La Revista

Existencialismo puro

Francisco Solís Peón
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Por: Francisco Solís Peón.

Al menos en este país, ninguna época del año es mejor para una leve depresión que el fin de las vacaciones, ya sea en enero, primavera o septiembre. Las obligaciones laborales, el regreso a clases, la rutina de siempre; inevitablemente todo nos arroja a la pesadilla de la cotidianidad.

Pero si de todas formas nos vamos a deprimir más nos vale hacerlo bien y de manera inteligente. Mi recomendación para ello es la novela corta “El Túnel” del afamado escritor existencialista Ernesto Sabato (Buenos Aires 1911).

Desde mi punto de vista, una de las características principales de esta novela es que está narrada en primera persona, por lo que el lector verá los escenarios, los personajes, y el mundo que los rodea, desde la óptica del propio narrador, que a su vez es el protagonista principal de la historia.

Juan Pablo Castel, pintor de profesión, es un hombre introvertido, de mente algo enfermiza, lleno de traumas, complejos, rencores, dudas existenciales…, que lo convertirán en un tipo solitario. Una soledad que le hará ver la vida desde un punto de vista muy particular. O quizás sea al revés, es decir, que su filosofía de la vida le lleve a la incomprensión del mundo que lo rodea, y por tanto a la incomunicación y a la soledad, y esto a su vez le haga tener esos pensamientos tan…. llamémosles “oscuros”. No lo sé, pero en cualquier caso el resultado final es el mismo.

Dentro de ese mundo de soledad e incomprensión en el que vive el protagonista, un día ve con cierto deleite como una mujer observa uno de sus cuadros expuestos en una galería, prestando especial interés a una zona del mismo: una ventanita a través de la cual se puede ver el mar y a una persona de espaldas observándolo. Según él, nadie, ni siquiera los críticos que tanto alaban su obra, se había fijado en ese minúsculo detalle.

Desde ese mismo instante una obsesión crecerá en su interior, conocer a esa mujer, quizás la única que pueda entenderle. Con sumo detalle nos irá narrando su tormentosa pasión así como la extraña relación de amor y odio que termina manteniendo con ella. Y ésta es la verdadera historia de la novela. El final lo conocerán desde la primera cuartilla.

A mí, particularmente, la forma de actuar del protagonista me recuerda mucho a la de un determinado tipo de maltratador, que por desgracia, tan acostumbrados estamos a ver últimamente.

En definitiva, una novela breve, rápida de leer, excepto en algunos pasajes donde el narrador se explaya en exceso con sus pensamientos, algo perturbadora e inquietante, pesimista, que nos revela los pensamientos más oscuros que puede llegar a tener un ser humano cuando se halla inmerso en el túnel en el que vive el protagonista.

¿Dónde concluye el existencialismo y comienza la psicopatía? Saque usted sus propias conclusiones, o haga como un servidor: Deje ese debate para filósofos y psicólogos, a nosotros solo nos gusta leer buenos libros.

Nota benne: Hay tres versiones cinematográficas de esta novela, a mi parecer ninguna le hace justicia, aunque en honor a la verdad la última (1997) está mejor actuada y dirigida que las anteriores.

Francisco Solís Peón
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