La primera vez que Cristina Menéndez Félez se examinó para convertirse en jueza fue en la Barcelona del pro- cés. Era el 7 de octubre de 2017, habían pasado sólo seis días desde la celebra- ción truncada del referén- dum ilegal y la prueba estu- vo a punto de suspenderse debido a la inestabilidad de aquellas jornadas de infarto. Finalmente, el examen tuvo lugar: 100 preguntas tipo test para responder con boli azul o negro en dos horas y 45 minutos que dejarían a muchos aspirantes fuera de su sueño. Ella lo superó.
Después llegarían dos du- ras pruebas orales en el Tri- bunal Supremo, un año de
formación en la Escuela Ju- dicial de Barcelona, otro de prácticas en nueve juzgados de Madrid y Vizcaya…. La candidata a jueza sacó la mejor nota de su promo- ción: 92,115 puntos sobre 100. Todo estaba listo para que, tras mucho estudio, su esfuerzo fuera coronado con el broche final. (Tomado del periódico español: El Mundo)
Pero el pasado 25 de sep- tiembre, cuando Menéndez y sus 61 compañeros de pro- moción iban a recibir sus di- plomas en la Escuela de Barcelona, como es tradi- ción, de manos del Rey, la cosa se torció. En un mo- mento convulso, con tensio- nes políticas en torno a la re- novación de los miembros del Consejo General del Po- der Judicial (CGPJ) y la po- sibilidad de los indultos a los condenados del 1-O pla-
neando sobre el debate pú- blico, la sonada ausencia de Felipe VI por decisión del Gobierno y el viva el Rey que allí se escuchó marca- ron un evento deslucido por la polémica, aunque tam- bién por las restricciones impuestas por la pandemia.
En el acto en la Escuela Judicial, adonde por razones sanitarias no pudieron asis- tir los familiares de los nue- vos jueces, la número 1 de su promoción recibió la Cruz de San Raimundo de Peñafort, se colocó detrás del atril, se quitó la mascari- lla, sacó los papeles que lle- vaba preparados y arrancó leyendo el primer artículo de la Constitución: «España se constituye en un Estado so- cial y democrático de Dere- cho, que propugna como va- lores superiores de su orde-
namiento jurídico la liber- tad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político».
«La Justicia marca la dife- rencia», continuó Menéndez con firmeza, «porque preci- samente iguala a los ciuda- danos, los protege, salva- guarda sus derechos y liber- tades». Y tras una breve pausa, pronunció las pala- bras por las que será recor- dada: «Dados los últimos acontecimientos, y ante el abrumador silencio de todas las instituciones públicas, no puedo dejar pasar esta jor- nada sin hacer un alegato en favor del poder judicial, que, recordemos, lucha y encar- na dicha virtud de Justicia, y que jamás debiera ser usado como moneda de cambio ni como parte de juegos políti- cos o institucionales. Y que nadie malinterprete mis pa-
labras: esto no va de ideas políticas, de formas de Esta- do, de sentires personales».
A su lado la escuchaban la fiscal general del Estado, Dolores Delgado; el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo; el presidente del Consejo, Carlos Lesmes; el del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Jesús María Barrientos, y el direc- tor de la Escuela Judicial, Jorge Jiménez. Y cuando terminó, todos sus compa- ñeros se pusieron en pie. Fue la intervención más aplaudida del día.
A partir de ese momento, Cristina Menéndez ha prefe- rido guardar silencio. Pero se ha convertido ya, quizá a su pesar, en la voz de su ge- neración de jueces, la núme- ro 69. Treinta y tres mujeres y 29 hombres que en los
próximos días —con una media de casi cinco años preparándose la oposición y otros dos años de formación y prácticas a sus espaldas— llegarán a sus nuevos juzga- dos, la gran mayoría en Ca- taluña, tras unos inicios con- vulsos.
HIJA DE FISCAL, SOBRINA DE JUEZ «Cristina es fabulosa: inteli- gente, empática, reflexiva. Ha sido la mejor de la clase. Y nunca ha hecho ostenta- ción de ello», asegura Zita Hernández, una de sus pro- fesoras en la Escuela Judi- cial. Su mejor alumna nació hace 28 años en Pamplona pero se crió en Zaragoza, donde estudió Derecho, y donde recibió un sobresa- liente por su trabajo de fin de grado, titulado Protección
EL MUNDO. DOMINGO 4 DE OCTUBRE DE 2020
CRÓ NICA
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penal del menor de edad en la sociedad de la informa- ción. Para sus oposiciones tuvo al juez Armando Barre- ra, del juzgado de primera instancia número 13 de Za- ragoza, como preparador. Aunque también ha tenido ejemplos cercanos en los que mirarse.
Su abuelo materno, ara- gonés, se llamaba José Ma- ría Félez Carreras y fue fis- cal jefe del Tribunal Supe- rior de Justicia de Navarra entre 1990 y 2003 —años duros del terrorismo de ETA—, tras trabajar en la década de los 60 como fiscal en Santa Cruz de Tenerife, Vitoria y Barcelona. Jubila- do en 2003 en Pamplona, fa- lleció el pasado mes de julio a los 88 años. Su nieta se re- firió veladamente a él en su discurso ante sus compañe- ros de promoción.
De los tres hijos de José María Fé- lez, una de ellas si- guió sus pasos. Ma- ría Piedad Félez, madre de Cristina, trabaja como fiscal en el Tribunal Su- perior de Justicia de Aragón. Además, un tío suyo también es juez. Su padre, por otro lado, traba- ja como periodista en el Heraldo de Aragón.
DESTINO:
CATALUÑA
La deriva indepen- dentista ha hecho
que desde hace
unos años en Cata-
luña no sea fácil
ser juez, o según
qué juez. El acoso personal a los ma- gistrados Pablo Llarena y Juan An-
tonio Ramírez Sunyer; las fotos quemadas con el ros- tro de Manuel Marchena; las calles incendiadas con- tra la sentencia del 1-O; la Generalitat defendiendo la desobediencia… Este lunes el Tribunal Supremo ratifi- có la inhabilitación del pre- sident Quim Torra por de- sobedecer «de forma reite- rada y contumaz las órde- nes de la Junta Electoral Central», y el mismo día los CDR se pasearon por Barcelona con monigotes vestidos con toga y cabe- zas de cerdo.
Pese a todo, o más bien precisamente por eso, Cata- luña es el destino que espe- ra a Menéndez y a la gran mayoría de sus compañeros de promoción. Con ellos se ha producido una situación peculiar: de las 62 plazas
que les ha ofrecido el CGPJ, 56 están en Cataluña. Las seis restantes se ubican en Baleares, Canarias y Extre- madura. No había mucho donde elegir.
Los alumnos de la Escue- la Judicial llegaron a recu- rrir esta oferta de plazas, sin éxito. Tras ello late un problema de fondo: la falta de jueces en la región, que por un lado arrastra un dé- ficit histórico de opositores, pero de donde además mu- chos se están marchando. Entre 2017 y 2019, de los más de 800 jueces destina- dos en Cataluña, 107 se han ido (21 el primer año, 48 el segundo y 38 el año pasado, según los datos de las me- morias judiciales). Al mis- mo tiempo, los concursos que se abren para que las plazas sean ocupadas por jueces y magistrados del
dos a juzgados más difíciles, en la Cataluña interior.
«En tres años se han ido más de 100 jueces, debido al clima político que existe y a la violencia institucional, porque desde la propia Ge- neralitat se hacen manifes- taciones contrarias a la judi- catura, y eso rompe con el normal funcionamiento del Estado de Derecho», denun- cia Pablo Baró.
«Esta es la promoción que repoblará los juzgados cata- lanes vacíos después del éxodo», resume Jesús Gó- mez Esteban, portavoz en Cataluña de la Asociación de Jueces y Magistrados Francisco de Vitoria (AJFV). Al menos hasta su próximo destino, si es que quieren cambiar de juzgado dentro de un año. De ahí que la po- litización del acto de entrega de despachos haya inquieta-
y entre quienes se ausenta- rían de él. Finalmente la co- sa se serenó. De los 62 nue- vos jueces, 16 no se presen- taron en Barcelona, aunque nueve de ellos ya habían notificado su incompare- cencia antes de la polémi- ca, empujados por distintas razones. Algunos, en pro- testa por la restringida con- vocatoria de plazas.
Mientras tanto, las princi- pales asociaciones de jueces expresaron su malestar con la decisión del Gobierno, sal- vo la progresista Juezas y Jueces por la Democracia (JJpD), que se limitó a pedir transparencia en las explica- ciones.
“RECIÉN SALIDOS DEL CALDERO” «Desde el principio, nuestra promoción ha estado marca- da por varios incidentes re-
cha política. Con el viva el Rey hay quien incluso nos tilda de fachas… ¡Pero si ni pinchamos ni cortamos! No se trata de que seamos monárquicos o republica- nos. Hay compañeros de to- das las sensibilidades».
«La realidad», prosigue esta jueza, «es que el jefe del Estado no puede circular de manera natural por todo el territorio español, y nosotros impartimos Justicia en su nombre. Al margen de lo que piense cada uno, creo que a todos nos sorprendió. En mi opinión, si quieren instaurar un modelo de Es- tado diferente, estupendo. Pero que no nos utilicen a nosotros como uno de los primeros pasos para conse- guirlo. Estas cosas no se de- ben mezclar. Por eso aplau- dimos tanto el discurso de Cristina. Nos representó».
en la Escuela Judicial de Barcelona el 3 de septiem- bre de 2018. Durante un curso, los alumnos recibie- ron allí 150 horas de forma- ción «transversal», detalla la jefa de Estudios del cen- tro, Clara Carulla. «No sólo les enseñamos el saber téc- nico en civil, penal y consti- tucional, sino también el oficio: ética judicial, media- ción, perspectiva de género, una mirada especial a los colectivos vulnerables, es- critura, protección de da- tos… También salen con un buen nivel de inglés y con una visión europea: con ellos viajamos a Luxembur- go y a Estrasburgo para vi- sitar el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Tribunal de Justicia de la UE. Además, han visitado despachos de abogados, fis- calías, a las fuerzas de se-
guridad del Estado, centros penitencia- rios, centros psi- quiátricos…».
El segundo curso los aspirantes lo dedicaron a hacer prácticas. Primero, tutelados por un juez y después, co- mo jueces de susti- tución o refuerzo. Así, Menéndez pa- só primero por sie- te juzgados de Ma- dridyyaenelmes de abril se trasladó
PREMIADA POR SUS NOTAS
Cristina Menéndez, aplaudida en Barcelona por el ministro Juan Carlos Campo, la fiscal general Dolores Delgado y Carlos Lesmes, al ser distinguida con la Cruz de San Raimundo de Peñafort por su calificación excelente: 92,115 puntos sobre 100.
resto de España quedan de- siertas, según explica Pablo Baró, presidente autonómi- co de la Asociación Profe- sional de la Magistratura (APM). Un dato más: a fina- les de 2019, de 832 plazas en la comunidad, 134 esta- ban vacantes.
En estas circunstancias, y gracias a su excelente pun- tuación, la número 1 ha po- dido elegir destino, aunque dentro de la oferta existen- te. Es un buen juzgado cer- ca de Barcelona, el de Sant Feliu de Llobregat. «Las pla- zas en Barcelona y Tarrago- na han volado», explica uno de sus compañeros, que en estos años ha estudiado ca- talán con la perspectiva de que su primer destino, como así ha sido, se encontrara en esta comunidad. Los peor puntuados han sido asigna-
do a muchos de los jueces novatos. «Lo último que nos faltaba es ser recordados co- mo la promoción del viva el Rey», lamenta uno de sus miembros. Se refiere a la proclama que en el último momento lanzó uno de los presentes, el vocal del Con- sejo José Antonio Ballestero. Al ministro de Justicia se le oyó quejarse: «Se han pasa- do tres montañas».
¿MONÁRQUICOS O REPUBLICANOS?
Los protagonistas del acto se enteraron por la prensa de que el Rey no acudiría a en- tregarles su diploma. Les molestaron las formas; tam- bién la falta de explicacio- nes. Uno de ellos indica que hubo un momento en el que se produjo un empate entre quienes iban a asistir al acto
lacionados con el indepen- dentismo», cuenta una de sus integrantes, que prefiere que su nombre no sea publi- cado. «Ya el primer examen fue el 7 de octubre de 2017 en la Politécnica de Barcelo- na [para los que procedían de las regiones cercanas; el resto fueron convocados en Granada, Madrid y Vallado- lid], y no sabíamos si íba- mos a poder hacerlo. Des- pués está el hecho de que casi todas las plazas estén en Cataluña, cuando hay muy pocos catalanes entre nosotros. [Los orígenes más repetidos son Andalucía, con 11 jueces; Madrid, con 9; Aragón, con 7, y Catalu- ña, con 6]. Estamos recién salidos del caldero y nos en- vían a los lugares más com- plicados. (…) Y luego nos meten en medio de esta lu-
«El discurso de Cristina fue lo mejor del acto. Ella defendió la independencia del poder judicial y nuestra misión es hacerlo efectivo», coincide otro compañero. Muchos de ellos la han feli- citado estos días por su in- tervención.
Otra etiqueta ha circula- do últimamente en torno al rifirrafe político-judicial: la idea, alimentada entre cier- ta izquierda, de que la de juez es una profesión endo- gámica, propia de ricos y de conservadores. Según los datos aportados por el Con- sejo, el 92% de los miem- bros de la nueva promoción no tiene ningún familiar juez y el 63%, a ningún pa- riente en todo el sector jurí- dico. En esto Cristina Me- néndez es una excepción.
La 69a promoción entró
a Vizcaya, donde dirigió juicios en los juzgados de pri- mera instancia e instrucción número 4 de Getxo y núme-
ro 1 de Gernika. «Ha visto un poco de todo», destaca Carulla, «y eso es enrique- cedor». «Es una promoción muy preparada para de- sempeñar su trabajo», des- taca la jefa de Estudios.
«Hoy defiendo y hago gala de la dignidad del po- der judicial, un poder que en una sociedad democrá- tica está sometido a la críti- ca social, pero que es ple- namente independiente, compuesto, me consta, por personas con vocación, honradez, humildad y sen- tido de justicia», reivindicó la número 1 en su discurso. «El poder judicial somos nosotros, los jueces, lejos de intentos de control y de repartos partidistas», pro- clamó. Ahora, y pese a las dificultades, lo podrán de- mostrar.