Una bomba estadounidense, que permanecía sin detonar desde la Segunda Guerra Mundial, explotó este miércoles 2 de octubre en el aeropuerto de Miyazaki, en el suroeste de Japón. El incidente no dejó víctimas ni heridos, pero provocó el cierre temporal de las pistas y la cancelación de al menos 87 vuelos, afectando a cientos de pasajeros.
La explosión ocurrió alrededor de las 8:00 a.m. hora local, a unos 100 metros del edificio principal de la terminal aérea. El artefacto, que pesaba aproximadamente 227 kilogramos, dejó un cráter de 7 metros de diámetro y 1 metro de profundidad en la pista de aterrizaje, según informaron las autoridades locales. Aunque la bomba ya había sido identificada previamente, su detonación fue sorpresiva, causando que trozos de asfalto salieran despedidos al aire.
El aeropuerto de Miyazaki fue originalmente construido en 1943 como una base militar, lo que explica la presencia de este tipo de artefactos. Actualmente, equipos de seguridad están evaluando el área en busca de otros posibles explosivos enterrados. Se espera que las operaciones del aeropuerto se reanuden el 3 de octubre, aunque dependerá del progreso de las reparaciones.
Este tipo de hallazgos no es inusual en Japón, un país que aún se enfrenta a las consecuencias de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.