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Fallido intento de manchar el nombre de un hombre de empresa a carta cabal

Editorial La Revista Peninsular
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En las últimas semanas, el Tren Maya ha acaparado la
discusión pública debido a la inconformidad de varios sectores de la población
por la ausencia de los estudios ambientales correspondientes al tramo 5 de
dicho proyecto. Aunque por un momento pareció estar abierto a dialogar con los
inconformes, el presidente López Obrador terminó por atacarlos y señalarlos
como opositores de su transformación. En un cuestionable intento por incluir al
sector empresarial en estos embates, se acusó injustamente al empresario
yucateco José Chapur Zahoul, quien
oportunamente desmintió las acusaciones y dejó en claro su posición a favor del
proyecto presidencial.

Tras la inauguración del Aeropuerto Internacional
Felipe Ángeles, el Tren Maya acaparó la discusión pública debido a la campaña
organizada por activistas, comunidades indígenas, expertos y artistas para
exigir la suspensión de las obras en el tramo 5. Entre los grupos activistas
involucrados, destacan el Círculo Espeleológico del Mayab y Centinelas del
Agua; mientras que, entre los artistas, figuran Eugenio Derbez, Rubén Albarrán,
Bárbara Mori, Natalia Lafourcade, Saúl Hernández, Kate del Castillo y Luis
Gerardo Méndez.

Este colectivo, también conocido como “Sélvame del
Tren”, busca que se detengan los trabajos del tramo 5 pues esta ruta que
comprende el espacio territorial entre Playa del Carmen y Tulum ha sido
modificada 4 veces y, después de esta última modificación, se comenzaron a
realizar obras sin que se presentara la Manifestación de Impacto Ambiental
(MIA) ni se solicitaran los permisos legales correspondientes.

El presidente Andrés Manuel López Obrador tomó estas
manifestaciones como ataques a su gobierno y emprendió un discurso hostil en
contra del colectivo, a cuyos miembros tachó de “pseudoactivistas” por tener
objetivos políticos y no ecológicos. Durante semanas, ha ocupado varios minutos
de sus conferencias matutinas para atacar a los promotores de “Sélvame del
Tren”, particularmente al actor Eugenio Derbez, quien no se ha quedado callado
ante los ataques en su contra.

En un aparente intento por escarmentar a los
empresarios que podrían comulgar con las causas del colectivo, el presidente
Andrés Manuel también incluyó en sus ataques al sector empresarial y hotelero a
principios de semana.

Con una intervención a todas luces plantada, un
reportero en la “mañanera” mencionó al yucateco José Chapur Zahoul, director
general de Grupo Palace Resorts
a quien le levantaron falsos. Después de
hacer estos señalamientos, el reportero le preguntó al presidente cuál era su opinión
sobre los hoteleros que se oponían al Tren Maya y éste respondió que ellos se
dedicaban a robar cuando había impunidad, pero eso cambiaría ahora, aunque se
enojaran.

Por su reacción y respuesta, no parece que el
presidente haya estado enterado con anterioridad del ataque en contra de José
Chapur; sin embargo, es probable que éste haya sido dispuesto por alguien del
equipo de Palacio Nacional. Sea quien haya sido, cometió un error al señalar a
José Chapur Zahoul.

Poco después de que se le mencionara en la conferencia
matutina, don José Chapur difundió un audio en el cual hacía valer su derecho
de réplica ante las acusaciones. El empresario yucateco negó que su empresa, en
sus 35 años de existencia, le haya vendido algo al Fonatur ni le haya realizado
trabajos de construcción. Asimismo, se pronunció a favor del Tren Maya por la
interconectividad que traería a la Península e incluso compartió que ha podido
colaborar con el gobierno en lo relativo a la construcción del tren.

De esta manera, con suma pericia y tacto, el notable
yucateco anuló cualquier señalamiento en su contra respecto a su presunto
rechazo al proyecto presidencial. Sin embargo, esto no hace menor el ataque del
gobierno, pues con injurias y mentiras ejerció daño moral en contra de uno de los
principales responsables del éxito turístico que ha tenido Quintana Roo en las
últimas décadas. Por fortuna, don José Chapur contó con las habilidades y
recursos necesarios para limpiar su nombre, pero este lamentable episodio nos
lleva a pensar cuál hubiese sido el desenlace si el ataque hubiese sido en
contra de un empresario con menores capacidades de respuesta.  

Como en toda democracia, es normal que existan
ciudadanos que no estén de acuerdo con proyectos gubernamentales y, lejos de
atacarlos, el gobierno debería buscar el diálogo para convencerlos de sus
bondades e incluso rectificar ante errores. Desafortunadamente, el Ejecutivo ha
mostrado una postura hostil en contra de los inconformes (y no inconformes) y
busca desacreditar sus quejas imponiéndoles la etiqueta de opositores. Como
sociedad, debemos rechazar ésta narrativa pues propicia que desde Palacio
Nacional se señale con mentiras a cualquier ciudadano, especialmente del sector
empresarial, para fomentar la idea de “nosotros contra ellos”.

En esta ocasión fue contra José Chapur Zahoul, pero, si sigue este discurso presidencial de
polarización, más empresarios y sectores serán víctimas de un daño moral
ejercido de forma injusta desde Palacio Nacional.

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