“Sentirse presionado inhibe la productividad y el rendimiento se ve afectado no logrando desarrollar tus habilidades”
El famoso financiero George Soros afirma que las crisis económicas son como un péndulo elimina las empresas chicas y aumenta las grandes.
En México la pandemia ocasionó que muchas empresas chicas cerraran y hoy padecen de estrés financiero como laboral buscando frenéticamente el ahorro, tanto en el sector privado y público sobre todo en el federal.
Bajo la presión financiera de volver a crecer muchas empresas eliminaron personal y sobre cargaron a sus empleados actuales provocando temor a ser despedidos y aceptando sobre horarios causando ansiedad, falta de motivación y depresión, de hecho, México es el país con mayor estrés laboral según la OCCMUNDIAL que afecta al 60% de la población del país.
Para colmo empiezan a notarse este problema de manera mediática y los consejos son de utilidad casi nula, por un lado les comentan que comuniquen a sus mandos superiores este problema que es visto desde arriba como falta de compromiso y capacidad para trabajar bajo presión y por otro lado les comentan que acudan al psicólogo en tiempos de inflación donde el 70% de la población padece de ingresos insuficientes para la sustentabilidad familiar y no les sobra de 400 a 1,000 pesos para atender su salud mental con un psicólogo.
Ya es normal en corporativos y oficinas de gobierno trabajar más de 9 horas y a veces sin descanso bajo el pretexto de retomar la normalidad y eficientizar el trabajo cuando lo que están logrando es una deshumanización personal, sentimientos de rencor y frustración que se llevan a sus familias.
La salud mental debe ser una prioridad de política pública tan importante como las calles, parques, educación y salud, promover centros de atención psicológica gratuitos conllevaran a formar mejores personas, mejores familias, mejores empresas. Los equilibrios emocionales evitan maltrato, drogadicción, divorcios y esperanza en el futuro.
La pobreza emocional atrae la pobreza económica al acumular rencores permanentes que inhiben la creatividad, optimismo y productividad, los climas de estrés laboral también conllevan a desarrollar personalidades duras e insensibles con tal de sobrevivir sacrificando la comunicación, la confianza, la lealtad y las relaciones sociales sanas.
Ya la inteligencia negativa abunda en organizaciones con estrés laboral en forma de pesimismo, amenaza y presión, en lugar de la inteligencia positiva que es la motivación, comunicación y trabajo en equipo.
Escuchaba en la radio que estos fenómenos empiezan a conocerse y recomendaban ir al psicólogo, mucha de la gente no se da cuenta que una mujer obrera o albañil o dependiente de mostrador de tienda esta pensando como pagar la luz y los alimentos de su familia, lo que se me hace una ignorancia, quiero pensar involuntaria, y de comprensión de la realidad económica de la mayoría de las familias de México.
Concientizar a las empresas pymes y grandes empresas, sector público de este grave problema de salud pública es vital, debería empezar desde las más altas esferas de las organizaciones privadas y públicas pero lo más importante es que la atención psicológica no es vista como prioritaria y quien más la padece es la que menos recursos económicos tiene, por lo que desarrollar servicios psicológicos gratuitos por parte del estado mexicano debe ser prioridad nacional y reitero, concientizar a las organizaciones superiores del sector público y privado.