!