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Fallece “Duke”, canino guardián y protector sagrado de Kukulcán

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Mérida, Yucatán, a 24 de julio de 2024.- Todo Yucatán en luto por el fallecimiento de uno de los personajes más destacables del estado: el perrito “Duke”, quien se hizo famoso en redes sociales porque era guardián de Chichen Itzá, una de las siete maravillas del mundo moderno. La noticia del fallecimiento fue confirmada por uno de los trabajadores de la zona arqueológica, recordando cómo fue la vida del perrito.

En Chichén Itzá viven caninos, quienes tienen como objetivo cuidar y proteger la zona arqueológica, llamándolos como perritos guardianes; estos nombramientos permitieron que el lugar ganara mayor renombre, así como todo lo que acontece a su alrededor. Son los únicos que pueden subir hasta lo más alto del Castillo, por lo que se les reconoció como “perros sagrados de Kukulcán”.

De acuerdo con medios locales, estos guardianes son “Osita”, “Cachimba” y “Pinto”. Sin embargo, también destacaba “Duke”, quien era un canino “malix”, es decir, un can que tenía cruza de dos razas distintas. José Antonio Keb Cetina, quien resguarda la zona arqueológica, habló de la labor de los canes, puntualizando que estos cumplen con sus deberes todos los días.

Estos perritos reciben y despiden el sol desde la cima de la pirámide del Chichén Itzá, por lo que el velador de la zona arqueológica y cuidador de los lomitos comparte en sus redes sociales imágenes de los peludos admirando los atardeceres, razón por la que estos guardianes se han vuelto populares entre los visitantes y redes sociales.

Foto tomada por José Keb.

En julio de 2019, como parte de la Operación rescate de perritos de Chichén Itzá, estos canes fueron atendidos para que estuvieran en buen estado y saludables. Recibieron la atención veterinaria necesaria, así que fueron vacunados, esterilizados y desparasitados, además de que se les permitió vivir en Chichén Itzá.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, “Duke terminó su misión y enseñanza”, expuso José Keb. Al igual que sus compañeros, Duke vigilaba el Castillo maya; falleció a los 14 años y, tras padecer una enfermedad -no se sabe con precisión cuál, pues José Keb no quiso exponerlo-, poco a poco bajaron sus ánimos y la energía que siempre tenía.

El trabajador está agradecido de haberlo conocido e integrarlo a la familia. “Confío en volver a encontrarnos en esta o en otra vida”, agregó el vigilante al anunciar el deceso. A pesar de ello, siguen cuidando de Chichén Itzá los otros tres canes guardianes “Osita”, “Cachimba” y “Pinto”, poniendo en alto sus deberes y el nombre de su compañero.

Con información de José Enrique Avilés Laines.

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